Dos meses después:
Cerré mi casillero y abracé mis hojas lo más que pude para que no cayeran, esto de los exámenes es muy estresante, me aprendo tantos temas en un solo día porque todo el semestre no presté atención a lo que decían los profesores excepto por alguna que otra materia que si me genera interés cómo Psicología y Ciencias.
—Wazoswki, no ordenaste tu papeleo anoche — levanto la vista, y ahí está Elías.
—Ugh, déjame tranquila. — rodé los ojos y caminé junto con él.
—Tranquila, yo tampoco lo hice — se encoge de hombros agarrando una de las correas de su mochila.
—Ese tinte no te queda bien y tengo que soportarlo todas las mañanas — digo mirando su nuevo color violetta
—Tú no sabes nada sobre tintes, pensaste que esa pelirroja se lo había teñido y era natural.
—Nunca me he teñido de rubio. De hecho creo que ya me teñí de todos los colores — me encojo de hombros.
—Oh, por eso decidiste teñirlo rosa en las raíces y dejartelo azul en las puntas
—Exacto — levanto las cejas y esbozo una sonrisa. Amo mi nuevo color en las raíces.
—Bueno ésta es mi clase, nos vemos — dobla y entra en una sala casí vacía. A pocos metros está la mía. Cuando llego me encuentro con Nico.
—¡Hola! — le saludo y apoyo los papeles en una mesa detrás de él—.¿Estudiaste?
—Nop, pero recé ¿Y tú? — pregunta sentándose
—Que mal, quería que me pasaras las respuestas — hago una mueca y me saco la mochila de los hombros para guardar los papeles dentro. La puerta se abre y entra la señorita Rejala como un cohete.
—Buenos días, preparen sus cosas para el examen — trae una buena cantidad de carpetas que deposita sobre la mesa. Buscando, me doy cuenta de que no tengo un lápiz para realizar mi examen.
—Nico ¿tienes un lápiz? — pregunto por lo bajo.
—Si, revisa en mi mochila — dice dándome la espalda y concentrándose en un trozo de papel, supongo que está estudiando.
Abro la mochila y me encuentro con carpetas y cuadernos, también hay periódicos doblados dentro.
Pe rió di cos. ¿Qué hace con ellos? No quiero pensar que es lo que le sobró del reparto de hoy, o bueno si quiero pensar. Ese chico no me envía notas hace dos meses pero si sigue tirando los periódicos en el césped de casa, solamente que pasa más temprano, supongo que lo hace para que no lo vea. ¿A caso es él? Nico, el chico del periódico. ¡Es una barbaridad!
Tengo mucho que pensar ¿tal vez dejó de enviar notas porqué ahora ésta con Sofía?, son novios, y en estos últimos dos meses han estado muy unidos. Él siempre anda en bici, y nos conocimos a través de un avióncito de papel que me envió, hasta pudo haberme enviado señales todo el tiempo y no me pude dar cuenta.
Tengo rabia y quiero gritarle muchas cosas hasta cansarme para liberar todo, pero la profesora me está pidiendo que me siente, no puedo evitar echarle un último vistazo a esos periódicos para confirmar que sí, son los mismos que reparten en casa, y son exactamente tres, que están abiertos y con las hojas arrugadas. Abro un bolsillo de la mochila antes de que la profesora pase por mi mesa, por suerte encuentro un lápiz mordido en la punta.
Me paso el exámen nerviosa, moviendo ligeramente mis rodillas. Trato de concentrarme en la hoja llena de preguntas que descansa sobre la mesa, pero más me concentro en la espalda de Nicolás, quiero incrustarla la punta de este lápiz. Al cabo de unos diez minutos se levanta con la hoja y se la entrega a la señorita Rejala, ella le sonríe y le felicita por ser uno de los primeros en entregar y le dice que ya se puede retirar.
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El chico del periódico | PAUSADA
Teen FictionRanking más alto en Novela Juvenil: 01/08/18 ? #343 Necesito comprarme una bici. Necesito aprender a andar en bici. Necesito saber quien es el chico que reparte periódicos, y por qué todas las mañanas me deja una nota entre sus hojas. ¿Por qué es...