Míster discreción

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Tras darle varias vueltas a la tentativa oferta de Marc, me negué. No porque no me apeteciera, sino porque iba a ser el cantazo máximo. Si alguien que nos hubiera visto en su momento juntos en Sevilla me viera aparecer por el circuito de alguna manera, aunque fuera en foto, empezarían los rumores. Marc parece que no se lo tomó mal, lo entendió incluso, aunque como él no se puede quedar sin salirse con la suya, contraatacó.

 Marc parece que no se lo tomó mal, lo entendió incluso, aunque como él no se puede quedar sin salirse con la suya, contraatacó

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He de decir que esa oferta no me costó aceptarla, porque me apetecía volver a pasar unos días con él

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He de decir que esa oferta no me costó aceptarla, porque me apetecía volver a pasar unos días con él. Y como encima no había puesto pegas a lo de quedarme en un hotel, iba a salir todo sobre ruedas.

Las dos semanas pasaron llenas de preinscripciones nuevas para la academia, la búsqueda de un nuevo profesor, que ya conseguí encontrar el adecuado, y las continuas charlas con Marc. Últimamente estamos cogiendo una mala costumbre. A ver, en realidad es muy buena porque es la de hablar todos los días por teléfono. Nos hace estar más conectados por decirlo de alguna manera y la relación que tenemos es más cercana así. La parte mala de esta costumbre es que lo hacemos hasta las tantas de la madrugada. No sacamos otro momento en el día que no sea por la noche y al final al día siguiente el sueño y el poco descanso pasan factura. Pero, de momento, sigue mereciendo la pena. Aunque sabemos que llegará el día en que nuestro cuerpo nos dirá "por favor, hablad todo lo que queráis pero a las 6 de la tarde si puede ser. Gracias y dormid"

Esto lo hicimos hasta que se fue a Italia. Decía que tenía ganas ya de coger la moto y, si para él la moto significa lo que para mí el baile, lo entiendo porque cuando llevo días sin bailar es como si me faltara algo. Lo único que yo tenía bastante expectación por el ambiente en Italia después de lo que había pasado en Argentina.

Durante los entrenamientos del viernes todo fue bien y Marc estaba contento. O al menos eso ha dado a entender. Yo lo que me planteo es cómo no tiene a la mitad del paddock enamorado perdido. O quizás sí que lo tiene...

El sábado fue el desastre. Me desperté temprano para ver de nuevo los entrenamientos, desde los de Moto3, que ya me estaban viciando también. Pero casi una hora antes de que Marc saliera a pista vi una noticia que me hizo estremecer en cuanto vi el titular.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora