Dejemos que piensen mal

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- ¡Adiooooos tortolitos! Usad protección- gritó Álex desde la entrada guiñándonos el ojo a ambos antes de cerrar la puerta y dejarnos solos en casa.

- ¡Qué imbécil eres!- respondí tirándole una toalla que encontré a mi lado, pero que acabó estrellada contra la puerta cerrada- tu hermano no tiene remedio, siento decírtelo- me giré hacia Marc y vi en su expresión que él pensaba lo mismo.

- ¡¡Nos vemos después!!- volvió a gritar Álex desde el otro lado de la puerta.

- ¿Puedo cambiarme ya?- le pregunté a Marc poniendo cara de cachorrito para que me dejara empezar a prepararme antes de decirme cuál era la sorpresa.

- Aún no. Tienes que hacer una cosa antes, para saber qué es lo que vamos a hacer.

- ¿No me lo vas a decir?

- Lo siento, pero no- respondió sonriente.

- ¿Quién me lo va a decir entonces?

- La piscina.

- Marc, no te entiendo. ¿Puedes explicarte bien, por favor?

- Ven conmigo- extendió la mano y la entrelazó con la mía para poder llevarme casi arrastrando.

Llegamos hasta la piscina y él me miraba inquieto, pero yo no entendía nada.

- Dios, Marc, me estás poniendo muy nerviosa. ¿Qué pasa?

- ¿No ves nada raro en la piscina?

Di una vuelta rodeándola e intentando ver algo, no sabía el qué, pero algo que él quería que viera.

- Sólo veo agua- y menos mal. Porque si hubiera algo raro, la piscina la iba a probar estos días quien yo me sé

- Perfecto. Entonces vas a tener que meterte- En cuanto escuché estas palabras salir de su boca lo miré analizando si podía ser una broma y él pareció descubrir en qué pensaba- no, no es una broma. En el fondo de la piscina hay 5...cosas...-se lo pensó- que tendrás que coger para ver qué plan tenemos.

- Y si...- busqué el recogedor de hojas dando con él en menos de dos segundos, pero Marc vio hacia dónde dirigí la mirada y salió corriendo hacia allí a la misma vez que yo lo hacía también.

- ¡Gané!- dijo al llegar al recogedor y poniéndose entre éste y yo.

- ¿Y si no me quiero meter qué?- provoqué para ver si me daba alguna ayuda.

- Si no te quieres meter no pasa nada. Volvemos con los demás, cenamos y listo.

- Pues no me parece mala idea...- respondí sopesando esta opción.

- No serás capaz- se le dibujó en la cara una media sonrisa y entonces me di cuenta de lo tonta que estoy siendo. Tonta e imbécil. Tonta por caer en estos pequeños detalles de vez en cuando sin darme cuenta. E imbécil había momentos en los que me daba por pensar que quizás estuviera bastante pillada por Marc, cuando no era así realmente.

- Está bieeen me meteré. ¿5 cosas?

- 5. Ni una más. Mira, aquí tienes unas gafas de bucear- me las dio y ya me estaba arrepintiendo.

- Planazo- dije irónica mientras me quitaba la ropa y me quedaba en ropa interior. Cogí las gafas de bucear de sus manos y me metí poco a poco mientras veía a Marc mirarme fijamente con quizás otras intenciones ahora mismo- si piensas que después de hacer que me meta en la piscina ahora mismo, con el agua helada como está, vas a echar un polvo, piénsalo dos veces porque va a estar muuuy complicado- aunque ahora que ya estaba dentro, esta sorpresa me estaba intrigando más de lo que pensaba.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora