-¿Dónde te has metido Priscila? - Comienza Papá con el sermón que estoy segura que estos tres van a darme, o cuatro porque Gaspar también está aquí.
-Hola. Lo siento -musito apretando los labios-, esque he ido a buscar a Chris, él no tiene coche y no conoce nada de esta ciudad - Los tres me miran atentos sin decir nada, así que prosigo
»Luego, fuimos a desayunar y lo llevé para que se quedara en el hotel, pero Sofía me llamó y dijo que quería dar un paseo por la ciudad y fuimos a un parque en el coche de Elías.-¡Al menos hubieses avisado! -protesta mi madre cruzada de brazos apoyada en la mesada de mármol-. ¡Pensé un montón de cosas cuando no ví mi auto en el garaje!
-No me parece correcto que quebrantaras así a tu madre en el estado en el que está - Dice mi padre casi en un susurro. Miro el vientre ya abultado de mi Madre, y sí, tiene razón.
-Lo siento Cecilia, no quería despertarte - susurro con un hilo de voz. Ella solo se limita a asentir y se va subiendo muy despacio las escaleras hacía su habitación.
-Sé que Christopher es tu novio y lo quieres pero no apruebo que te apoye a hacer este tipo de cosas - mi Padre se levanta haciendo a un lado su silla y desaparece en la misma dirección de mi Madre. Pero Crhis no tiene nada que ver en esto, yo solita lo he hecho pero no me da posibilidad de responderle.
Gaspar se echa en el piso, y cuando estamos a solas con Richard me extraña que no diga nada, solo voltea y agarra una taza de la alacena y busca una bolsita de té. El clima se presta para beberse algo caliente. Cruzo la cocina caminando hasta él.
-Feliz cumpleaños - Le digo abrazándolo por la espalda y sonrío.
-Gracias azulita. - Dice abriendo la bolsita de té y colocándola en la taza. Suelto una carcajada ante esa palabra "azulita"
-¡Azulita! -digo y me río a carcajadas, el me imita y pone agua del grifo en una tetera.
-¿Quieres uno? -pregunta
-Si, de miel por favor -digo y me siento donde estaba sentado mi Padre hace unos minutos mientras el prepara los tés
-Sí, cómo no de miel - dice con una medio sonrisa-. Recuerdo cuando Mamá te obligaba a ponerte vestidos con cuellos y florecitas y tomar el té con las vecinas.
-¡Dios, que épocas! -exclamo recordando -. El lado positivo de eso solo era que comía las medialunas, y que descubrí mi amor por el té de miel.
Odiaba eso de mi madre, me compraba zapatos de charol horribles para mi gusto e incómodos. Luego cuando le conté a Verónica una amiga de mi infancia que no me gustaba mi estilo, me hizo entender que nadie debe obligarnos a nada que no nos guste hacer, o que nos incómode. Tenía razón y por más de que sea mi madre no tiene el derecho de elegir mi personalidad y ahora soy lo que soy.
- Eh... ¿Y tú no me vas a decir nada?
Me estiro las mangas de mi abrigo saliendo de mis pensamientos de modo que la tela me cubre las manos, Richard siempre me regaña desde que tengo memoria, cuando era niña eso me molestaba pero con el tiempo comprendí que sólo lo hace por mi bién. Ahora es mi mejor consejero, y el único mejor amigo que he tenido.
-El regaño ya te lo dieron ellos - explica apagando la estufa-. Yo quiero hablar de otras cosas.
-Déjame adivinar... De Chris - digo observando su espalda y como vierte el agua caliente en las dos tazas.
-También va por ahí -se sienta frente a mi y me entrega la taza-. He hablado con Ximena sobre la nota -dice llevándose la taza a los labios y le da un sorbo
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El chico del periódico | PAUSADA
Novela JuvenilRanking más alto en Novela Juvenil: 01/08/18 ? #343 Necesito comprarme una bici. Necesito aprender a andar en bici. Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas. ¿Por qué es...