7.- Relajante chico (KrisTao)

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Las clases por fin habían iniciado y los doce chicos trataban duramente en encajar con los demás alumnos siendo solo diez los que corrían con aquella suerte dejando muy atrás a los dos hermanos de Dasdem, para estos dos hermanos no les era importante encajar o caerles bien a las personas de este lugar puesto solo estaban ahí para una misión.

Kris se despidió de su hermano caminando en dirección a su próxima clase del día: música. El pelinegro solo sabía de artes marciales de su antigua escuela en las cuales dejaba inconsciente a sus compañeros, no sabía nada de música. Sus pasos se volvieron más pesados cuando el salón de clases estaba a una corta distancia, al entrar las miradas no tardaron en estar encima suyo y restándole importancia busco con la mirada algún lugar más solitario siendo el piano el más alejado de todos ellos. El silenció poco a poco fue desapareciendo dejando solamente la excesiva luz molestosa que le estaba provocando este lugar, todos los salones de la institución tenía unos colores regulares pero sin duda el salón de música dejaba en vergüenza al mismísimo sol, las paredes blancas con un brillo inexpiable y el techo adornado con luces doradas empeoraba más el ambiente y a su creciente dolor de cabeza.

—Buenos días alumnos—la maestra entro canturreando haciendo una nota media en la palabra "alumnos"— bienvenidos al taller de música.

«Oh no...» pensó sacando rápidamente de su horario y checando que tenía dos clases de música a la semana, él había pensado que esta clase eran como las de Dasdem donde lo único que podías hacer era abrazar tu almohada y dejar que la saliva saliera de tus labios teniendo una buena y agradable siesta pero cuando vio los libros aparecer en una columna alta sobre el escritorio supo que esta clase le iba a dar más que un dolor de cabeza, maldecía por no haber revisado de su horario y tal vez podría haber cambiado esas dos clases por alguna otra.

—Perdón, me equivoque de clase—tomo sus cosas y caminando de forma apresurada trato de salir de aquel lugar sino fuera por un leve levantamiento y sentirse atraído por su anterior lugar viendo como la única salida de este lugar se alejaba de a poco.

—Park YiFan, claro que no. Usted está en mi clase—sonrío, en la mente de Kris lo único que pasaba eran los posibles hechizos prohibidos que podría usar con su profesora.

Kris no tuvo opción y siguió en la clase alejado de los demás tratando de poner atención pero la atención y tener una profesora que el primer momento en que la vio no le agrado, esas son dos cosas que no iban con YiFan.

—En este año tendrán un compañero de trabajo y asiento, quien será para todo el año escolar—dicho eso treinta bolas mágicas aparecieron enfrente de cada alumno— cada esfera obtendrá un color, buscaran a la persona quien tenga el mismo color y ese será su compañero.

Las esferas comenzaron a parpadear de diferentes colores y tonalidades, el parpadeo poco a poco va disminuyendo hasta por fin parar en uno solo, Kris observa a su alrededor buscando a su compañero cuyo verde pálido tenga. Todos ya estaban sentados con sus respectivas parejas, el chico pensó que en esta clase no tendría pareja y trabajaría solo lo cual le puso tan feliz.

—Hola...soy tu compañero—una voz suave y demasiado baja llamo su atención, giro su rostro encontrándose con su compañero sentado a lado suyo.

Kris paso sus ojos por todo su rostro parando en sus ojos puesto las bolsas bajo estos habían capturado su atención, de ahí paso su mirada por todo su cuerpo y analizando de su vestimenta hasta volver a parar en sus ojos, Tao se removió incomodo, incomodo de ser tan analizado por una persona y por tocarle de compañero al chico que menos quería, el hermano proveniente de Dasdem. Cuando Tao miro que su compañero es el chico quien menos quería que le tocara estaba a punto de rogarle a la profesora Wu en cambiar de compañero pero recordó las palabras de su hermano.

Fénix & Lux «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora