Sentí que algo me jalaba de los pies, derrepente una fuerte claridad invadió toda mi habitación, que dolía en mis ojos.
—¡Priscila! ¡Veinte minutos tarde Priscila! —Al oír la voz de mi madre que gritaba eso mientras abría todas las cortinas, me incorporé de inmediato en la cama.
¡Carajos! Ayer me quedé dormida viendo Riverdale que olvidé poner la alarma. Me paré de la cama, agarré una toalla y me metí a la ducha, tardé tres minutos y ya estaba afuera buscando que ponerme.
Me até el cabello en una cola despeinada, pasé un labial negro por mis labios y nada más, no tenia tiempo de maquillarme como todos los dias, me puse unos lentes oscuros, tomé las botas gamuzadas que encontré a mi alcance primero y una blusa larga a cuadros con un short negro. Rayos me sentia ridícula pero no tenia tiempo para armar un outfit más decente.
Metí los cuadernos en mi mochila que usaria hoy, y bajé a toda marcha a desayunar.
—Verdeee ¿Que ha pasado? —Se burló Richard, se encontraba desayunando al lado de Papá.
—Cállate — Le doy un mordisco a la crujiente tostada y miro el reloj, ya es tarde.
—Cariño ¿Me traes el periodíco? — Pregunta Papá. Asiento con la cabeza, con la tostada en mi boca.
Me encamino hacia la puerta y Gaspar esta hechado frente a esta. Con el periódico en su boca, ya ha desgarrado algunas hojas. Me mira con esos ojitos arrepentidos, esperando a que lo regañe, pero no estoy de humor así que agarro el periódico del piso.
Cuando lo agarro una hoja verde cae de el ¿A caso este chico otra vez?
—Priscila sigues tardando.. —Mamá se asoma a la entrada de la casa, y al ver el periódico y la nota en mis manos, hace una mueca.
—¿Podrias darle de comer a Gaspar por favor? —Le entrego el periodíco desgarrado.
—¿Y esa hoja verde? —Pregunta
—Oh, ehmm— Piensa, piensa — Son mis horarios. — Abro la puerta y salgo corriendo, cruzo el jardín y me guardo la nota en el bolsillo. El chico del periódico ya habia pasado.
Corro sin parar por las cuadras que me quedan para llegar. Con la respiración agitada, abro las puertas del instituto para encontrarme con los pasillos vacios. Maldigo. Ya todos estaban en clase.
Según mi horario deberia estar en clase de Psicologia, corro buscando el salón doce. En estos dias ya me habia acostumbrado a las instalaciones, y las conocia mejor. Cuando llego doy golpes en la puerta, se escuchan personas hablando, así que aún no ha empezado la clase.
Un hombre muy alto, con complexión delgada, con el cabello negro de unos 50 años, llevaba un pantalón de vestir y una camisa a cuadros. Según mi horario, es el profesor Escobeiro.
—Buenos dias ¿Puedo pasar? — Pregunto.
—Buenos dias, llega tarde pero mi clase aún no ha empezado, así que tiene suerte —responde y me mira de pies a cabeza—. Y también tiene suerte de que es nueva, por que con esos shores no la dejaria entrar.
Abre la puerta aún más y me da paso, cuando entro veo a Elias sentado en el frente, y a su lado esa odiosa rubia oxigenada. No otra vez ella.
—Y tomelo en cuenta para la siguiente clase — Murmura el profesor. Asiento y me dirijo al lugar vacio detras de Elias.
—Te vez espléndida hoy —dice por lo bajo.
—Qué sarcástico. — sonrio ironicamente y me quito los lentes. —Me he despertado tarde.
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El chico del periódico | PAUSADA
Roman pour AdolescentsRanking más alto en Novela Juvenil: 01/08/18 ? #343 Necesito comprarme una bici. Necesito aprender a andar en bici. Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas. ¿Por qué es...