En la oficina había una gran puerta con un letrero, me temblaban las piernas y me latía el corazón a mil por hora, las manos en los bolsillos de mi chaqueta me sudaban. Había ensayado las palabras correctas que debía decir, en casa unas cien veces caminando por toda la habitación.
No sé que pueda pasar cuándo esté dentro, así que lo pienso ¿En realidad quiero conocer a ese chico?. La puerta se abre, y un hombre de algunos cincuenta años aparece.
—Señorita ¿Necesita algo? Está ahí parada desde hace un rato — dice extrañado
—No — digo en un gemido—. Bueno, sí sí, necesito hablar con usted —trago saliva y asiento.
—¿Desea pasar? — pregunta haciendo un ademán hacía adentro.
—Si — respondo seca y sin decir nada entro rápidamente. Sigo nerviosa, incluso más de lo que ya estaba. Me detengo a observar el lugar, la gran pila de periódicos, los cuadros diplomas y menciones de honor de colgados en la pared.
—Tome asiento por favor — pide cruzando la amplia sala y sentándose al otro lado de su escritorio. Hago lo mismo y me siento frente a él.
—¿Y bien? — dice abriendo un poco más grande sus ojos marrones.
—Oh, si claro — farfullo —. Hay un chico de este periódico que me envía notas — digo sin más, me siento tan tonta, de hecho me estoy comportando cómo tal—. Y quiero saber quién es.
—Notas... ¿Pero a que se refiere? — agarra un lápiz y se lo lleva a la barbilla
—Notas, notas cómo que sabe cosas de mí. Pienso que hasta puedo llamarlo acoso — ya estoy más tranquila. El hombre esboza una sonrisa.
—Señorita no creo que.. —hace una pausa y niega lentamente con la cabeza—. No creo que eso sea acoso.
—¿Ah, no? ¡Sabe todo sobre mí! — exclamo y me mira medio riendo—. Necesito saber quién es.
—Me temo decirle que eso no va a poder ser —Y sigue jugando con el lápiz ahora entre los dedos
—¿Cómo qué no? ¿A caso quiere que lo denuncie? Tengo esas notas, tengo pruebas —explico arqueando una ceja.
—Pues hágalo — dice encogiendose de hombros.
—¡Sólo pido su nombre o algo! — pongo las manos sobre la mesa de madera.
—No doy información sobre mi personal, lo siento — dice amacandose en su silla.
—¿No me cree? — pregunto con los ojos entre cerrados.
—Hablemos de algo más serio Señorita — dice incorporándose—. ¿Tiene sus facturas al día?
—¿Facturas? — frunzo el ceño —. Nunca me llegó una — Él suspira y rueda los ojos.
—Muy bien, ya veo. ¿Cual es su nombre?
—Priscila.
—Ajá — dice chasqueando la lengua.
—¿Ma va a decir quién es ese chico? ¿Está el aquí? — insisto.
—Ya le dije que no doy información sobre mi personal. Ahora, debe irse. — se levanta y camina hacia la puerta, hago lo mismo.
—Espero que esté preparado, porque esto no se va a quedar así — le digo mirándolo fijamente a los ojos, y salgo dando un portazo. Gilipollas.
Cuando estoy afuera quiero gritar de rabia, pero me contengo soltando un leve suspiro. Necesito hablar con alguién así que me dirijo a la casa de Sofía, caminar y pensar me haría bien.
Cuando llego, ella abre la puerta más rápido de lo que suele tardar, y está espléndida.—¡Hey! —sonríe al verme
—Necesito hablar contigo —digo apretando los labios.
—¿Pasó algo? — dice abriendo la puerta para que pase, entro con prisa y me estremezco al ver a Nicolás sentado en el sillón de la sala de estar.
—Hola Priscila — saluda, está sentado en amplio sofá frente al televisor, con el control remoto en la mano.
—Eh, hola — trato de no parecer disgustada ¿Por qué siempre tiene que estar él aquí?
—Estábamos a punto de ver una peli — Sofía se pasa una mano por el cabello.
—Yo, quiero hablar un momento contigo — digo mirándola fijamente, ella asiente.
—Sí, por supuesto — Se dirige a la cocina y la sigo, me siento en un taburete frente a la isleta y ella me sirve un jugo de la nevera.
—Muy bien, cuéntame — me entrega el vaso y se sienta frente a mí.
—Han pasado tantas cosas, y yo no quiero ocultarte nada. — hablo llevándome el vaso a los labios.
—Pero ya, cuéntame — dice con una sonrisa y se atusa el pelo hacia atrás
—Bueno, yo hoy encontré en la mochila de Nicolás un par de periódicos —explico por lo bajo y ella levanta las cejas—. Y me puse a pensar muchas cosas, ya te imaginas — me encojo de hombros.
—Priscila él no es el chico que buscas — dice entre risitas.
—¿Por qué no? Sólo estuve atando cabos y ¡No te rías que no es gracioso! — expreso con irritación, manteniendo el tono bajo para que Nicolás no escuche.
—Okey —levanta las manos en forma de rendición—. Sólo digo, te hubieses dado cuenta por los tatuajes o algo...
—En eso no había pensado —digo dando vueltas el vaso entre mis manos—, hoy fuí a ver al dueño y pregunté por el chico.
—¿Y?
—No puede dar información sobre su personal — explico rodando los ojos.
—Busca otra manera de llegar a él directamente.
—¿Cómo?
—No sé, síguelo. — dice encogiendose de hombros y apoyando un codo sobre la mesa—, así te dejarás de dudas y esto se acabará.
—¿Cómo lo voy a seguir? Ya ni lo veo.
—Pero pasa por tu casa aún. Espera que pase y lo sigues.
—Genial, voy corriendo detrás de él — digo con sarcasmo.
—Comprate una bici — Abro los ojos aún más grande y sonrío ante esa brillante idea.
—¡Si! Eso es ¡Fantastico! — me entusiasmo, pero luego recuerdo—. Un momento, yo no sé andar en bici.
—Pues Nico puede enseñarte — Me abalanzo sobre ella y le doy un abrazo.
—Siempre eres tan genial ¡Debo ir a comprar esa bici! — chillo entusiasmada, cruzo la cocina corriendo y escucho sus risas. Nico me mira extrañado cuándo abro la puerta de prisa.
¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Si, si es lo que necesito!
Necesito comprarme una bici.
Necesito aprender a andar en bici.
Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas.
¿Por qué ese chico es raro y misterioso?Aprovechando el tiempo que tenía me dirijo a una tienda, que recuerdo haber pasado por ahí cuándo acompañé a mi Madre a hacerse la ecografía. Ojalá sean precios accesibles.
***
Hola belluras. ♥
Estoy de exámenes, pero me hice un tiempo para escribir este corto capítulo (lo siento 😭)
Así cómo soy escritora también soy lectora y sé lo que se siente dejarlos con la intriga.
Ya llegamos a los 4K y estoy contenta, pero más me pone contenta cuando comentan que les parece. (Los amo en serio)
Yy, bueno creo que mejoré un poco escribiendo, porque gané el tercer puesto en un concurso de la editorial Arrowy. El one shot está en mi perfil.
¡Nos leemos! ❤❤
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El chico del periódico | PAUSADA
Ficção AdolescenteRanking más alto en Novela Juvenil: 01/08/18 ? #343 Necesito comprarme una bici. Necesito aprender a andar en bici. Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas. ¿Por qué es...