Mi bichito

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- Aina, di algo- su expresión de incredulidad ante todo lo que había soltado hace unos segundos me estaba desconcertando.

- Yo...-respondió apartando su mirada de la mía.

- Tú...

- Yo...- se aclaró la garganta- no Marc. Yo no quiero ese "algo más", no estoy preparada para una nueva relación y menos así.

- ¿Así cómo?

- Pues así, en esta situación. ¿Tú te lo imaginas, Marc? Creo que lo sabes mejor que nadie, que no podría ser una relación normal- aunque lógicamente no quería esa respuesta, sabía que tenía razón. No podía tener una relación normal con nadie- Además, no quiero meterme en una relación. Acabo de salir de una y necesito tiempo para mí, para ir donde quiera, disfrutar con mi trabajo, vivir. No quiero un compromiso, espero que lo entiendas.

- Lo entiendo- y era verdad- no pretendía ponerte en un aprieto, simplemente quería soltar todo lo que llevo pensando desde ayer, porque no podía callarme más.

- Pero me lo tenías que haber dicho antes- dijo con media sonrisa- ayer en el coche cuando te empecé a notar raro, por ejemplo.

- Es verdad- sonreí- pero no me atrevía.

- Marc, esto ya depende de ti. Ya te he contado que no quiero una relación, que esto es lo que estoy buscando ahora mismo, pasar días con alguien con quien esté cómoda, hacer lo que nos apetezca y pasarlo bien. Pero que sigamos así o no dependerá únicamente de ti.

- Y...¿si es que no?- pregunté con miedo a la respuesta que me podía encontrar.

- Si es que no, tú harás tu vida y yo la mía, como antes- sonrió- hablaremos si quieres claro, no desaparecería del todo de tu vida si es lo que quieres saber. No me esfumaré.

- Espero que sea así. ¿Todo aclarado entonces?

- Emm no. No sé cómo queda todo- rió- ¿seguimos como hasta ahora o cortamos de raíz?- solo pensar en esta última opción me hizo estremecer, algo que intenté disimular creo que con éxito.

- Como hasta ahora- respondí y ella esbozó una gran sonrisa de satisfacción.

- ¿Sin sentimientos?

- Sin sentimientos- prometí levantando la mano en señal de juramento.

- Es lo mejor para los dos- dijo levantándose y dándose la vuelta hacia el coche, dejándome sin saber qué iba a hacer, así que la seguí y cuando estaba cerca suya, le pillé uno de los mechones más largo que caía sobre su espalda y tiré levemente de él hacia mí- ¡Que jartible eres!

- Ui espera que saca la vena andaluza- reí y ella metió medio cuerpo en el coche, seguía sin averiguar para qué.

- La tengo- dijo y empezó a sonar la música que acababa de poner en el coche. Salió de éste y vino donde yo estaba.

- ¿Qué tienes tú de andaluza a ver?- ya la veía venir, había empezado a moverse al ritmo de la música que sonaba, que yo ni sabía cuál era pero a ella se le notaba que la música corre por sus venas porque se adaptó rápidamente al ritmo de la canción.

- El carácter imagino, que es el mismo que tiene mi padre- seguía bailando como si estuviera en una discoteca.

- Prefiero no comprobarlo- respondí siguiéndole el baile.

- Ah- dijo parando mientras ponía una mano en mi pecho- y también que soy bética.

- Venga ya- reí.

- Sí sí, hasta la médula, ¿hay algún problema?- preguntó intentando ocultar una sonrisa.

- Noo ninguno, es mi segundo equipo favorito y estoy deseando ir a un partido, que nunca lo he hecho- respondí sinceramente. De hecho una vez un fan me regaló una camiseta del Betis y la tengo bien guardada.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora