Dame un beso

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Al día siguiente de hablar con Marc volví a hablar con Álex. Sabía que el tono que tenía Marc el otro día en su voz cuando hablamos sobre si nos podríamos ver o no era de poca convicción, por saber que es verdaderamente complicado. Y eso ahora, que aún no ha empezado la temporada. Por eso teníamos que aprovechar ahora y me dirigía a darle una sorpresa.

Estaba en el tren que me llevaba dirección Barcelona, donde estaba Marc desde hace dos días para ver el partido del Barça. Hablé con Álex para preguntarle cómo podía hacer para encontrarme con Marc sin que él supiera nada y esta vez fue él quien se ofreció a ayudarme, así que me recogía en la estación de Barcelona, ya que estaba en esta ciudad desde antes que su hermano, para pasar él su examen médico.

Era la primera vez que veía a Álex desde Valencia y la verdad que me estaba dando mucha vergüenza, no sé por qué. No sabía hacer otra cosa que acudir a él para pedirle cosas, pero esta vez es que en serio no tenía ni idea de qué hacer para verlo antes de que empiece la temporada.

- ¡Por fin!- dije para mí misma cuando salí del tren. Más de 6 horas que me habían resultado eternas y encima ahora tenía tantísima hambre.

Para no partirle mucho los planes que tenían, le dije a Álex que mi tren llegaba a las 4, pero era mentira. Acababa de llegar a Barcelona y eran las 14:40, pero así podía comer yo en la estación y ellos hacer lo que tuvieran planeado.

Poco antes de las 4 le mandé un whatsapp a Álex para decirle que ya estaba llegando y rápidamente me respondió que ellos en 5 minutos estaban aquí, que me esperaban justo a la salida de la estación. No sé cómo lo había hecho, qué le habría dicho a Marc, pero me valía que no se oliera nada.

Cuando pasaron 5 minutos cogí mi maleta y salí de la estación. No veía nada en ese momento. Mis ojos se habían acostumbrado a la luz del tren y después a la de la estación y ahora no tenía valor de enfocar las imágenes rápido, menos mal que no tardé mucho en hacerme a ello, porque cuando me di cuenta tenía a los dos hermanos delante mía, Álex mirándome fijamente y Marc mirando su móvil, por lo que aún no me había visto.

- ¡Aquí está! ¿Qué pasa, Miguel?- dijo con una gran sonrisa. ¿Miguel? Entonces Marc alzó la vista del móvil y siguió la dirección que llevaba la mirada de su hermano, hasta dar conmigo y darse cuenta de que realmente estaba ahí delante suya.

- ¡Esto es broma!- exclamó guardando el móvil y dejando ver una pequeña sonrisa.

- Encantado, soy Miguel- dije alargando el brazo para intentar estrecharle la mano, pero no me dejó. Pegó un tirón de mí para darme un fuerte abrazo, que fue correspondido de inmediato.

- Ejem de nada ehh...-dijo Álex haciéndose notar

- Muchas gracias por ayudarme y estar calladito, Álex- respondí dándole un abrazo a él también.

- Así que Miguel...-murmuró Marc.

- ¿Quién era Miguel? Osea, sé que era yo, pero...- no me dejó acabar

- Miguel es un "amigo" que no existe. Le dije a Marc que teníamos que recoger a un amigo mío que iba a pasar unos días en Barcelona y cuando me preguntó quién era fue el primer nombre que se me ocurrió- afirmó sonriendo.

- Me parece estupendo. Pero no quiero que se me quede Miguel ¿vale? Prefiero Aina.

- Mmm, yo prefiero Miguel- dijo Marc disimulando una sonrisa.

- Ya está el porculero- le di un leve empujón y él rió mientras pasaba un brazo por mis hombros acercándome más a él. Y no era porque me molestara, pero os recuerdo que estábamos en un sitio bastante público, con muchas personas entrando y saliendo y encima en Cataluña, donde la gente está acostumbradísima a verlo y a conocer su cara, así que como no me apetecían rollos de gente mirando, me aparté un poco de él, dejando claro con la mirada lo que pasaba y él, por suerte, lo pilló al vuelo.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora