Porque te quiero... {Flozmin}

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PDV Jazmín 

Me acabo de despertar, ya se me hizo tarde para ir trabajar y encima se me parte la cabeza. No hay señales de Flor en el departamento y sabe que odio cuando hace esto.

Me levanto de la cama, me tomo algo para el dolor de cabeza y después me voy a bañar. 

Para cuando llego al hotel ya son casi las 12 del mediodía y Javo se hizo cargo de todo a pedido de Flor, aparentemente. 

JV: ¿Cómo está a bella durmiente más beba de todo el reino de las bebas?

J: Dormida, con resaca, y enojada porque no me despertaron.

JV: Por lo que me contó Vir tuvieron una noche movidita en el boliche. 

Y cómo si se tratase de esas novelas en donde uno de los protagonistas comienza a recuperar sus recuerdos después de haberse despertado de un coma por haber tenido un terrible accidente, y luego de que su amigo/hermano haya hecho la promesa de que si el accidentado se salva va a dejar que haga su vida tranquilo o no va a interferir más en su relación, me empiezan a venir flashes de lo de anoche. Recuerdo haberle dicho a Flor que no estaba tan en pedo, y realmente no lo estaba, pero en cuanto entramos a ese baño algo se prendió en mí, la acorralé contra la puerta y pasó...

Lo siguiente que se me viene a la cabeza es nosotras saliendo de es baño y chocándonos de frente con Virginia. 

JV: ¿Te cae la ficha ahora? - se ríe.

J: Digamos que si – apoyo los codos sobre la mesada.

JV: No, nada de andar lamentándose ahora. Anda a cambiarte y vení a darme una mano con todo esto. 

Siguiendo las ordenes de Javo, fui al vestuario a ponerme mi uniforme y volví para encontrarme con una cocina vacía y un cartelito sobre la mesada que decía: 

"En un rato vuelvo."

Desde que llegué al hotel que no hay señales de las hermanas Estrella, lo cual me preocupa un poco porque casi es la hora del almuerzo y por lo general siempre estás presentes para este momento.

Empiezo a emplatar algunas cosas para los huéspedes que están en el restaurant, hasta que la puerta de la cocina se abre dejando entrar a una Miranda Estrella con millones de papeles en las manos, lapiceras y resaltadores.

J: ¿Cómo va todo eso de la medicina?

M: Bien – deja todos los papales sobre la mesada y se sienta - Pero esto no es nada de la facultad.

J: ¿Ah no? ¿Y qué es? Si se puede saber, claro.

M: Obvio que se puede saber, es más venía a pedirte ayuda.

J: ¿A mí? 

M: Sí, es una canción, y quería saber si me querías ayudar a terminarla.

J: Obvio, decime lo que tenes y mientras sigo con esto pensamos en algo.

M: Por ahora tengo esto: "Anda ve, cuéntale tú amor, dile que la amas abre el corazón, ella es la que te quita el sueño, ella es la que te quita el sueño." Eso 2 veces y después sigue así: "Su amistad se ha transformado..." y hasta ahí llegué por el momento – se ríe - Es poco pero quizás me puedas dar una mano.