JUEVES CURIOSOS de No Juzgues La Portada.

HURACÁNdeletrasycolores

Pov Gabriel

—No lo vas a creer...—anunció mi hermano entrando al cuarto.

—¿Qué? Ya pocas cosas me sorprenden en esta vida.

—Ya sé dónde vive Ameliadeletrasycolores—tenía una sonrisa triunfal en su rostro.

—¿La acosaste?—mi ceja se alzó, retándolo a contradecirme.

—La stalkeé, intenté acosarla hace unos meses y me dijo que tenía novio—arrugó la boca como si se le hubiese escapado una presa.

—¿Y de que te sirve esa información?—le recordé, él se encogió de hombros y continuó navegando en su teléfono mientras se tumbaba en mi cama.

—Mira.... Así fue como lo descubrí. Ves estas frases de acá? No están sobre fondos ordinarios, son fotos del mismo lugar, pero varios ángulos. Ella tomó esa foto y le puso el mensaje encima. Entonces...—Rámses navegó entre las distintas publicaciones de la cuenta—, ajá, en ésta se ve el nombre del local que está al lado. Lo busqué y vi varias fotos de la zona hasta que lo encontré.

—Tienes un problema grave—dije con sinceridad, sin embargo su sonrisa de victoria no se borró de su rostro.

—Es una linda ciudad...—su sonrisa se torció.

—¿Qué estás pensando?.

—Que este colegio ya me está aburriendo y que la situación con ese grupo... me está enojando.

—Lo sé—suspiré frustrado—, pensé que nos dejarían en paz.

—¿Cómo te has sentido?—preguntó observándome.

Yo podía hacerle la misma pregunta, después de todo él también acababa de pasar por un proceso de desintoxicación tan malo como el mío.

—Ansioso—confesé.

—¿Ejercitamos?—ofreció y me levanté para ponerme ropa de deporte.

Salimos de la habitación y de inmediato nuestros perros guardianes ladraron.

—¿A dónde creen que van?—comenzó papá.

—Están castigados de por vida—recordó Mike, tan exagerado como siempre.

—¿Vómitos, mareos, ansiedad, taquicardia?—Hayden inspeccionaba las pupilas de cada uno.

Los esquivamos, cansados de la vigilancia extrema en que nos mantenían desde hace un mes, con pruebas toxicológicas cada día de por medio. Jamás he orinado tantas veces en un vaso en mi vida...

Y orinar con alguno de ellos mirando que no hiciese trampa no es cómodo. Por lo menos esa parte ya acabó.

—Haremos ejercicio ¿tampoco podemos?—terció Rámses molesto.

Él más que yo, odiaba esta situación. Mike, Hayden y papá se apartaron de nuestro camino y pudimos encerrarnos en el gimnasio por el resto de la tarde.

Nunca habíamos hecho tanto ejercicio como en este tiempo y comenzaba a notar los cambios en mi musculatura.

Drenar la energía y la ansiedad a través del ejercicio lo conseguí vigorizante y refrescante. Ya no pensaba tantas veces al día en consumir y cuando ese pensamiento aparecía, lo combatía con una sesión de abdominales o correr un par de kilómetros.

Pov Rámses.