Sigo sin fiarme de ti

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No sé cuántos minutos pasamos pegados el uno al otro, pero se me pasaron como si de segundos se tratasen. Y eso no hizo otra cosa que confirmar lo que ya me temía: estaba loca por Marc. Me había roto los esquemas, porque yo no quería esto, porque mis planes iban por un camino bastante distinto. No quería volver a pasar por una relación que puede salir mal y menos aún con las condiciones que supondría tenerla con Marc, por eso me comportaba de esta manera, porque dicen que volverse una persona fría es lo único que nos puede salvar de sentir dolor...

- Tu hermano está esperando- dije sin apenas mirarlo

- ¿No te ibas a pintar los labios?- preguntó pasando su dedo pulgar por mi labio inferior, poniéndome más nerviosa aún.

- No, ya da lo mismo- asumí mientras me dirigía a la puerta de la habitación, viendo cómo Marc sonreía ampliamente antes de salir tras de mí.

 Fuimos directamente al coche, punto de encuentro que habíamos establecido con Álex, y mientras estábamos en el ascensor empecé a darle vueltas a qué hacer con lo que acababa de sentir y con lo que ya sabía que me pasaba, porque ahora mismo no tenía ni idea de cómo reaccionar.

- ¿Estás bien?- cuando habló me di cuenta que me había quedado mirando al suelo y con el cuerpo en tensión y él se había dado cuenta.

- ¡Claro!- exclamé fingiendo normalidad- estaba pensando en mis cosas- intenté sonreir y él hizo lo mismo pero imagino que se quedaría intentando adivinar en qué pensaba.

- ¡Hombreee! Desde que me habéis avisado hasta que habéis llegado ha pasado un buen rato ehh- dijo Álex cuando llegamos al coche- a saber qué hacíais.

- Me entretuve un poco más, perdona- dije para que no siguiera soltando indirectas- ¿Cuál es el plan?

- Ahhh no sé- dijo Álex poniéndose serio- ¿tenía que pensarlo?

- ¡Pues claro! Te lo dijimos antes de subir, que te tocaba pensarlo a ti- dije intentando aguantar la risa, pero viendo la cara de desconcierto que tenía Álex me estaba costando mucho.

- Nooo noo a mí no me dijisteis nada

- Pero si íbamos en el ascensor cuando te lo dijimos- dijo de repente Marc siguiéndome el juego- joder Álex ahora vamos a perder más tiempo aún pensando qué hacer y dónde podemos ir.

- Yo...-la voz le empezaba a fallar y estaba intentando pensar demasiado rápido.

- Pobrecito- dije mirando a Marc y entonces ambos empezamos a reir- tranquilo Álex, era broma, no te habíamos dicho nada

- ¡Ésta os la devolveré! En serio creía que estaba sordo o algo, porque para no enterarme en el ascensor- suspiró aliviado.

- Venga vámonos ya pensaremos a dónde- dijo Marc entrando en el coche, seguido por nosotros- lo primero de todo, ¿has estado aquí antes, Aina?

- Pues sí pero era muy pequeña, apenas me acuerdo de nada así que me llevéis a donde me llevéis seguramente no me suene de nada- reí

- Como si fuera nueva entonces- sonrió Álex- vamos a llevarla por lo más conocido entonces- dijo mirando a su hermano, que asintió sin pensarlo dos veces.

Así que la tarde sí que la pasamos así, de un lado hacia otro, sin parar. Estábamos molidos o, al menos, yo lo estaba. Habíamos recorrido todo lo que les había dado la gana, de lo que me sonaban muy poquitas cosas, ya les dije que vine aquí cuando tenía unos 5 ó 6 años, por lo que era complicado que me acordara de muchas cosas.

Tras haber parado a cenar volvimos al hotel, donde nos despedimos de la manera más formal que pudimos y era algo que yo agradecí, pues no tenía fuerzas para otro momentazo con Marc. Nos dimos dos besos y ellos fueron a su habitación y yo a la mía. Ya sabía que no quería estar sin Marc, porque me trataba como hace tiempo que no. Con él me vuelvo a sentir especial, y eso creo que es lo más importante. Eso estaba ya muy claro, pero ahora me quedaba pensar cómo se lo iba a decir y si estaba realmente preparada para ello.

No me pidas más (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora