25. Feria

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La oscuridad de la madrugada cubría la habitación donde fénix y luz se encontraban, la tranquilidad llegaba a escucharse como una exquisita melodía tranquilizadora. A lo lejos el cantar de los pajaritos apenas despertando fue lo que interrumpía la tranquilidad cortándola con tijeras filosas y fastidiosas, la pelirroja miró a su alrededor inspeccionando la ridícula habitación donde su hijo se encontraba aguantándose las ganas de poder darle un toque Dasdem a esta triste y normal habitación Candergiana. Con un suspiro cansado camino con cierta elegancia pero delicadeza dejando que parte de su impecable vestido rozara suavemente con el suelo, dirigiéndose a la cama contraria que su hijo miró al pequeño bulto durmiendo con tanta tranquilidad; sus rojizos ojos se deslizaron por todo el cuerpo de BaekHyun hasta detener en su angelical rostro.

Asco.

YiWoo trago con dificultad saliva y usando solo las uñas tomo un poco de las sábanas para deslizarlas y poder observar mejor el rostro de su víctima, pureza, luz y amabilidad. Hizo una mueca de repugnancia y dejó las sábanas para alejarse de inmediato.

—Es él.

No era necesario despegar sus envenenados ojos del cuerpo de BaekHyun para poder comprobar que él se encontraba ahí. Con tan solo sentir una cuarta presencia y bajar la temperatura de cada lugar donde se encontraban YiWoo sonrió, un pequeño movimiento en la comisura derecha de sus rojizos labios; suspire dejando que el aire saliera de sus labios como humo débil dándole la señal para que inspeccionara a su nuevo juguete. La sombra se movió con cierta rapidez pero sin llegar a hacer algún movimiento en falso, tratando de mantener distancia cerró los ojos haciendo desaparecer esas cuencas brillantes.

—Que quiere que haga, mi reina.

YiWoo sonrió ampliamente pasándose los largos y delgados dedos por lo largo de su vestido quitando todo rastro de polvo y, dando la vuelta dijo:

—Lo que quieras, Agramon—antes del que el ser demoniaco hiciera algo una de las largas uñas negras fue alzada— pero antes, no debes matarlo del miedo. Solo márcalo y después será tu momento.

La sombra emitió un gruñido en aprobación, no le quedaba de otra que aceptar las órdenes de la nueva persona que tenía bajo sus palmas todo el poder para manejarlo. Agramon se deslizó sobre el cuerpo de BaekHyun siendo YiWoo el único testigo quien pudiera presenciar con tanta claridad la manera en cómo cada parte del cuerpo comenzaba a removerse entre las blancas sábanas y después el temblor que en un falso intento no pudieron ocultar, sonrió y chasqueando los dedos ambos desaparecieron cuando los primeros rayos del Sol comenzaron a salir empezando el dichoso amanecer de un día más.

Al día siguiente, cuando recién comenzaba el día y los primeros ruidos mañaneros fueron escuchándose dos lechuzas blancas y con manchas café claro ingresaron a la habitación por medio de una ventana abierta por parte de ChanYeol y dejaron la carta caer sobre la mesa de noche en ambos lados a excepto de la segunda lechuza, un mal cálculo y aterrizaje terminó estrechándose contra la adormilada cara del fénix causando una exaltación en este, confundido por apenas ir despertando parpadeo unas cuantas veces hasta que lo vio, gritando por el mero susto espantó a la lechuza y consigo al pobre BaekHyun dormido.

— ¡¿Que sucede?!—gritó BaekHyun tomando lo primero que vio usando la lámpara en defensa.

Aun sabiendo que, no era necesario cuando poderes increíbles estaban en su organismo.

—Una lechuza... ¡una lechuza BaekHyun!—exclamó asustando al ave— increíble...—murmuró con ironía tomando la carta entre sus manos— hoy, cuatro treinta de la tarde en la feria. JunMyeon—leyó en voz alta y bufó lanzando la carta a algún lado de la habitación— feria mis pelotas...

Fénix & Lux «ChanBaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora