Cuando piensas en la persona adecuada, en su forma de ser, en la manera de mirarte y, sobre todo, en lo que te hace sentir, dejarías todo por seguirle donde quiera que vaya. ¿Pero esto siempre es así?
"Prefiero perder mi orgullo por la persona que q...
La luz me cegaba. Alguien, llamémosle mamá, me había abierto las cortinas dejando que entrara toda la claridad posible en mi cuarto, aun sabiendo que no me gusta nada. Con la almohada en la cara me giré para intentar darle la espalda a aquel maravilloso sol que tanto me molestaba en ese momento, pero un olor peculiar me desorientó.
Eso que huelo son...¿churros? No me lo puedo creer. Esto me hizo levantarme de la cama casi de un salto, cosa de la que me arrepentí porque me dolían las piernas de una manera increíble desde ayer, para ir corriendo a la cocina.
- Dime que es cierto que has comprado churros- los buscaba con la mirada mientras me acercaba a mi madre.
- ¿Es lo mínimo no? Echaba de menos a mi niña- respondió mientras me daba un abrazo y me peinaba el pelo un poco.
- Muchas gracias mamá, los voy a pillar con ganas, pero recuerda que no debería comer esto- aunque mientras decía esto, estaba cogiendo uno.
- Por un día no pasa nada Aina, si después lo quemas todo.
- Ya, sí lo sé pero no me conviene, que después tengo ardor todo el día cuando empiezo a bailar.
- ¿Hoy también?
- Es mi trabajo, mamá. Si dejo de entrenar y ensayar un día, es un día que aprovechan los demás para superarme y ahora precisamente no puedo dejar que pase eso.
- Bueno pero prométeme que bajarás el ritmo un poco, aunque sea hoy que es domingo.
- Vale, te lo prometo. Mira si quieres hoy salgo a correr un rato, ensayo un par de horitas y ya tengo la tarde libre. ¿Te parece?
- ¡Me parece perfecto! Entonces ya que estarás aquí para almorzar, puedo hacer la pasta carbonara que era la que más te gustaba de pequeña.
- Mamaaa- supliqué.
- Ay hija ¿entonces qué vas a comer?
- No te preocupes por mí. Tú cocina como este tiempo atrás para ti y para papá, como si yo no estuviera, me haré mi propia comida.
Después de discutir largo y tendido sobre este tema, la convencí para hacerme yo mi comida y así poder controlar la dieta que me exigía mi rutina, aunque me acabé sintiendo fatal; sabía que lo hacía con su mejor intención pero no me lo podría permitir si mi intención es quedarme aquí una temporada.
He estado dos años viviendo con mi ex pareja, en Madrid, por lo que apenas veía a mi familia y estaba centrada exclusivamente en él y en mi trabajo. Ahora ya mi trabajo ocupa todas mis demandas, aunque he vuelto a abrir un gran hueco que olvidé para mi familia, con la que estoy viviendo ahora en un pueblecito de León.
Como llegué ayer no he tenido tiempo para localizar a mis amigos y ponernos al día, pero esta mañana tampoco podría hacer nada de eso. Tocaba entrenar. La primera parte iba a ser correr. No tenía ninguna ruta programada por aquí así que improvisaría.
No quería darle un disgusto el primer día a mi madre, así que iba por los sitios más llanos que veía, para no hacer una ruta que requiriera demasiado esfuerzo. Aunque la intensidad no la iba a bajar...
...... (cambio de narrador)
En otro extremo de España...
- Marc, cuando quieras eh...- gritó mi hermano Álex desde el otro lado de la puerta.
- ¡Pero si es temprano!
- Eso dices siempre y después pasa lo que pasa.
- Como si las bicis se fueran a escapar sin nosotros- respondí abriendo la puerta aunque con una sonrisa en la cara- Estaba viendo un vídeo en Instragram.
- ¿Interesante?
- No mucho, pero parece que se lleva grabar las clases de baile ahora o no sé. Mira, es de una academia de Madrid por lo visto.
- A ver.
- Activa el sonido- de repente, un corazón gigante apareció en la pantalla indicando que le había dado a me gusta- ¡Idiota! Es un toque, no dos- miré a mi hermano y ya estaba con la risa floja.
- ¡Anda ya joe si no pasa nada! Ha sido un desliz, bah, déjame ver. ¿Quién es ella?- preguntó tras ver el vídeo.
- Ah ni idea, vamos que me da lo mismo, aunque ahora parezca que no porque un gracioso le ha dado me gusta- lo vi riéndose y ya me entró el cachondeo a mí también- ¡qué cabrón eres!- dije antes de salir escopeteado hacia las bicis para empezar nuestra rutina.
...... (cambio de narrador)
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¡Gracias a todas por empezar a leer esta novela! Espero que la continueis y que os guste, traerá sorpresas interesantes.
