Mi pequeño angel.

210 11 0
                                    

???

—Tenemos a la niña..— gigantes hombres entran al cuarto.

—¿Cual niña?— Preguntó con impaciencia

Los dos guardias compartieron miradas.

—La que ordenó que robaramos..— dijo uno de los matones con timidez

—Asi esa niña...— el jefe frunció los labios —!Ineptos¡ Yo dije a Skyler Dashwood no a su hija— gritó

—Pero jefe...

—largo, parece que tendré que cambiar de matones...— le hizo una seña con el menton a un guardia que estaba de pie junto a la puerta.

—Señor por favor piedad— suplicaron

—Llevenselos— y se fue.

***

Skyler despertó en medio de la noche y se levantó de la cama muy rápido, se quedó un momento de pie hasta que uno de los mareos terminará y buscó con la mirada algún rastro de su esposo.

Angustiada comenzó a llamarlo pero no hubo respuesta así que salió de su habitación y se dió cuenta que había un cinta amarilla bloqueando el pasillo que llevaba hacia la habitación de su pequeña hija. Comprendió que el secuestro de Behati fue real más no un sueño. Los habitantes de la casa solo de concentraban en un mismo lugar, el despacho de Arafat.

Caminaba aún con las lágrimas rodando por sus mejillas, escuchando los murmullos provenientes de aquella habitación. Lo primero que vió fue a su esposo y después a los hombres de la casa junto con los policías al rededor de una mesa circular discutiendo el asunto de la desaparición de su hija.

—Disculpenme— murmuró Arafat y todos voltearon en dirección a Skyler.

Jeremy, Aryan, Eidan e incluso los gemelos estaban ahí quienes le dedicaron una leve sonrisa a ella.

—¿Qué pasa?— dijo él mientras cerraba las puertas detrás

—Dime tú qué es lo pasa ¿Donde esta Behati?— exijio

—Eso estamos averiguando, la policía captó un par de huellas dactilares en la casa de juegos, planta baja y en los brazos de Jasmine— Arafat lucia realmente afectado

—Tenemos que encontrarla— sollozó...

—skyler necesitas calmarte acabas de sufrir un ataque de pánico y te desmayaste tienes que ir a recostarte y..

—no quiero irme a dormir, necesito encontrar a mi hija

—querida, no eres la única que quiere encontrarla. Estamos haciendo todo lo posible..

—NO— espetó —No lo están haciendo sólo están ahí creando estúpidas respuestas.

—Oye— intentó tomarla del brazo

—Dejame— se soltó bruscamente —Yo si la voy a buscar— le dedicó una mirada fulminante y se dió la vuelta.

Se detuvo delante de la puerta de su cuarto para girar la cabeza en dirección al pasillo bloqueado con cinta policíaca. Extrañada camino hasta allá y de un tirón quitó aquel molesto obstáculo para seguir su camino. Cargaba un gran dolor en su pecho, se sentía vacía y triste. Cuando dobló en la esquina se encontró con Roslyn y Marcus custodiando la entrada al cuarto de su hija.

—No debería de estar aquí señora— dijo con autoridad Marcus y Skyler se sintió aún más dolida

—Voy...voy a pasar al cuarto de mi hija— susurró con tristeza

—Señora Skyler no puede...

—Si, si puedo— interrumpió a Roslyn —Abre la puerta— ordenó

—Si— murmuró

Marcus abrió la puerta del cuarto y deja que ella se adentrara. Se quedo sola y con la mirada ya algo cansada admiró el cuarto de paredes color rosa pastel, la alfombra con un unicornio en su centro, las fotos colgadas en la pared y sus pertenencias regadas por el suelo. Se podía imaginar a su hija durmiendo en paz en la cuna  con Jasmine a su cuidado sentada en la silla leyendo su revista de maternidad cuando minutos después un par de hombres entraron y se llevaron a su pequeña, o quizá estaba en su casa de juegos con las amas de llaves a su cuidado cuando disparos se escucharon y entonces llevaron a Behati a los interiores de la casa pero fue un grave error costando la vida de las dos chicas y el secuestro de su hija.

Sobre la comoda estaban los portaretratos con las fotos familiares pero había algo extraño faltaba 1 de las rosas que había en el florero aún lado de las fotos. Dejó de prestarle atención y tomó una prenda de un pijama que había en el mueble. Recorrió la habitación poniendo los peluches en su lugar y acomodando la cama, tomó una de sus Barbies Malibú sabía que se estaba haciendo daño al estar en ese lugar y tomando sus cosas.

Sostuvo en sus manos un portaretrato de plata con la foto de su pequeña angel antes de que cumpliera su primer año de vida.

—Mi bebé— su corazón se volvió a romper —¿Qué clase de ser mal viviente? Puede alejar a un bebé de sus padres.— las lágrimas volvieron a salir —Eso eres...una bebé...mi bebé— sorbio su nariz

Se acostó en un sofá que había aún lado de la ventana y abrazó la cabra de peluche llamada talula. Lloró hasta quedarse dormida.

Eran las 2 de la madrugada cuando Arafat entró a la habitación para encontrarse con Skyler dormida profundamente. Él también se puso a ver las fotos de su hija sobre la comoda y se maldijo a sí mismo.

—Nada de esto hubiera pasado si yo le hubieran dicho la verdad— susurró apenas audible

—¿Cual verdad?— una voz femenina habla tras él

—No es nada— murmuró

—Quiero saber— ordenó

Suspiro irritado

—A Jeremy le han estado llegando amenazas en contra tuya por parte de algún grupo terrorista.

—¿No tuviste la decencia de venir a decírmelo?— frunció el ceño a manera de enojó

—No creí que fuera tan serio, ambos pensamos que sería algo pasajero y que se cansarían de amenazarnos— mintió

Enfurañada ella se levantó del sofá

—Todo es tu culpa— acusó — tuviste que decírmelo. Yo te pregunté si todo estaba en orden y me dijiste que si también confíe en tí— apretó los puños

—Se suponía que era un secreto..

—¿Secreto?, !La vida de mi hija corre peligro.¡— gritó

—Perdoname Skyler— tomo una de sus manos

—Jamas te perdonaré por esto— retiró su mano —Si mi hija no regresa yo misma te mato—Empujo torpemente su cuerpo

—Tienes que calmarte— la toma por los brazos

Náuseas aparecen en su interior su estómago no está contento y quiere devolver lo último que a ingerido. Se tapa la boca de las manos y va rápido hasta el baño en dónde fuertes arcadas se escucharon por parte de ella. Terminó y se enjuago la boca con agua, una capa fina de sudor apareció durante el vómito y trató de respirar con normalidad.

—¿Estás bien?.

—Si estoy bien— no le dirigió la mirada











¡oh, my love! Pt. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora