El chico del periódico | PAUSADA

045| La verdad está cerca.

Ximena me ayudó con el proceso de mi cambio de color, por unos minutos me olvidé de todo lo que había pasado en aquella tienda.

—Cielos, tú no tienes nada femenino aquí —dijo Ximena mirando mi closet.

—Que sea negro no significa que no sea femenino.

—Supongo que no podré hacerte cambiar de opinión — dice dándose por vencida y poniendo las manos en su cintura

—En cuanto se trate de ropa, eso es imposible, además se cómo vestirme y que se lleva a un campo de skate, o pista, o parque o como en realidad se diga.

—Está bien, te dejaré sola para que te vistas para tu cita que va a ser dentro de media hora — dijo yendo hacia la puerta

—Por enésima vez, ¡no es una cita! — exclamé

—Cuando admitas que es una cita te haré usar ropa con colores vivos, por una semana.

—Nunca va a pasar.

Elegí los zapatos más cómodos que tenía: Vans negras con raya blanca, jeans rotos en las rodillas, camiseta, un poco de maquillaje y listo.

Diosa.

Bajé porque ya se estaba haciendo la hora, di unos besos a Gaspar y fui a la cocina donde se encontraba Xime.

—Bueno, está horrible, me encanta — dijo al verme y ambas reimos juntas.

—Te diré algo, cuando vayas a un encuentro con un chico...

—Cita — interrumpe

—Encuentro casual — prosigo—, no debes cambiar nada de lo que eres, y cuando digo nada es nada, pues si quiere algo contigo te aceptará tal y como eres, y lo que otros ven como raro él lo verá como lo más maravilloso, si es para ti, relájate.

—Que hermosas palabras, pero de todas formas me gustaría verte con algún color que no lleve negro, en serio.

—No hay caso contigo en serio Ximena, debo preguntarle a mi hermano como es que hace, ya me voy — digo haciendo un ademán

Voy hacia la puerta de entrada, Ximena me sigue y en ese momento se abre y aparece mi hermano.

—Hola Richard, adiós Richard — dije agarrando la puerta antes que él la cerrara.

—Wow, espera ¿Dónde vas? —Pregunta

—A mi cita — sonrío

Abro los ojos bien grande dándome cuenta de lo que dije.

—Oh no. — murmuro

—Oh si — dice Ximena asintiendo muy lentamente —Ya quiero empezar — y continúa dando palmaditas.

—Debo irme, adiós — dije y cerré la puerta en sus narices.

Caminé por unos diez minutos hasta nuestro punto de encuentro con Fede, no estaba nerviosa para nada, es más estaba ansiosa de conocer gente nueva, y verlo en acción sobre esa skate.

Cuando llegué, él ya me estaba esperando, traía su skate debajo de su brazo.

— ¡Hola! ¿Llegué tarde? — pregunte mientras que lo saludé con un beso en la mejilla.

—No tranquila, yo me he asegurado de llegar temprano. — Dice acomodando sus lentes —, me gusta tu cabello.

—Oh, gracias — digo y empezamos a caminar

— ¿Tú cambias el color regularmente no?

—Sí, se podría decir que sí.

— ¿Y por qué el verde?