-me la pasé increíble- le dije a Arafat mientras íbamos de regreso a casa, para esta noche.
-Las personas están felices contigo..- murmuró
***
La noche de la fiesta llegó, sentía los nervios a flor de piel. Aún después de la platica con la abuela, me sentía insegura. Si...yo era quién era, la esposa de un jeque árabe y no debía de sentirme menospreciada por las demás personas.
Encontré a Jeremy y Jasmine en la fiesta. ¿Como dejar pasar a mi hermano?, después de todo es mi hermano...Jasmine iba reluciente (como siempre), Jeremy me observaba con una expresión relajada y neutral.
-Sky- llamó por mi nombre
-me da mucho gusto que estén aquí...- susurre
-A nosotros también, hace mucho que no te veo. Luces muy bien en ese vestido- entre lazo mi mano con la suya
-Gracias jere..sabes, la abuela esta aquí
-Si- asintió -a ido a Marrackech antes de llegar aquí, ella luce...
-mal, ¿sabes lo que hará?
-Skyler... No podemos hacer nada al respecto, es su decisión y debemos de respetarla.- frunció el ceño -Para mi también es difícil perderla
-Jeremy, cariño. Por favor deben de disfrutar su presencia ahora--Jasmine señaló a mi abuela con un leve gesto con el mentón. -entiendo que se sientan mal, lo mejor es que acompañen a Lady Jocelyn esta noche. Arafat y yo estaremos cerca por si nos necesitan- antes de irse Jasmine nos dedicó una sonrisa.
-Sky...e sido malo contigo, quiero reconciliarme, necesito que tu y yo estemos bien
-Yo también lo necesito jeremy, pronto llegará el día y necesitaré a mi hermano
La noche transcurrió con normalidad, había conocido a la familia de Arafat. Todos eran muy agradables y simpáticos, en especial la pequeña Maritza...la sobrina de Arafat, si, así es. Yo tampoco lo creía, tiene una hermana, además de Aryan, que se llama Dylan.
Dylan, una alta mujer esbelta con cabello rizado color negro y piel de un color moreno claro, no se parecía al difunto señor Ahmed. Curiosamente era bastante parecida a mi suegra...Dylan debería de tener al rededor de 24 años
-Asi que tu eres Skyler, estoy muy feliz de conocerte--tomo mi mano entra las suyas
-Si...lo-lo siento Dylan es que estoy bastante impresionada- traté de esbozar una sonrisa
-Arafat no habla mucho de mi, no somos tan cercanos. Pero la tradición de mi madre nos a tenido unidos de una u otro manera- sus ojos verdes me observaron con detalle -Además muero por conocer a tus pequeños
-claro...- susurre -¿vas a quedarte aquí?- pregunte
-Si, mi esposo, mi hija y yo nos quedaremos, ¿hay algún problema?- arqueo una ceja
-No no no para nada, lo decía para que pudieras conocer mejor a los pequeños
-Eso suena bien.
Dylan Elyes, una mujer con aspecto conservador y un tanto severo.