Y ahí se encontraba frente a frente con los hombres de cara pálida y pasamontañas observándola como una presa fácil. Compartieron unas risas de burla mientras se miraban el uno al otro, skyler frunció el ceño al no entender su chiste.
—Debe ser un chiste...— dijo uno de los gigantescos hombres —La reina en su corsé blanco.
—Esto es patético.— murmuro el otro mientras iba a la parte trasera de un auto y regresó con una cuerda
—No es necesario tanta violencia— dijo muy segura
—Escucha no sé de qué cuento de hadas saliste pero esta es la vida real.— tomó ambas manos de la pelirroja y ató las cuerdas muy fuertes a punto de cortarle la circulación.
—No eres muy bueno haciendo nudos— se burló skyler. Algo que no podía contener era contestar.
—Cierra la maldita boca— su compañero le colocó un pedazo de cinta gris en la boca y pasó a atarle los tobillos
Como un costal de papas estuvo en el maletero del coche desde hace mucho tiempo —casi una eternidad—. Algunas veces trató de conciliar el sueño pero no pudo hacerlo de solo de pensar que en estos momentos su esposo, jasmine y su hermano vueltos unos locos tras desaparecer así de la nada. El auto frenó y ella se puso tensa; escuchó como una puerta era abierta y cerrada casi al instante, agudizó el oído y parecía ser grava carraspeando bajo los lentos pasos de una persona acercándose al maletero. Cerró los ojos ante la fuerte claridad de lo que podía ser una mañana y lentamente los abrió, el hombre quien le había atado las manos apareció.
—¿necesitas salir?— preguntó irritado y secándose el sudor con la manga de su camisa negra de mangas largas mientras se alzaba un poco el pasamontañas dejando ver una cicatriz muy extensa. Demonios.
Ella asintió con la cabeza deseaba ver el lugar en donde estaba, el tipo la cargó en sus brazos con brusquedad y la puso de pie después le quitó con agilidad las cuerdas y le arrancó la cinta de la boca.
—Eso dolió— se quejó skyler
—Discúlpelo su alteza real— el otro hombre salió del coche —No pudo tirarse a la chica de ayer— sin problema alguno se quitó el pasamontañas —Calor del demonio— gruñó
—¿donde estamos?— Examinó el lugar con la mirada. Solo era un camino sin pavimentar en medio del desierto, era ella con esos dos sujetos y había pequeños arbustos secos y uno que otro cactus. Lo del calor no era una broma hacía al menos unos 45 grados en ese lugar. —Necesito que me den a mi hija— se puso furiosa
—Cállate y ve detrás de ese arbusto a hacer...lo que tengas que hacer— el tipo sin la máscara la miró de arriba a abajo con el ceño fruncido
—No quiero hacer nada, lo que único que quiero es ir por mi hija— replicó
El de la cicatriz soltó un bufido y la tomó por el brazo llevándola de nueva hacia el auto —solo fue tiempo perdido— sin previo aviso skyler le escupió en el rostro por que él pasó una mano por su trasero —Maldita ya me tienes harto— le apunta con un arma
—Basta Kremlin el jefe le quiere con vida— dijo con naturalidad y un sedante fue inyectado en su brazo. —Ya no nos dará problemas súbela— ordenó
***
Poco a poco abrió los ojos por un leve movimiento en su brazo. Vió a una chica de cabello negro incada a su lado y atrás de ella un chico bastante alto no podía distinguir su aspecto.
–Mirala..— la chica con voz suave paso sus dedos por el cabello de Skyler —No puedo creer que es ella— murmuró
—Silencio Aslin, está despertando— le gruñó a la chica
Skyler soltó un suspiro sentía un ardor en su brazo y con torpeza se trató de sentar sobre el viejo colchón.
Tuvo un deja vu en ese momento, como si ya antes hubiera estado en una situación similar, se frotó la frente confundida y parpadeo un par de veces después de ver el lugar en el que hallaba. Una habitación bastante nauseabunda. El suelo estaba cubierta por una gruesa capa de polvo, las paredes con podridumbre encima y un olor desagradable que le hizo arrugar la nariz.
—¿En donde estoy?— Pregunta seriamente —¿Ustedes tienen a mi hija?, ¿Que es lo que quieren?— habló con locura
—si, tenemos a la mocosa de tu hija— respondió la chica con asco — queremos algo que tú tienes...
—Aslin..— Habló el hombre detrás de ella
—¿Que?
—Largate— pidió el chico. Ella hizo un gesto de enojo y salió del cuarto azotando la puerta.
Pasaron unos minutos de silencio incomodo mirándose entre sí. Examino a él tenía un parecido con alguien el cabello pelinegro, ojos grises y piel blanca. Esbozó una sonrisa ancha junto con una risa.
—¿No me recuerdas?— preguntó el chico sentándose en la silla frente a ella
—No te reconozco— habló Skyler
—Es obvio, ¿Cuántos años han pasado? ¿15 ó 17 años?— preguntó a él
—No tenemos el gusto..
—¿Te gusta el lugar?— ignora totalidad el comentario de ella
—No— respondió con frialdad
—Yo pensaba que sí... después de todo tu vivías en un lugar como este— él pasó la mirada por la habitación
—No estoy entendiendo nada ¿Que tiene que ver esto con el secuestro de mi hija.
—No lo se dímelo tú— se levantó de la silla
—Genial esto es desesperante
—Y se volverá a un más desesperante— estornudó — tu y....yo nos conocimos cuando teníamos 9 años.
Se quedó callada.
—¿Como te va en la vida?— rió —No sabes cuánto he esperado por este momento incluso tu hermano se tragó el cuento de kirkut y los disque ataques terroristas— dijo entre risas
—¿Te parece gracioso?— replicó Skyler
—Bastante...— se puso una mano sobre el estómago para calmar su risa —Fueron realmente estúpidos todos ustedes.
—Ve al grano— pidió
—Te dejaré sola para vuelvas 17años atrás, diviertete— salió del cuarto