El sol golpeaba mi cara y eso me despertó, cerré mis ojos con rapidez cuando me tope con la claridad. Me había quedado dormida sobre el sofá en el balcón, me levante y estire mis brazos haciendo que el cuerpo me crujiera un poco.
Fui hasta mi habitación y me encontré mi pequeña Behati sentada sobre la cama mientras Iskander ya estaba un poco malhumorado.
-Buenos días mis amores- les di un beso con dulzura a ambos.
Fui a la cocina para preparar un biberon y ponerlo en el calentador, Behati ya estaba acostumbrándose a al biberon e iba dejando atrás mi adolorido pecho.
-Aquí tienes princesa.- le di el biberon y con gusto lo aceptó.
A mi pecho pegué a Iskander que empezó a comer de él con desesperación.
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Me di una ducha, cepille mis dientes, arregle mi cabello dejandolo "ser" ondulado y me vestí con un par de jeans, camiseta blanca de mangas largas y cuello alto, los mismos zapatos y la misma chamarra azul.
La niñera llegó a tiempo y le explique todo lo que debía de hacer, para dormir a los pequeños debían tener las luces apagadas, sin ruido pero dejar las cortinas abiertas.
-Regresaré pronto mis amores- me despedí de ellos - Ayze si hay algún problema deje mi número pegado sobre el refrigerador.
-No se preocupe señora, vaya sin pendiente- la dulce chica me inspiraba confianza
-Nos vemos más tarde- me fui.
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Hice compras durante el día, adquirí los muebles necesarios que llevarían esta misma tarde, ropa nueva para todos y algunos juguetes que se amarán los pequeños como un peluche de una cabra cimarrón y una abeja...los favoritos de Behati.
Necesitaba un par de cosas así que me apresure para llegar lo más. Rápido a casa.
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????????
Me detuve cuando el semáforo se puso en rojo. Trabajaba en un hospital en la mejor zona de Zurich pues pagaban bastante bien. Esta mañana se me hizo tarde para salir al trabajo así que estaba muy desesperado.
Veía el contador de segundos y me di cuenta de que faltaban solo 20 para que cambiará la luz a verde. Mientras tanto observaba a mi alrededor, las personas eran estiradas en este lugar y venían e iban de tiendas con precios equivalentes a mi salario de un mes.
Entre todas esas personas resaltaba una chica, tenia las manos metidas en los bolsillo de su chamarra azul y un caminar tan elegante como el de una reina. Era imprudente que me quedara viendo fijamente a una mujer en la calle, hasta un poco enfermo pero no lo evite...recorri todo de ella hasta llegar a su rostro.
Conocía bien esas finas facciones, ojos de un azul intenso y una larga e inigualable melena rojiza que caía en cascada por sus hombros y la mitad de su espalda.
Sus labios estaba curveados en una sonrisa...¿Skyler Dashwood?.
-imposible- susurre
Era ella...quiza este loco pero juro que la vi. Solo 20 segundos me bastaron para darme cuenta de que ella se encontraba en Zurich.
Entró en un de esas tiendas de precios exuberantes y no la vi más.