017|Diversión y romanticismo.

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Elías llega en su auto al hotel, Sofía va de copiloto y Nico atrás. Chris y yo subimos al lado de Nico.

Ellos hacen chistes y halagos hacia mi nuevo color de pelo mientras nos dirigimos a un parque de diversiones, al instante todos caen muy bien a mi novio, se ríe y de vez en cuando me besa muy fuerte en las mejillas. Está felíz y yo lo estoy demasiado también.

Suena una canción y Elías sube el volumen, es Carly Rae Jepsen «I really like you», me estoy imaginando bailar a Tom Hanks. Amamos esa canción, porque todos empezamos a cantarla. No tardamos mucho en llegar al parque de diversiones, hay música sonando a través de unos parlantes enormes.

—¿Cómo es que no habíamos venido aquí antes? —pregunté a los chicos mientras bajamos del coche

—Es que lo han abierto en estos días, solo por las noches. Pero hoy es sábado y estará abierto todo el día —contesta Elías—.Cuando nos enteramos no podíamos dejar de venir, venimos todos los años

En el lugar hay juegos y gente de todas las edades compartiendo y disfrutando. Lo que más me llama la atención es una rueda gigante, la vista debe ser fenomenal desde ahí y me da curiosidad, hasta ahora es la más alta que he visto. También hay carruseles, trampolines, un kamikaze, autos chocadores para grandes y chicos.

Compramos boletos para casí todos los juegos, por supuesto que tenemos que subir primero a la rueda gigante. Afortunadamente a nadie le da miedo la altura.

Los asientos son para dos, y me siento muy mal por Elías cuando tiene que quedarse solo en un asiento. Sofía va con Nico. Cuando empieza a moverse siento mariposas en el estómago, no sé si es por cómo Chris me está mirando, o si es por la altura.

—Gracias por venir después de que he fallado —le digo a Chris recostandome en su hombro

—Tranquila, ha quedado todo claro —musita—. Además te extrañaba.

—Yo igual — lo miro y le sonrío

—Quédate hoy conmigo en el hotel

—No se que excusa..

—Escapate — me dice encojiendose de hombros—. Ya lo hiciste varias veces.

Conociendo a mis padres no me dejarían pasar la noche con Chris, aún así idea no suena mal, pero ideamos un plan mientras admiramos la hermosa vista del cielo y los montes tan magníficos, por algo la ciudad se llama Monteado. Cuando bajamos nos encontramos todos de nuevo, y vamos a los autos chocadores.

Cada uno es individual, y yo no sé manejarlos tan bién pero pronto le agarro la mano. Elías solo quiere chocar a Nicolás y lo hace con rabia y agresivamente que ya no sé si es medio en serio o medio en juego. Termina en cinco minutos y me he divertido muchísimo.

Los chicos deciden jugar en un puesto con pistolas de agua,  tratando de llenar globos para ganarse un peluche. Sofía y yo nos quedamos cerca viéndolos concentrarse y maldecir

—Vaya, es lindo Chris —comenta

—Lo es, y me ha perdonando —sonrío—. Ese chico me envió un mensaje de nuevo

—¡¿En serio!? —pregunta levantando las cejas—. ¿Qué dijo?

—Que el azul me queda bien —me encojon de hombros

—¿No te da miedo? — Se ha puesto extremadamente seria

—No, no me da miedo

—¡Pero Priscila! Te está espiando, yo si fuera tu llamaría a la policía ¿Cómo sabe que tienes el pelo azul ahora? ¡Tal vez hasta te sigue! ¡Y lo besaste! —exclama ofuscada, desearía que baje la voz

El chico del periódico | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora