Cuando piensas en la persona adecuada, en su forma de ser, en la manera de mirarte y, sobre todo, en lo que te hace sentir, dejarías todo por seguirle donde quiera que vaya. ¿Pero esto siempre es así?
"Prefiero perder mi orgullo por la persona que q...
- Sí, Marc, abre- dije rodando los ojos, ante lo que cambió su expresión hacia cierto asombro por verme tan irónica.
- Espera- fue hacia la puerta y abrió. Tras ella, estaba Irina, con cara de preocupación. Sabía que no había visto a Marc desde esta mañana, que no sabía cómo estaba tras la caída, no física, sino emocionalmente. Pero joder, vaya momento para llegar.
- ¿Cómo estás?- preguntó mientras le daba un abrazo.
- Todo bien. Borrón y cuenta nueva ¿no?- respondió él con una sonrisa y entonces me miró de nuevo.
- Perdonad- siguió Irina- ¿interrumpí algo?
- No, no. Tranquila, seguid hablando. Yo tengo que hacer la maleta- me alejé un poco de ellos, bajo la mirada de incredulidad de Marc, creo que por no imaginar que me iría tan pronto. Pero tenía todo planificado ya.
Ellos siguieron a lo suyo y yo guardé lo poco que traía. Así que no tardé ni cinco minutos en dejarlo todo en su sitio. Aunque se me olvidaba una cosa, el polo. Cogí una de mis camisetas y una sudadera y me metí en el baño. Además, aproveché para hablar con Álex, que aún no estaba aquí.
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- Marc, te dejo en la cama el polo que me prestaste- fui hacia ésta y lo dejé doblado encima. Cerré la maleta mientras Irina le decía algo a Marc.
- ¿Ves como ésa era su talla? Le quedaba clavado- anda, genial. Había sido ella.
- Tengo que irme- cogí mi maleta y me acerqué a Marc- lo siento, pero voy con la hora justa y no me apetece llegar hiperventilando, como cuando vine ayer.
- Pero ¿ya? ¿No te puedes quedar hasta mañana por la mañana que salimos nosotros? Vuelve a España conmigo.
- No puedo, Marc. Mañana tengo que dar clases por la tarde y tengo que prepararlas y todo- y además, aunque no te lo diga, no me apetece quedarme aquí.
- ¿Te vas ya?
- Sí- echó una mirada rápida a Irina, pidiéndole intimidad y ella lo entendió, así que salió un momento del motorhome.
- ¿Qué pasa, Aina?
- No me pasa nada. Pero estoy cansada, ayer fue un día muy largo y hoy también.
- ¿Recuerdas lo que aceptaste hace unos días?- preguntó mientras me rodeaba, haciéndome soltar la maleta de golpe al estar en un segundo pegada completamente a él.
- Eemm no- dije haciéndome la loca.
- Vendrás la semana que viene a pasar conmigo los días previos al gp de Cataluña- recordó sonriendo.
- Aaahh esoo.
- Sí, eso- pasó su pulgar por mi menton. Maldito gesto que tenía tan integrado ya y que de vez en cuando necesitaba tanto, por muy simple que pareciera.
