Regresé del establo después de unas horas, entré a la casa para ir a ver a mis pequeños antes de tomar el desayuno con la abuela. Hoy hay más seguridad de lo normal, incluso Arafat contrató héroes de guerra como guardias de seguridad para las puertas, entradas, salidas, jardines etc.
¿La razón?, bueno en Arabia Saudí, nunca se celebra la navidad porque no es un país cristiano. Arafat me contó que su padre la celebró, por que la señora Sophianne se hizo una gran amante de las fiestas navideñas.
La historia va asi. Antes del que señor Ahmed tomará el cargo de su padre para mandar en el país, se dedicó a viajar por años en el mundo con la señora Sophiane, descubrieron tradiciones y culturas diferentes a la suya, una de ellas era la navidad..el señor Ahmed pensó que no era gran cosa, pero para la madre de Arafat le había encantado el concepto de regalos y unir a la familia. Regresaron a Arabia y cuando llegó un 24 de diciembre, Sophiane puso en marcha su fiesta navidad....y la idea le gustó mucho al abuelo de Arafat..
Había grupos de personas encontrá, de que se introdujeran tradiciones ajenas a su cultura, incluso gente llegó a protestar sobre esto, queriendo hacer daño a los acreedores del "infierno pagano"...en pocas palabras atacar a la familia real.
En fin...navidad empezó a gustarle a medio país con el paso de los años y fue así que la familia de Arafat, sigue esta tradición por señora Sophiane. Ella demostró que la navidad no era mala, pues hacía actos de bondad con el pueblo y en especial a los que menos tenían.
La historia a mi parecer es linda y cursi a la vez, pero sin son tradiciones impuestas por mi dinfuta suegra ¿que puedo hacer? Más que disfrutar.
***
¿Porque estaba nerviosa?, era solo una fiesta...claro mi primera fiesta, tomando el cargo de la señora Sophianne. Aún estaba envuelta en un albornoz blanco, caminando de un lado a otro de mi habitación, mordiendome el labio hasta lastimarlo con ligereza.-Pase- contesté a la persona que estaba tocando la puerta.
Era mi abuela, traía puesto un vestido azul celeste que brillaba de manera linda. Ella caminó hasta a mi.
-¿mi niña? ¿Sucede algo?
-Abuela tengo miedo, hay muchas personas ahí abajo y siempre termino en humillaciones- suspire
-Cariño...en, ti la inseguridad no debe de existir, las personas siempre estarán al pendiente de un falló en nuestros movimientos...y no digo que tu no puedas fallar, pero, no debes de olvidar que tu aspiras a ser "perfección".
Puso frente a mi, el vestido que usaré y arqueo las cejas.
-Y algo que no va contigo...es la impuntualidad. Como en América dicen..."Vamos a cerrarles la boca"
-Pero abuela...
-Si tu tatarabuela viviera, te hubiera dado una razón para preocuparte de este modo. Mi madre era una Baronesa y mi padre un Barón, siempre teníamos que asistir a fiestas como estas...pero ella no se preocupaba por que los demás dijeran de ella.
-¿Por?- pregunté interesada en la historia de mi abuela
-Una buena educación y ser cordial, sin olvidar tus modales...bastaban...poner la cabeza en alto y demostrar una sonrisa.
-¿Y ya? Esperaba otra cosa...
-Lo sé, yo también esperaba lo mismo cuando me lo contó. Pero luego entendí que es la mejor manera de hacerles ver, que no eres igual que ellos y que no son inalcanzables. Es mejor reírte de tus errores e intentar no volver a cometerlos.
-De acuerdo abuela- inhale profundo y solté el aire de un tirón
-además, tus maquillistas hicieron un buen trabajo...mi niña eres hermosa, eres la sultana más hermosa - acarició mi mejilla
Mi vestido era de un color rojo escarlata, tenia un hombro al descubierto y el otro un manga caída hasta el largo del vestido. Mi cabello esta recogido de manera elegante, unos pendientes largos de diamantes que iban a juego con mi anillo de bodas, mis zapatos tenían finas tiras con brillantes y ¿que cosa no podía faltar?, claro...una corona. La corona de perlas y brillantes, que la madre de Arafat utilizó. Incluso en la sala principal hay un cuadro en el que ella está usando la corona y un hermoso vestido azul rey.
-No quiero caerme- apreté el brazo de Arafat. Nos encontramos a punto de bajar las escaleras.
-No lo permitiré...- murmuró dándome un beso en la frente.
Regla número 1: No mostrar afecto entre pareja en público.
Mi vista se encontró con todas las personas presentes, observandome, entre ellos se encontraban Jasmine, Jeremy y mis demás compañeras de oficio. Mientras bajaba los cientos de escalones, sujetada del brazo de mi esposo, note que la seguridad había aumentado de manera considerable. Sentía un nudo en el estómago, rezaba a dios que nada malo sucediera esta noche.
-Te dije que no te cairias- Arafat me susurró al oído
-Gracias- contesté