JEREMY: LA BUSQUEDA

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Extrañaba a mi mamá todos los días, a cada momento. La podía ver en todo lo que hacía y todo lo que miraba. Si subía a un autobús la recordaba diciéndome que siempre verificara que iba en el correcto, si cruzaba la calle recordaba cuando me decía que mirase a ambos lados aunque el semáforo me diese el paso. "Comete toda la comida". "Ni se te ocurra fumar". "No te duermas tan tarde". "Tienes que estudiar mucho". "Nunca sabes gotera de casa ajena". "Se atrapan más mosca con miel que con vinagre".

Podía escuchar su voz, recordaba aun su risa. Agradecía todo el tiempo que alcancé a pasar con ella aunque me parecía insuficiente, y lo agradecía porque para ella, entre todo el dolor que tuvo, dio su mayor esfuerzo para quedarse conmigo todo lo que pudo.

Lo único que le reprochaba fue que no me dijese más información de mi papá. Cuando tocaba el tema era demasiado reservada. Sabía que fue una relación casual y que se habían visto varias veces, pero nada serio. Ella se negó a darme su nombre verdadero, lo sé porque una vez se le salió un nombre distinto y cuando la encaré, se rio y me dijo "Puedes llamarlo como quieras".

Su actitud tan fresca terminaba siempre por causarme risa.

Pero si me dijo algo que hoy me permite buscarlo. Mi papá estaba trabajando en su tesis de postgrado, una noche en que salieron no paró de hablar de ella y por eso mi mamá lo sabía.

Me dijo que lo murmuraba incluso dormido: "No sabía que profesión tenía, pero definitivamente tenía que ser psicólogo porque hablaba sin parar, incluso dormido, de su tesis. No entendía nada de lo que me hablaba porque me contaba de los factores psicológicos de los niños adoptados que afectaban su calidad de vida y como los gobiernos no hacían suficiente para que los niños tuviesen apoyo psicológico y que existía un porcentaje bastante alto, casi la mayoría, que terminaba con tratamiento psiquiátricos."

Y lo último que sabía era que guardaba cierta contemporaneidad con mi mamá, porque ella me había comentado que habían nacido en la misma década, pero que él era tan inteligente que parecía milenario.

Así que mi papá tenía que ser un psicólogo o psiquiatra, quizás un terapeuta. Se especializaba en niños. También sabía que era un par de años mayor que mi mamá y que estudiaba en su ciudad.

Era un universo de búsqueda bastante grande, pero no era un todo. Podría ser peor. Por lo menos tenía algo por dónde empezar.

Psicología, Terapista y Psiquiatría se podía estudiar en 23 universidades del estado, pero solo 17 tenían postgrados en esas materias.

La misión que me puse fue visitar las bibliotecas de cada universidad, revisar las tesis de los estudiantes y dar con un nombre o varios. Imaginaba que varios, pues probablemente fuese un tema común en esas carreras. Y no me equivoqué. En las visitas que ya llevaba di con muchos nombres, muchas tesis y muchos sospechosos.

El problema que más me estresaba era de índole logística. Muchas universidades tenían sus bibliotecas públicas, podías acceder y ver un listado de los libros que tenían y el código con el cual podías solicitarlo, pero no incluían el listado de las tesis presentadas, salvo que fuesen dignas de publicación. En ese caso si la tesis en la que trabajaba mi papá no fue la gran cosa, no me aparecería en la biblioteca virtual. Para esos casos debería acudir personalmente a la biblioteca de la universidad.

Pero era una era tecnológica, así que lo primero que hice fue enviar un correo a todas las bibliotecas del país, pidiendo un listado de las tesis que tuviesen que ver con esas materias. Les dije que era una investigación para mi propia tesis.

Algunas respondieron con listados de sus títulos y autores; otras quedaron de responderme pero dudaba que lo hicieran.

Solo con las universidades que respondieron tenía que revisar más de 200 tesis, pero cuando las filtraba por el rango de fecha que necesitaba, y quitaba a las mujeres, me quedaron unos 50 autores de tesis que debía investigar. Visité las universidades mas cercanas con ayuda de Amelia, no quería que Hayden en medio de la crisis que atravesaba, se enterase. Pero cuando la situación empeoró suspendí todo, él me necesitaba.

Si no fuese por ese mensaje que recibí, de quien decía ser mi papá, no hubiese podido seguir con la investigación, lo de Hayden cambió muchas cosas, pero ese mensaje me recordó que no podía quedarme con la duda eterna. Así que seguí mi búsqueda. Investigaba el número de teléfono y todas las posibles conexiones con los sospechosos que ya tenía. Por un lado me permitió eliminar a muchos, pero también debí a agregar a unos cuentos.

En eso estoy, mientras planificaba mi siguiente tour por las otras universidades.

Mi listado de posibles "papás" era bien grande. Los buscaba en las redes sociales y aunque sabía que debía estar especializando en niños, no podía descartar que solo fuese un psiquiatra infantil, debía verlos a todos.

El segundo filtro cuando daba con algún posible papá, era la edad. Buscaba un margen de diferencia de 3 años menor, y hasta 10 años mayor que mi mamá. No podía buscar en el rango de 10 años menor porque no hubiese sido posible que fuese un estudiante de postgrado, y porque mi mamá hubiese estado acostándose con un menor de edad.

Muchas noches me cuestioné el por qué estaba haciendo esa búsqueda. ¿Qué quería averiguar? ¿Qué quería saber? ¿Solucionaría algo o empeoraría todo?. Esos días cuando las dudas me superaban, apagaba la computadora y me acostaba a dormir.

Mi mamá me decía que ninguna decisión podía tomarse ni molesto, ni feliz. Y abandonar esa investigación no podía hacerlo durante un momento de duda.

Y en la mañana siguiente, la retomaba. Porque quizás mi papá pudiera darme más información de mi mamá.

Y a eso se resumía todo.

Sabía muy poco de mi mamá y quizás el supiese más.

Ella era muy reservada. Me dijo que ella era huérfana y nunca pregunté nada más, pero estando febril, en los peores momentos de su enfermedad, balbuceó recuerdos familiares.

¿Me había mentido? ¿Tenía más familia?

Ella me decía que su vida había comenzado el día que supo que estaba embarazada, pero después de todo lo que he investigado de ella, parecía ser absolutamente cierto. No había nada de ella antes de los tres meses de embarazo, después de allí su vida comenzó en el restaurante donde trabajó hasta que la enfermedad se lo permitió.

Sus compañeros de trabajo no sabían nada que yo no supiera, su jefe tampoco pudo aportarme nada más, aparte de que el día que llegó a pedir el trabajo, no se movió del sitio y trabajó de gratis, hasta que él decidió contratarla.

Nunca salió con ningún hombre o fue lo suficientemente discreta para que yo no me enterase. Su tiempo libre era para mí, y cuando yo comencé a hacer mis propias actividades, su tiempo libre era para ella.

La única persona que podía saber algo más de ella era mi papá. Así que por eso lo buscaba, porque quería tener todas las piezas que pudiera tener de mi mamá.

Quería decírselo a Hayden ahora que estaba mejor, pedirle ayuda, pero no lograba hacerlo, porque esta investigación era el último secreto que tenía con mi mamá, y no estaba listo para compartirlo con más nadie.

Por todo eso, cuando Patrick Anders encajó con todos los perfiles, me emocioné.

¿Cómo la había conocido?

¿La había cortejado?

Fantaseaba con todas las cosas que quizás ella pudo comentarle de su vida y que a mí me darían nuevas pistas para localizar toda la historia que me estaba faltando.

Habían sido una relación casual, pero algo tuvo que haberle comentado. La ciudad donde se crió, donde nació. El nombre de algún familiar. Algo. Lo que sea.

El principal problema era que Patrick Anders vivía en Oregón, por lo que no podía pedir una cita y presentarme. Debía escaparme de los ojos de Hayden y no podría hacerlo solo, necesitaba ayuda.

Y nadie mejor que los O'Pherer para que me ayudaran a escaparme sin ser descubierto.


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Nota de Autora:

BIENVENIDOS SEAN TODOS Y TODAS, A LA NUEVA TEMPORADA DE JUEVES CURIOSOS....!

JUEVES CURIOSOS de No Juzgues La Portada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora