Las semanas se pasaron volando fue bastante tiempo para Skyldr pensara en lo que iba a hacer este fin de semana. Un día atareado como siempre en Saudí Aramco, lleno de ir y venir por los pasillos para diferentes temas a debatir sobre el futuro de la petrolera, había una propuesta muy interesante combinar las empresas de Skyler con las de la familia de Arafat haciéndola una sola.
Bueno ese era un plan B a futuro por si se llegaba a venir una crisis en el país. En la oficina ya por la noche seguían con varias tareas con prisa para terminar. Arafat concentraba la vista en la mano de Skyler en la que sujetaba un bolígrafo y escribía con velocidad sobre una hoja de papel cualquiera —fue extraño, pues ya nadie tomaba notas sobre un papel a menos que fuera en un post it—
—¿Que haces?— preguntó Arafat y su gruesa voz hizo que Skyler se perdiera de su concentración
—Hago unas cuentas— murmuró con voz dulce pero no lo observó, si no apretó los ojos tratando de recordar algo —Que bien..lograste que perdiera la suma—comentó irritada
—Ese era mi objetivo— musito
Se levantó de su silla y apagó la lámpara de escritorio, tomó su saco y caminó con elegancia hacia Skyler. Hecho un vistazo rápido hacia su apunte después de unos segundos se impresionó.
—Fraccionas y cuentas cifras millonarias— puso una de sus grandes manos sobre el delicado hombro de Skyler —Es hora de irnos mi bella genio— le tendió la mano
—Tienes razón, mañana terminaré— Ella también tomó su abrigo y con ayuda de Arafat se lo puso
Se tomaron de la mano y salieron de la oficina pasando por en frente de la secretaria de Arafat que aún seguía su trabajo. Se pusieron frente al ascensor esperando por su llegada, los vellos de la nuca de Skyler se erizaron cuando escuchó la presencia de unos tacones caminando hacia ellos.
—Arafat— la estruendosa voz de Yemina resonó detrás de ellos, voltearon al mismo tiempo
—Buenas noches Yemina— comentó sin expresar emoción alguna. Lo cual hizo estremecer a Skyler.
—Arafat, te necesito en la oficina— Skyler frunció el ceño pues obviamente algo no estaba bien
—Yemina si necesitas algo puedes pedírselo a Lilian— dijo con cortesía
Yemina se encendió de furia al ver no aceptará a ir con ella, luego de unos segundos el hombro de cabellos negros y cejas pobladas —cerca de unos 66 años— también hizo su presencia
—Arafat lamento molestarte a estas horas— el hombre realmente pareció apenada —pero necesito hablar contigo
—No se preocupe señor Assad.. Pero quizá hablemos mañana, Skyler esta agotada y necesita descansar.
El señor Assad endureció sus facciones tensando la mandibula y frunciendo el ceño levemente, Yemina se escondía como un cachorro con la coña entre las patas mirando de reojo el asunto..
—Es necesario Arafat... Debemos hablar— insistió el señor Assad
Era mejor que fuera a hablar con él para que no siguiera molestando, tenía una idea de la conversación que tendrían.
—¿Está bien que Roslyn te lleve?— con su pulgar acarició el rostro de porcelana
—Claro— Asíntio —Te esperaré en casa..
—Te amo— le dio un casto beso en la frente
—Yo también te amo— correspondió a ese beso —Hasta luego y buenas noches— se dirigió hacia Yemina y su padre
—Igualmente señora— correspondió el señor Assad
Al salir del elevador Roslyn la estaba esperando, la llevó hasta el auto y empezó a conducir en dirección hacia la mansión. El camino largo y silencioso la estaba ayudando a pensar sobre Grecia, si iría era por su padre, ya que él siempre había querido que algún día sus hijos fueran los organizarán el evento y ayudarán con el dinero en diferentes partes del mundo, una simple gala benéfica podría ser divertida. ¿Que podría salir mal?
—Gracias por traerme, Roslyn— dijo con amabilidad
—por nada, señora— hizo una leve sonrisa
SKYLER
Me despedí de Roslyn y subí las escaleras, me dirigí al cuarto de mi pequeña hija Behati debía de ayudarla a dormir y darle el beso de buenas noches. Entré a su habitación en donde estaba Bel leyéndole un cuento en Árabe.
—Mami— Expresó con felicidad mi hija
—Hola Behati— dije con amor, caminé hasta ella y la tomé en mis brazos —Gracias Bel— sonreí a mi ama de llaves
—por nada jequesa, que tenga una buena noche iré con el pequeño Iskander
—igualmente Bel y por favor ten lista su frazada.— Sonreí
—Enseguida— y se fue
—Te extrañé mucho mi hermosa princesa— le di un beso sobre su pequeña mejilla —Es hora de que duermas mañana haremos un largo viaje..— volví a darle otro beso
La acune en mis brazos y comencé a cantar su canción de cuna preferida. Mientras cantaba ella miraba directamente y con atención a mis ojos. Con cuidado coloque a Behati dentro de la luego le puse un par de almohadas a los lados y la arrope con una frazada afelpada, le di un último beso y me fui cerrando suavemente la puerta.
Con Iskander fue más fácil hacerlo dormir, lo envolvi en su frazada y lo acosté dándole un beso.
—Te amo pequeño...—susurre
Por último cerré las ventanas y abrí las cortinas ya que así le gustaba dormir a mi bebe, todo debía de estar en silencio y en completa oscuridad, a la mitad de la noche se despertaria para pedir de comer.
Entré a mi habitación y me fui a dar una ducha con agua caliente, el dolor de mi vientre iba desapareciendo poco a poco. Tomé uno de los jabones de menta perteneciente a Arafat, adoraba ese aroma en él era tan dulce y embriagante. Después salí de la ducha para ponerme bragas, sujetador y una bata rosa cubriendo mi cuerpo, quite el exceso de agua en mi cabello y lo deje suelto sin cepillar.
Estaba decidido me iría a Satorini, pasaría todo un fin de semana ahí sin trabajo, ni presiones y sobre todo sin Yemina merodeando cada 5 minutos por nuestra oficina. Estaba en la cama dando vueltas porque no podía conciliar el sueño así que me levante y fui hasta la terraza en donde me senté en uno de los sillones de mimbre que daban vista hacia los jardines traseros.
ARAFAT
Llegué a casa e inmediatamente subí hasta la habitación donde Skyler me esperaba. Me sentía mal por no haberla acompañado del trabajo, pero sinceramente fue una tontería escuchar al señor Assad.
Abrí la puerta con cuidado de no hacer algún ruido alguno pero Skyler no estaba en la cama, busqué en los penumbras de la habitación pero no había rastro. El olor a menta inundaba la pieza, deje caer por accidente las llaves en el suelo...
—¿Hola?— una suave voz llamó desde la terraza
Aliviado me olvidé de las llaves y fui hasta allí. Unas delgadas piernas estaban estiradas a lo largo del asiento de mimbre, subí mi vista poco a poco hasta llegar a sus ojos que tenían una mirada penetrante puesta en mi.
—Estas despierta aún— murmure
—Te esperaba— dijo
No podía quitar mi mirada de ella, Skyler era una mujer muy hermosa.