016|Hermoso y mío

310 44 4
                                    

Al salir de esa oficina regresé caminando de dónde no debí haberme movido. Veo un autobús estacionado en uno de los aparcamientos y gente baja de el.

El letrero en el parabrisas dice DERMEST»MONTEADO  en letras negras y grandes, mi corazón da un vuelco cuando desvio la mirada y Chris está bajando por las pequeñas escaleras, me muerdo el labio. Trae unos jeans negros con una chaqueta de cuero del mismo color, debajo una camiseta blanca con escote en "V" y unas botas de nuevo, negras. Sus rizos rebeldes le caen en la frente. Simplemente hermoso y todo mío.

Cuando me mira se sorprende, supongo que es por el nuevo color de pelo. Corro hacía él rápidamente, deja caer la mochila que trae y me envuelve en sus brazos. Su colonia varonil inunda mis fosas nasales, esa fragancia siempre me hace recordarlo.

—Te he echado tanto de menos —dice besando mi frente cuando lo miro directo a los ojos—. Ha sido sólo una semana pero siento que fué un año —comenta riendo—. Y además ahora eres azul.

—Lo mismo digo ¿Te gusta? —le sonrío

—Si. Me encanta, todo te queda bien a ti ¡Eres Priscila! — me halaga. En realidad tiene razón, gracias a mí tez blanca cualquier color puede quedarme bién.

Nos alejamos de la gente y lo dirijo hacia donde aparqué el coche de Cecilia.

—Me imagino que tu madre no sabe que estás aquí, no te hubiera dado su coche —dice abriendo la puerta y montandose en el, yo hago lo mismo y saco las llaves del bolsillo de mi mangas largas.

—No, claro está —digo riendo—. Me dará un buen sermón ya verás. ¿Tienes hambre? —pregunto arrancando el coche

—Mucha — asiente

Me decido a llevarlo a la cafetería donde vamos siempre a la salida del Instituto. Aunque ya conozco bastante la ciudad gracias a Elías y Sofía que me han dado un tour.

Llegamos en 15 minutos y me pido un café con un donut, Chris pide un capuchino con una Madalena.

—¿Cómo va el embarazo de tu madre? — pregunta dando un sorbo a su capuchino humeante.

—Bien, creo que está a punto de cumplir los tres meses. Aunque la panza no le crece y no sabemos si es hombre o mujer —respondo mordiendo mi donut de chocolate, este se esparce por la comisura de mis labios. Chris me mira y dice entre risas:

—Aún es muy temprano para eso Priscila ¿Tú que quieres que sea?

—¡No se nada de bebés! Quiero que sea una niña, pero me da igual,  más quiero que sea sano.

Le cuento sobre cómo voy en el Instituto y él también. Su grupo de proyecto salió el mejor con la maqueta que hicieron,  me alegro. Por culpa de eso casi no ha tenido tiempo para mí. Pagamos al terminar el desayuno y decidimos ir al hotel.

Le digo a la recepcionista de mi reservación y me da una llave con el número 25 en ella. Subimos por unas escaleras de madera, todo es muy rústico y sencillo, pero bonito.

Llegamos a la habitación e introduzco la llave en ella, esta se abre y en ese momento mi teléfono empieza a vibrar con la canción Thunder de Imagine Dragons. Lo saco del bolsillo de mis jeans y contesto

—¡¿Dónde se supone que fuiste con mi coche Priscila!? ¡Sin avisarme! —lo sabía, Cecilia está furiosa

—Buenos días Madre, no quería despertarte. He venido a buscar a Christopher de la terminal de autobús. Lo siento — Chris arquea una ceja, lo sé, a mi también me sorprende la forma en la que le estoy hablando

—¿Dónde estás ahora? —pregunta entre dientes, su tono de voz ha bajado considerablemente.

—Recién vinimos de desayunar —contesto, si le digo en el hotel mal pensará todo.

—Todavía no tienes la edad suficiente para andar por ahí en coche, si te multan tendré que pagarlo yo ¿Eres conciente? —dice suspirando

—Le pediré a Chris que lo maneje, es responsable y tiene permiso —trato de tranquilizarla.

—Está bien, no se tarden — dice para luego finalizar la llamada.

Dejo el móvil sobre una mesa ratona de madera que adorna la habitación, casi todo es marrón, excepto por las sábanas y mantas blancas.

—Es confortable — digo mirando a Chris, está sentado en la cama.

—Linda —dice dando golpecitos al colchón para que me siente a su lado, lo hago—. Preciosa cómo tú —dice sonriendo y se apega a mí—. Esos vaqueros te sientan muy bien.

—Con que estuviste mirando —arqueo una ceja y le sigo el juego. Él me agarraba de las mejillas suavemente y me besa

—Estás cada día más preciosa, y ese color de pelo me encanta, podría jalartelo mientras..

—¡Chris! —no dejo terminar la guarrrada que va a decir

—¿Quee? — protesta riendo suavemente —. Lo he estado esperando

Me besa tiernamente y me agarra de una nalga por encima de los jeans, me río cuando me da un manotazo y nos vamos acostando en la mullida cama que huele bien.

—¿No deberíamos hablar primero? —digo mordiendome el labio que ya debe estar rojo

—Sólo tienes que prometer que no andarás por ahí ebria hasta muy tarde — dijo levantando las cejas

—¿Solo eso?

—De momento, si —prosigue con sus besos hasta quedar totalmente encima mío, la temperatura empieza a subir cuando su mano se escabulle por la tela de mi manga larga.

Le jalo del pelo y escucho que se quita las botas dejando caerlas al piso, siento su erección en mi muslo. Va a quitarme el sujetador cuando de nuevo, Dan Reynolds inunda la habitación, el gruñe quejándose

—Déjalo estar — murmura y me besa el cuello

—Puede ser mi madre — digo entre jadeos

Pone los ojos en blanco y me deja ir, me levanto con el sujetador a medio desabrochar y camino hacia la mesita, cojo el celular y contesto.

—¿Diga?

—¡Priscila! —escucho la voz de Sofía entusiasmada —. ¿Ya llegó tu novio?

—Si, le estoy mostrando el hotel — musito rascando mi cabeza.

—¡Genial! Vamos a enseñarle la ciudad ¡Quiero conocerlo!

—¿Ahora? — pregunto haciendo una mueca

—Si, ahora ¡Vamos a divertirnos! — me doy cuenta que hoy está muy enérgica.

—Traigo el coche de Mamá conmigo — me excuso, la verdad quería quedarme con Chris y ver películas todo el día—además de lo otro— pero Sofía es muy insistente.

—Iremos todos en el coche de Elías y problema resuelto.

Al final no tengo otra opción, además no parece tan mala idea salir todos juntos. Me doy la vuelta y veo a Chris acostado con las manos detrás de la cabeza. Se está mordiendo el labio observandome

—Sofía quiere que salgamos todos juntos ¿Te gustaría ir a conocer la ciudad? — pregunto, me da cierta intriga su respuesta.

Su respuesta es positiva, nos vestimos de nuevo y por fortuna puedo dejar el coche de mi Madre en el hotel, también le envié un mensaje diciendo que no se preocupara.

***

Hola ❤❤❤

Para recompensar lo corto que fue el capítulo anterior (I'm so sorry) Esta vez les traigo dos!

El chico del periódico | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora