14. Dos historias

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Canción de inspiración

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—Hagan lo que tengan que hacer, lo que sea necesario—hablo el director mirando a cada uno—usen sus emociones, sentimientos, recuerdos o que hagan mostrar sus debilidades para obtener lo que queremos.

—Eso es inhumano.

—Lo sé pero si seguimos así ellos seguirán así y el destino que tenemos se cumplirá.

— ¿No hay otra forma?

SoonMan negó con la cabeza— La mejor forma de que el humano confíe es eliminar todo rastro de inseguridades

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Ya había pasado dos semanas desde aquel castigo que había unido tan exitosamente a los sagrados pero dos semanas donde los profesores asignados a cada uno de los chicos no habían dado ni el primer paso, les quedaba poco tiempo y los doce chicos estaban cada día peor, alejándose de la sociedad, alejándose de sus compañeros, de todo lo que les rodea hasta que su mundo solo era su hermano y el mismo, todo estaba tan mal y cada día más.

SeHun caminaba de manera tranquila con la espalda recta y el mentón alzado mirando hacia enfrente, con los libros de la materia que tocaba descansando sobre su brazo y pecho, tan tranquilo como siempre y tan blanco, tal como su ropa de diario. Los auriculares cubrían parte de sus oídos haciendo que todo a su alrededor no existiera, solamente fuera su melodiosa y tranquila música hasta que su tranquila calma fue interrumpida por un cuerpo, alzó la vista de manera despreocupada mirando al chico de Dasdem, un pequeño movimiento de cabeza fue suficiente para un buen saludo y seguir su camino. Tal vez a YiFan algo le estaba pasando o tal vez el odio que estaba sintiendo por las personas de Candergan—al igual de los sagrados—se había disminuido tan solo unas dos rayitas, después del encuentro con el hermano del viento siguió su camino ignorando a todo mundo si, aunque habían bajado tan solo dos rayitas aun seguía odiando a todo medio Candergan.

Ambos chicos se dirigieron a su sala correspondiente, alejados de los demás y concentrado en sus cosas: uno mirando a la ventana y disfrutando de la bella vista que la naturaleza le estaba brindando al igual del tranquilo aire que estaba haciendo mientras el otro solo clavaba su mirada a la última página de su libreta concentrándose en intensificar el negro en las alas de su dragón.

—Buenos días alumnos, dejen de hacer lo que están haciendo y presten atención a la clase.

Parecía que las acciones de ambos chicos estaban tan sincronizado pues al escuchar la voz desconocida y no la de su profesor correspondiente fruncieron el ceño.

— ¿Y la profesora Han?—pregunto SeHun mirando al profesor cuya sonrisa era tan dulce debido a la forma en cómo sus pómulos engordaban al sonreír.

—Está en otro asunto, hoy la reemplazaré—sonrió un RyeoWook entusiasmado, SeHun solo asintió y se acomodó en su asiento.

— ¿Y el profesor RyeoWook?

—Tuvo un problema, yo reemplazaré al profesor—la señorita Han sonrió dejándose caer en la cómoda silla que tenía solamente ese profesor una silla que era de envidiar.

Ambos chicos asintieron y trataron de poner atención a la clase con profesor diferente, un gran problema.

Algunos estaba en sus cosas, otros haciendo cosas que no y unos cuantos poniéndole atención, el profesor RyeoWook era tan pacífico y tranquilo que su paciencia y su fracaso en no llamar la atención a los alumnos era un desastre; SeHun era el uno de los cuantos que estaba—tratando—de poner atención, sus ojos se cerraban por un momento, pasaban dos minutos y se abrían de inmediato junto con un pequeño sacudido de cabeza y entrecerrar sus ojos para poner atención.

Fénix & Lux «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora