Entré a casa silenciosamente, estuve pensando por tanto tiempo de camino aquí y buscando la forma de poder conseguir lo que costaba aquella bicicleta, y era la más fea, con canasto y todo. Imagino la cara de mi padre cuándo le diga el monto que necesito.
Gaspar me salta y me da lengüetasos en las manos a la par que menea la cola. En estos últimos dos meses lo he sacado a pasear tres veces a la semana, y hoy no era su día. A pesar de que siempre cuándo me veía entrar por la siesta a casa, o me veía en cualquier otro lugar me traía la correa, cómo ahora.
-No, hoy no es día y estoy cansada - digo suspirando y llevando la correa a su lugar.
Ximena viene desde el jardín trasero con su mochila colgada de un hombro y Alexéi su hermanito tomado de su mano.-Hola, nosotros ya nos vamos - sonríe Ximena y mira a su hermanito que sostiene una hoja blanca.
-No pintas te conmigo hoy, pero te he hecho un dibujo - dice rápidamente y me entrega la hoja con la cabeza agachada. Él dibujo está pintado con los crayones, pinceles y lápices que le regalé. Un día estaba en el jardín trasero sentada frente a la mesa pintado mandalas, Alexéi llegó y me preguntó si le dejaba pintar con mis lápices en su cuaderno ya que él no tenía el suficiente dinero para comprar una pequeña caja, eso me tocó tanto el corazón que le regalé un estuche con todos los elementos para poder pintar, y desde ahí siempre nos juntamos por las tardes a pintar.
-Oh, muchas gracias - digo mirando el dibujo, está Gaspar y yo lo sostengo de su correa, estoy igual, con mi cabello en rosa y azul y mis botas -. ¡Es muy lindo! Lo pegaré en mi habitación - digo entre risas, de verdad me ha encantado.
-¿Irás hoy a mi casa? - pregunta tímido
-Por supuesto que iré - Alargo la mano y le revuelvo el cabello cómo siempre hago, sé que eso le molesta.
-Nos vemos entonces - dice Ximena y se dirige a la puerta.
Cuándo ya estoy sola, subo las escaleras hacía mi habitación. Mi madre debe estar en el trabajo, estos eran sus últimos días ya que su vientre cada vez crecía más y más. La puerta de mi habitación está entre abierta, se me hace raro ya que siempre la dejo cerrada, tal vez debe haber sido Gaspar con el gato.
Pero cuándo entro me quedo helada al ver a Richard sentado en la cama, y abro los ojos cuándo veo que tiene varias notas entre las manos.
-Richard - musito, y él levanta la mirada hacía un punto fijo -. ¿Qué..
-El chico del periódico - me interrumpe, ríe despacio negando lentamente con la cabeza-. Que absurdo ¿Cuántos años tienes? - doy zancadas hacía él y le arrebato las notas de la mano en un movimiento brusco, él se para y quedamos de frente.
-¿Qué haces urgando en mis cosas? - Pregunto fría, lo dejo entrar para que viera la televisión pero esto ya es pasarse.
-Pues precisamente estaba buscando esto, porque fíjate que hoy volvieron a dejar flores y no quise creer que eran para Ximena, y tu celular no para de sonar -dice apuntando hacía la mesa de luz-. ¡Es tu novio el que no deja de llamar! ¡Tu pobre novio a quién le pones los cuernos!
-¡Callate! - grito llena de rabia-. ¡No le estoy poniendo los cuernos!
-¿Ah, no? -cuestiona arqueando una ceja-. Pensé que te veías con él en fiestas.
Me cruzo de brazos y niego -No lo conozco. Y ya, métete en tus asuntos.
-¿Por qué me has mentido cuándo te lo pregunté? No sé que pasa contigo.
-¡Lo que pasa es que crecí Richard! ¡Y ya vete de aquí no voy a seguir hablando contigo! - le dejo paso hacia la puerta
-O se lo dices tú, o se lo diré yo - Habla firme y claro.
-¿De qué hablas?
-De Christopher - dice para luego irse y dejarme con la boca abierta, no puedo creer que haya dicho eso. Tiro las notas en la cama y corro hacia la puerta y cuando Richard está a medio camino, le grito:
-¿Qué hiciste con las flores?
-Están en la cocina, Ximena las puso en agua - Se mete a su habitación dando un portazo, pongo los ojos en blanco y me dirijo hacia la cocina cuándo un sonido me hace detener. El de mi celular.
Entro de nuevo en mi habitación y abro el cajón de la mesita, es él de nuevo.
-Hola - digo suavizando mi voz.
-Hola ¿Por qué no contestabas?
-Fuí a a dar un paseo con Gaspar y no llevé el móvil - «Fuí a buscar al chico con el cuál te engañé en una fiesta»
-Ah, me preocupe ¿cómo estás?
-Bién ¿Y tú? Creo que iré el fin de semana.
-¿En serio? Es que, mm no lo sé - hace una pausa dudoso-. Creo que voy a estar ocupado.
-¿En qué?
-Pues iremos a una cabaña de los amigos de mis Padres él fin de semana, y no creo que sea adecuado llevarte... Ya sabes, podrían mal interpretar. - Explica al fin.
-Oh, entonces está bien - murmuro un poco decepcionada.
-Pero aún no es seguro y es martes recién, te avisaré ¿Si?
-Si - sonrío -. Hoy cenaremos con la novia de Richard, y tengo que buscar que ponerme, ya sabes cómo es mi madre.
-Hablamos por mensaje entonces, cuidate mucho, te quiero.
-Te quiero -digo en un hilo de voz y corto la llamada, por ahora nuestras conversaciones con Chris eran así, cortas y aburridas, más hablábamos por mensajes pero ya no era lo mismo.
«Las relaciones a distancia no funcionan» decía Richard. Tal vez es cierto.
Guardo las notas dónde siempre, en el cajón de mi mesa de luz y me dirijo al armario para buscar que ponerme.
Después de dos horas estoy bañada, vestida con un vestido acampanado totalmente negro y maquillada ligeramente y perfumada.-Hola - saludo a mi Madre que está en la cocina buscando algo en su bolsa.
-Hola - sonríe-, estoy sorprendida
-Lo sé -pongo los ojos en blanco, sé que es porque ya estoy lista para irnos-. ¿Por qué te tardas tanto en el trabajo? Ya ni deberías ir.
-Es mi última semana - dice tocándose su abultada barriga-. Candela estará bien.
-Uy, no me gusta ese nombre - niego con la cabeza. Ese es el nombre de mi pequeña hermana. Sip, será una niña. Una mini Priscila, yo la espero ansiosa.
-Es lindo y original, a todas mis amigas les gusta - dice sacando un pequeño frasco de su bolso.
-Pues te mienten ¿Y eso para qué? - digo analizando el frasco a lo lejos.
-Para las náuseas, últimamente las estoy teniendo en exceso.
-Oh. - Nuestra relación ha mejorado muchísimo en estos últimos meses con la llegada de ese bebé, yo la acompaño a sus ecografías y luego vamos por un helado o cosas dulces, es ahí dónde hablamos y nos damos cuenta de qué en realidad si podemos estar sin pelearnos.
-¿De quién son esos girasoles? - pregunta desviándo la mirada. En la mesada de mármol descansa un florero lleno de las flores anaranjadas. Sonrío al verlas, aunque no sé el motivo de esas flores o si hayan venido con alguna nota.
-De Ximena supongo. - Miento encogiendome de hombros
Papá baja las escaleras apresurado arreglandose la corbata y gritando a Richard que se apure.
-Está nervioso, no lo presiones - dice mi madre tomándose la pastilla. Es la primera vez que Richard experimenta algo así, ha tenido novias pero nunca hemos cenado en familia.
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El chico del periódico | PAUSADA
Novela JuvenilRanking más alto en Novela Juvenil: 01/08/18 ? #343 Necesito comprarme una bici. Necesito aprender a andar en bici. Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas. ¿Por qué es...