014|Secreto de Elías.

353 54 7
                                    

Ya era viernes, volvía a casa después de unas largas dos horas en el salón. Cuando iba entrando veo el auto de Elías venir y el bajando rápidamente.

—¡Priscila!  Ahí estás, tengo que hablar contigo — dice apuntándome con sus llaves en la mano, me quedé parada en la entrada.

—Oye cálmate — digo sonriendo levemente, nunca lo había visto tan nervioso y es gracioso.

—Voy a entrar a tu casa.. Aguarda ¿Qué te hiciste en el pelo?

—Es un nuevo color ¿Te gusta? — pregunté mostrándole un mechón

—Si me gusta más que el anterior — dice haciendo una mueca con la boca—. Pero en fin vamos adentro

—¡Ey!  El verde no era feo —digo siguiéndolo hacia la puerta de casa

Mi nuevo color era un azul oscuro. Sí, es que cuando el consejo viene de un hombre hay que tenerlo más en cuenta ¿O no? Dejaré de buscar excusas y diré que me lo pinté porque él me lo había pedido. Pero también por que quería sorprender a Chris.

En toda la semana el chico del periódico no había aparecido, ninguna nota, ninguna señal. A pesar de que le envié mensajes en su número. No sé por qué.

Chris me llamó ayer, estuvimos casí tres días sin hablar hasta que se dignó a hacerlo diciéndo que vendría por el finde semana. Por eso traté de ponerme lo más linda posible.

El gato de Richard se cruza por mi piernas cuando abro la puerta de casa.

—¿Este es Michi? —Richard había llamado así al gato

—Sí ¿No es adorable? — pregunté colgando las llaves

—No, no me gustan los gatos ¿Y Gaspar?

—Andará por el jardín —contesté y lo llamé gritando su nombre,  el perro apareció por la puerta trasera con las patas llenas de barro negro. Elías le acaricia la cabeza.

—Tendré que limpiar eso luego —digo subiendo las escaleras, ellos me siguen

Cuando ya estamos en mi habitación Elías se sienta en la silla de mi escritorio con Gaspar a sus pies, y yo en mi cama

—Muy bien ¿Qué pasó? — cuestioné

—Estoy decepcionado — se lamentó—. ¿Cómo Sofía no pudo decirme que tiene depresión? ¿Tú lo sabias?

—Si lo sé —digo apretando los labios, Elías agacha la cabeza triste—. Ella no quería que supieras

—¿Y por qué?

—No lo sé, para no preocuparte

—Estoy harto de todo esto —dijo rodando los ojos —. Era su mejor amigo y ahora ya nada es lo mismo desde que Nicolás apareció.

—¿Estás celoso? — pregunté

—No.

—Ellos se gustan Elías.

—Me doy cuenta — dijo suspirando

—¿Y por qué debería molestarte?

—Porque Sofía siempre me ha gustado.

Fué un valde de agua fría para mí.

—¿Y por qué no se lo dijiste antes?

—Porque ella solo me ve cómo un amigo — dice frunciendo los hombros

Elías se enteró cuando la psicóloga de Sofía envió un mensaje a su celular, y él lo leyó. Esto era demasiado para mí pero cómo son mis amigos debo ayudarlos.

—No aguanto ver como los dos viven el día acaramelados y yo tengo que fingir que no me molesta.

—Dios, yo no sé que decirte — dije cabizbaja

—Solo no cuentes nada. Lo he estado callando durante mucho —dice con la voz quebrada.

—Ok. Será nuestro secreto —le sonrío y me paro yendo hasta él para juntar nuestros dedos meñiques en forma de promesa.

***

Elías se quedó a merendar las cookies de mi Madre como le decía él.  Le encantaban y a Cecilia le caía bien,  cuando se fué ayudé a preparar la cena junto con ella y Ximena.

—Me gusta ese color de pelo, es más decente y menos alocado —dijo mi madre encendiendo el horno.

—A ti no te gusta que me pinte el pelo —digo sorprendida de sus palabras —. A Christopher sí ¿Ya te dije que vendrá mañana?

—¿Qué? No ¿Y dónde se quedará? — pregunta mirándome de reojo

—En un hotel que he averiguado —hice una pausa—. Sé que no te cae bien él ¿Pero porqué?

—No sé, él no me inspira cosas buenas y ya.

Había leido por ahí una vez que las madres siempre tienen la razón —ojalá que no fuera así— al menos ella era sincera. En cambio a Papá si le caía bien Chris y a Richard también, si no que él últimamente no está de acuerdo que seamos novios a la distancia.

Papá llegó y luego de un rato nos pusimos a cenar,  le conté sobre Chris y dijo que lo invitara al restaurante al que iríamos mañana para festejar el cumple de Richard. Mamá puso mala cara.

Fruncí el ceño mirándola, tratando de entender el porqué ese odio contra Chris. No puedo ir por la vida odiando a la gente solo por que no presiento nada bueno, al menos a mí eso no me ha pasado y me parece absurdo. Ella ni siquiera lo conoce tan bién.  Christopher es muy distinto a mí, es un buen chico. No es que sobresalga con sus notas y es todo un nerd, pero al menos estudia, le pone ganas y no se droga ni me maltrata.  El siempre está ahí para mí.

Remuevo mi comida en el plato absorta en mis pensamientos. Ese cargo de conciencia vuelve a aparecer cuando pienso en las cualidades de Christopher y lo que le he hecho yo hace unos días.  Yendo detrás de las pistas de un auténtico desconocido,  gilipollas del periódico.  Tengo tantas ganas de saber quién es para insultarlo en la cara. 

La voz de Papá me hace salir de mi trance cuando dice: 

—Sé que es mañana pero, quiero darte tu regalo ahora —hace una pausa sacando un par de llaves del bolsillo de su camisa—. Son para ti

Richard abre los ojos muy grande y terminando de masticar farfulla.  —Espero que esto no sea una broma.

Mi padre ríe y dice que lo compruebe por el mismo, ahora la cara de Cecilia irradia emoción.  Richard aprieta el control remoto del auto y desde afuera se oye un ruido.  Su cara es todo un poema que gozo al verla, estoy feliz por él. 

Afuera le espera un Mitsubishi Pajerito con un moño azul enorme. Richard corre a abrazarlo y celebramos abriendo una botella de Champán. Amo a este tonto hermano. Y estoy segura que tal vez hoy no podrá dormir de la emoción. 

***

Me dueles Elías ☹☹☹
Alguién podría coserle la camiseta como consuelo? 
Okno xd

El chico del periódico | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora