No me pidas más (Marc Márquez)

Se ha quedado buena noche

Maratón 1/5

Narra Marc

Estamos a 15 de enero y yo sigo sin descanso con la rehabilitación de mi hombro. Es un peñazo, sinceramente, pero espero llegar lo mejor posible al primer gran premio. Y para eso, toca sufrir.

En menos de un mes teníamos el primer test y, aunque les costó convencerme, me iba a tomar unos días de relax porque estaba saturando demasiado al hombro ya. Aunque creo que estando así no llegaré bien a Qatar.

Nos íbamos un fin de semana a una casita rural junto con unos amigos y algunas chicas. Una de ellas conocida, mi cuñada, Miriam. Llevaban juntos unos cuatro meses y por fin mi hermano salía con una chica que me agradaba, aunque entre ellos seguían teniendo unos piques que no eran normal. Pero como todo el mundo dice, del odio al amor hay un paso.

Yo, en cambio, llevaba casi un mes quedando con Lucía Rivera y, por el momento, todo estaba yendo viento en popa, así que venía también a esta salida. ¿Que me hubiera gustado seguir intentándolo con Aina? Seguramente sí. Pero todo era cada vez más complicado y Aina era una persona difícil de llevar en algunos aspectos, al contrario que Lucía.

- ¡Hola, Marc!- dijo Miriam al encontrarnos mientras me daba un abrazo con cuidado de no tocar el hombro izquierdo.

- ¿Qué tal? Cuánto tiempo- dije irónico, pues la había visto en fin de año.

- Ya ves. Nos tendremos que poner al día- rió y miró a Lucía- ¡hola!- uii esa sonrisa qué falsa.

- ¡Hola! Miriam ¿no?

- Justo, sí- respondió antes de disculparse porque la llamaban.

Mientras seguíamos hablando los demás y decidíamos quién dormía en qué habitación veía a Miriam dando saltos, gritando algo que no se entendía por mucho que quisiera y, en definitiva, volviéndose loca.

- ¿Esta noche? ¡Guay!- por fin entendí algo- hombre, por supuesto, ¿por quién me has tomado? Bieeen aquí todo bien acabamos de llegar... sí... somos mmm 7- ¿7? Éramos 8, así que se había dejado a alguien atrás- vale vale te dejo ya que escucho que te empiezan a echar la bronca- rió- venga bonita te quiero mucho y muchísima suerte!!

Colgó y rápidamente aparté mi mirada de ella. Imaginaba que estaba hablando con Nuria, que tengo entendido que sigue en EEUU y, no sé, quizás venía a España. Pero ¿mucha suerte? Bah, estaba haciendo suposiciones a lo loco.

Salimos a comer y automáticamente volvimos a la casa porque hacía un frío espantoso fuera. En cuanto llegamos, encendimos la chimenea y nos quedamos todos en la planta baja de la casa, menos un par de amigos que se fueron a dormir un rato.

En la esquina del sofá se sentaron Álex y Miriam mirando el móvil de ella impacientemente, hasta que a ambos se les alegró la cara.

- Holaaa- gritaron los dos y se escuchó a lo lejos una voz que reconocí al instante, lo que me hizo mirar el móvil, sin ver nada más que la carcasa de éste. Era Aina.

Rápidamente ambos me miraron y Miriam se levantó para coger unos auriculares y ponérselos ella y Álex. Bufé y Lucía me miró extrañada.

- No es nada- fingí. Buenos amigos decíamos, por supuesto. Ya se veía.

Pero no tardaron mucho en cortar la videollamada, algo de lo que me alegré, porque quería poder hablar tranquilamente con quien fuera sin temer que ella me escuchara ni que me viera, ni yo a ella.

Por la noche, tras cenar, mientras preparábamos unas copas Lucía habló.

- Chicos ¿puedo poner La voz un momento? es la final y ya mismo va a cantar mi favorito- sonrió y todos la aprobaron, incluso Miriam, que había empezado a subir las escaleras hacia las habitaciones antes de que ella hablara. Y justo cuando lo dijo, volvió a bajar los pocos escalones que le había dado tiempo a subir, uniéndose al plan. Un detalle por su parte, porque a ambas las notaba frías entre ellas.