Cuando piensas en la persona adecuada, en su forma de ser, en la manera de mirarte y, sobre todo, en lo que te hace sentir, dejarías todo por seguirle donde quiera que vaya. ¿Pero esto siempre es así?
"Prefiero perder mi orgullo por la persona que q...
- Bien- dijo Marc- entonces puedes irte- apartó la mirada y se echó a un lado, dejándome vía libre para salir.
- Genial- respondí antes de salir y encontrarme con Roser.
- ¿Qué ha pasado, cariño?- preguntó al verme, imagino, con la cara descompuesta.
- No es nada Roser, no te preocupes- cuando vi que dejaba de mirarme, para mirar a alguien que estaba de nuevo detrás mía, supe que Marc había vuelto a salir.
- Mamá ¿puedes acompañar a Aina a recoger su maleta?- yo no me digné ni a mirar hacia atrás. Me quedé inmóvil de espaldas a él hasta que ella respondió.
- Claro sí, vamos- pasó su mano por mi espalda y empezamos a andar cuando escuchamos que volvía a cerrar la puerta con fuerza, haciéndonos estremecer a las dos. El silencio era el protagonista durante el viaje que hacíamos ambas, hasta que se decidió a volver a preguntar- ¿estás bien?- su mano no se había despegado de mí ni un solo segundo y, sinceramente, me reconfortaba.
- Creo que sí- murmuré- si esto se veía venir. Era complicado.
- Lo habéis intentado, que es lo que importa. Al menos no os habéis quedado con las ganas- sonrió y me hizo pensar.
- Eso es cierto- me alivió un poco escuchar eso porque, si no lo hubiéramos intentado, creo que nos habríamos quedado con esa horrible duda toda la vida.
Volví a casa dándole vueltas a todo lo que acababa de pasar y a la rapidez con la que se había roto todo. Empecé a deshacer la maleta y me arrepentí al instante al ver que había metido la ropa que me había regalado: su camiseta y su sudadera. Cogí ambas, las doblé y las metí en una bolsa, pensando rápidamente qué hacer con ellas, hasta que di con la solución.
Mientras seguía desordenando casi todo mi cuarto por deshacer la maleta me acordé de Instagram. Llevaba días sin actualizar nada, desde que llegué a Cervera. Pensé que hacerme una foto ahora, con la habitación como la tenía y con las mala cara que llevaba, sería una locura, pero no hay nada que el móvil no pueda arreglar.
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