Fénix & Lux «ChanBaek»

37. Lo que veo en ti.

El sonido de las espadas chocar y deslizarse por el filo de ambas, cabellos sudorosos pegados en las frentes perladas de sudor y los gritos se escuchaban como ecos en las cuevas Borixwok, en Dasdem.

Los guerreros oscuros quienes se encontraban peleando con sus profesores en una demostración para su reían eran observados por la tranquila mirada de la emperatriz de Dasdem. YiWoo. La pelirroja jugaba con el líquido rojo oscuro en su copa llegando a sus fosas nasales el puro olor del vino.

—Mi reina—habló el director del entrenamiento, con la cabeza agachada y el puño en su pecho, posición que los guerreros hacían para demostrar respeto a su gran superior— ¿algún comentario acerca del desempeño de sus caballeros?

Park YiWoo tomó todo el vino restante en su copa lamiendo sus labios para limpiar cualquier gota de vino que logró salir he incorporándose pasó sus manos por la larga cauda de su elegante vestido.

—General, dame una de sus lanzas.

El general aceptó otorgándole su lanza observando cómo la fina mujer caminaba con elegancia deshaciéndose del largo abrigo rojo dejándolo caer lentamente causando que la tela de este creara pequeñas ondulaciones junto a los holanes causados.

—Están avanzando perfectamente bien pero, hay algo que he observado—balanceando la lanza y escuchando el cortante sonido del filo sobre el aire los miro— no son precisos en sus acciones, necesito guerreros capaces de no tener ningún sentimiento en mente y matar sin compasión. Duros de corazón y crueles al momento de atacar, no queremos personas capaces de sentir compasión ante el enemigo.

Sin despegar la mirada de sus guerreros con un rápido movimiento en la lanza logró desgarrar la garganta de su acompañante, mirando la sorpresa revelada en los orbes de los guerreros oscuros ignoró el sonido de la chica ahogándose en su propia sangre, sin llegar a mirar el filo de la lanza y sobre todo la sangre deslizándose por esta la limpio en la tela del vestido de dicha chica sin vida.

—Espero que mejoren para la próxima vez que venga. Nuestro brujo indicó que la pelea entre el poder, se acerca.

Dejando caer el pedazo de metal abandonó la sala de entrenamiento, dejando a unos caballeros limpiando el desastre que su reían había dejado.

[ . . . ]

Las heridas y hematomas en su cuerpo se estaban curando gracias al tratamiento especial que YiXing le estaba dando, sin duda fue algo sorprendente para el adormilado chico esas reacciones pues en toda su corta vida las heridas que había curado tardaban menos días que las de BaekHyun, el chico de la Luz lo calmaba dándole comentarios positivos que ya no le dolía el hombro o alguna otras partes de su cuerpo, los rasguños provocados por las escamas del Carboniu habían cerrado—siendo estas las primeras en curarse—y el dolor en las costillas estaba comenzando a disminuir. Aunque la institución lo obligaba a ir siempre a checarse en la enfermería nunca llegaba a las citas dadas pues sabiendo que su amigo había puesto tanto empeño en curarlo y siempre preocuparse por él al paso de los días había causado que YiXing encontrara su lugar en aquel lugar; se sentía orgulloso de ver al chico sonriendo mostrando sus tiernos hoyuelos mientras curaba la pierna de un alumno.

—BaekHyun—sonrió el nuevo y joven curador cuando lo miró— recuerda que debes de estar en reposo, usa estas muletas para no apoyar todo tu peso en la pierna mala—habló ayudando a su paciente levantándolo.

En su poco recorrido en el ámbito de la curación, YiXing había aprendido en este lugar y junto con BaekHyun que las herías más profundas y que llegaban a romper algún hueso, tardaban en curar.