Es una sorpresa

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- Me parece que vas a tener que presentarles al mecánico- confirmé al ver que los que habían abierto la puerta eran sus padres.

......

- ¿Aina?- preguntó mi madre al abrir la puerta mirando a todos lados, hasta que lentamente llegó a las escaleras- Hola- susurró al vernos.

- No esperaba veros antes de salir, creía que veníais más tarde.

- ¿Interrumpimos...?- preguntó y antes de acabar respondí.

- Para nada, mamá. Si ya nos vamos, estamos listos- la mirada de mi madre iba de Marc a mí y de mí a Marc. No sé si esperando una presentación o queriendo que se la tragara la tierra, pero estaba incómoda, eso segura, pero yo estaba en blanco, no sabía cómo reaccionar. Esperaba que mis padres no lo conocieran, así podría salir airosa.

- Bueno me presento yo- dijo Marc mirándome con cara de asesino pero con una media sonrisa- soy Marc...- no le dio tiempo a acabar. Hoy estábamos por no dejarnos acabar las frases.

- Marc Márquez- acabó mi padre, con una clara expresión de asombro. Genial. Mi padre lo conocía.

- El mismo- respondió estrechándole la mano y dándole dos besos a mi madre, que creo que no sabía quién era.

- El mecánico, ¿no?- preguntó mi padre mirándome.

- De motos...-respondí poniéndome roja- papá ¿qué querías que te dijera?

- Pero a ver ¿no eres mecánico?- preguntó mi madre súper perdida y yo ya reía de lo nerviosa que estaba. Me quería ir de aquí.

- Cariño es piloto de motos. Lo has visto varias veces, el de las salvadas.

- ¿Eres tú?- joder, lo conocía también- mira yo no entiendo mucho de motos, ni las veo pero cada vez que haces alguna sale por todos lados- rió y Marc igual- y eso no tiene que ser nada fácil.

- No, no lo es. Algunas salen de la nada, esperando no caerte y ya casi con los ojos cerrados- sonrió y ea. Ahora a ver quién nos movía de aquí.

20.30h. No sé a qué restaurante íbamos, porque no me lo había dicho, pero por muy cerca que estuviéramos, íbamos justos porque la reserva era a las 21h y no había quién los callara, así que tuve que cortar la conversación.

- Marc deberíamos salir ya ¿no?- miró su reloj y vio que sí que se hacía tarde. A ver, que tampoco te van a quitar la mesa si llegas 5 minutos tarde, pero no era plan.

- Sí es verdad, no me había dado cuenta de la hora.

- Marc ¿estarás aquí más días o te vas ya?- preguntó mi padre.

- Sí estoy aquí el fin de semana, me voy el domingo ¿por qué?

- Puedes venir mañana a almorzar- mi padre estaba deseando cocinar en casa. Normalmente no lo dejábamos para que se despeje un poco de las cocinas, pero él es así- si te apetece, claro.

- Emm, claro, sí yo encantado- respondió mirándome esperando una afirmación por mi parte. Que no me importaba, fíjate tú, yo iba a estar en mi casa, pero lo veía raro. Raro porque seguro que mis padres se estaban pensando otra cosa.

- Bueno pues mañana almorzamos aquí- afirmé antes de coger las llaves.

- ¡Estupendo!- dijo mi madre dándole dos besos a Marc y él después volvió a estrecharle la mano a mi padre.

- Nos vaaamos- tuve que repetir porque veía que no salíamos y menos mal que por fin llegamos al coche, no sin antes pedirle (ya en la calle) que me hiciera una foto en un muro famosísimo en el pueblo, porque está levantado en frente de unas casas, sin sentido alguno, pero quedan unas fotos chulísimas siempres por la luz y conseguí que él se llevara una foto en el mismo sitio.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora