Necesito tu ayuda

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La respiración se me entrecortó en sueños, haciendo que me despertara de un salto acordándome de lo que me había olvidado. ¡Estupendo! El whatsapp a Marc. No sé si me matará o no, pero oye creo que mejor avisarlo ahora antes que volverme a dormir.

 No sé si me matará o no, pero oye creo que mejor avisarlo ahora antes que volverme a dormir

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Dicho y hecho. Escribí lo más rápido que pude para volver a dormir, algo que no me costó demasiado, he de decir. Así que no me enteré de nada más hasta que el sol me empezó a molestar a los pies de la cama, y ahí fue cuando decidí levantarme. Pero no para bajar la persiana hasta que no hubiera ni un rayito de sol en mi habitación, no, sino para espabilarme ya, porque me había despertado de un mal humor increíble.

Lo primero que hice fue, como siempre, desayunar. Mi madre estaba trabajando, así que hoy tocaba estar sola porque, como ya sabéis, mi padre apenas está por casa. Sinceramente desde pequeña he estado acostumbrada a estar sola por casa. El trabajo de mi padre es muy puñetero y está en casa 5 días no, 2 sí, 4 no, 3 sí...en fin. Y el de mi madre es tres cuartos de lo mismo. A veces me despierto pensando que no está y sí está, y viceversa. ¿Cómo quieren que yo esté mentalmente cuerda con el caos que siempre ha habido en mi casa?

Tras esto y la maravillosa ducha que me pegué, recordé que seguía teniendo la maleta en el coche, y que si quería llevármela este fin de semana, lo suyo sería que empezara a deshacerla, digo yo. Fue entonces cuando el mal humor con el que me había despertado se esfumó, porque me encontré encima de la maleta la gorra de Marc y me hizo recordar lo que pasó ayer.

Por una vez después de bastante tiempo empezaba a sentir que algo me podía salir bien y que, porque la última vez que estuve con alguien fuera un desastre, esta vez no tenía por qué ser igual. Confiaba en Marc, confiaba en mí y con eso basta para empezar a llevar adelante una relación.

A mediodía, durante el almuerzo con mi madre estaba preparada para la pregunta clave, la que me haría para saber qué tal estaba todo después del fin de semana, aunque sabía que lo haría de una manera sutil, no preguntaría directamente por Marc.

- Y ¿qué tal fue el fin de semana?- preguntó antes de darle un bocado a un trozo de pollo al horno del que hoy me había encargado yo expresamente.

- Bien, ha sido entretenido. Y diferente- respondí sin más, sintiendo su mirada clavada en mí.

- ¿Y ya está?

- Ya está- respondí pero con una sonrisa disimulada, de la que mi madre se dio cuenta al instante, pues acto seguido sonrió ella también.

......

Test finalizado. Y hoy he de decir que por fin, porque estoy reventado. Han sido unos días muy intensos, física y mentalmente que han acabado conmigo. Y si a esto le sumas que anoche me costó conciliar el sueño, aun teniendo que madrugar hoy de nuevo, tenemos como resultado unas ojeras arrolladoras y un cansancio descomunal.

Y aún no había acabado el día. Aunque lo que venía ahora era lo que más me apetecía del día, quizás: dejar cerrado todos los detalles del viaje con Aina. La llamé pero no obtuve respuesta, volví a llamar y tampoco.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora