012|Arrepentida.

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Tiré las botas entrando a mi habitación, a Elías no le había molestado traerme a casa ya que se estaba aburriendo mucho ahí.  Sofía se había hecho muy amiga de Nicolás,  por lo cual se quejó todo el camino diciendo que ya Nico había ocupado su lugar, a mí parecer él estaba siendo celoso.

Busqué mi celular para llamar a Christopher,  cuando lo encontré me tiré en la cama exhausta. Pero no contestó, eran las 2: 30 a.m

Me dormí con la ropa puesta,  y al otro día desperté con una resaca intensa.

—Priscila. —escuché vagamente que una dulce voz me llamaba. Abrí los ojos

—¿Hmm? —respondí mirando a la persona que estaba sentada en mi cama frente a mí.  Se trataba de Cecilia. 

—Bebe esto.  —ella me pasó un vaso de agua junto con una pastilla. 

—¿Y no me vas a regañar? —pregunté llevando la pastilla a mi boca, sabía horrible.

—No. Richard me contó que ayer te vió llegar muy mal  —respondió agarrando el vaso nuevamente

—¿Qué hora és?

—Son las 8: 00 — respondió poniéndose de pie.

—¡¿Y el Instituto?! —alzé la voz alarmada.

—No irías en ese estado.  —dijo caminando hacía la puerta—. Date una ducha y desayunaremos abajo. 

Suspiré escuchando el sonido de sus tacones bajar por las escaleras,  me enrrollé en mi edredón ¿Por qué quería que me despertara tan temprano?.  La falda me pesaba y comenzaba a molestarme,  así que decidí hacerle caso.

Antes de entrar al baño,  revisé mi celular pero este ya no tenía batería.  Así que lo puse a cargar y me di una ducha.  Cuando bajé Cecilia estaba sentada comiendo waffles e invitaba trocitos a Gaspar. 

Me senté y mi desayuno ya esperaba en la mesa,  Gaspar vino junto a mí a que le haga mimos,  cada día estaba más grande y gordo.  Es una cosa hermosa. 

—Hoy no vino el periódico. — Comentó mi madre. Había olvidado el periódico.

—Que raro.  —dije frunciendo el seño.  Derrepente todas las cosas que pasaron en aquella fiesta vinieron a mi mente. 

—¿Tu haz visto al chico que los reparte?

Ella niega con la cabeza.  El único que había estado tan cerca de el era Gaspar,  pero recordé el mensaje que envió anoche,  al menos ahora tenía su número.

No podría escapar de mí,  lo encontraría como que me llamo Priscila Castillo Nuñez. 

Terminé mi desayuno,  se me ocurrió sacar a pasear a Gaspar así que fuí por su Correa

—En realidad yo quería que me acompañaras.  —titubea mi Madre

—¿Donde?

—Pues, a mi ecografía.  —respondió vacilante

Que me pidiera eso me hizo entender el porqué hoy me había dejado faltar a clases.  Al final accedí,  tenía curiosidad por ver a mi hermana o hermano, aunque en realidad tenía esperanza de que sea una mini Priscila. 

Richard y Papá estarían orgullosos de mi en este momento,  pues nosotras dos juntas en un auto sin pelear, discutir o con un ambiente tenso, es cosa que no se ven todos los días. 

***

Tardamos una hora en aquel consultorio, me desesperaba escuchar llantos de bebés.  Pero lo que si pude escuchar fueron los latidos del corazón de ese pequeño ser formándose en el vientre de mi madre que me hizo erizar la piel. 

Mi madre quiso pasar por una tienda para comprarle ropas y cosas de bebés que yo no sé mucho. Mi bebé tiene cuatro patas,  un pelaje que se ensucia muy rápido y es muy —demasiado— hamburriento. Ese era él único bebé que yo quería tener en mi vida. 

Baberos, pañales, jabones fué todo lo que tuve que elegir junto con Cecilia.  De glicerina, sin lágrimas, de manzanilla ¡Estoy tan feliz de solo tener a Gaspar!  Se me hacía todo demasiado complicado.  Cuando llegamos a casa Richard ya estaba ahí,  junto con Ximena que hacía el quehacer. 

«No seas mala con Ximena» Las palabras de ese chico resonaron en mi cabeza al verla. 

Subí de a dos los peldaños de las escaleras hasta llegar a mi habitación perfectamente arreglada por ella, quería prender ese bendito celular. 

Tenía mensajes de voz de Chris,  y mensajes de texto de Sofía. 

Mensaje de voz de Christopher recibido a las 9: 23 de la mañana:

"Mira Priscila,  no quiero hablar contigo.  Pero te dejo este mensaje para que escuches que no estoy muy orgulloso por lo que te dije ayer,  pero tampoco estoy orgulloso de ti,  por llamarme a esas horas de la madrugada,  sé que desaparecí y asumo mi error.  Lo siento.  Hablaremos luego como personas maduras.  Te amo"

Mensaje de voz de Christopher a las 9: 26 de la mañana: 

"Es que solo quiero que me entiendas,  me puse celoso y paranoico..
Saber que no iba a estar ahí para cuidarte, saber que alguien se podría acercar a ti y robarse lo que es mío,  no lo sé Priscila..
Estoy muy asustado, de verdad quiero que esto funcione pero no es lo nuestro una relación a distancia, te extraño muero por verte"

Mensaje de voz de Christopher a las 9: 30 de la mañana: 

"Y no,  no es que no confíe en tí,  no confío en los demás.  Quiero que salgas a divertirte y tengas amigos,  pero yo estaré en casa preocupado sin poder dormir con el temor de que alguién te arrebate de mi lado..
¿Que haría yo sin tí?"

Llorar, llorar era lo único que podía hacer en ese momento. Sentía un nudo en la garganta enorme y deseaba con todas mis fuerzas no haberme mudado a esta ciudad tan lejos de él. 

Había sido una tonta,  una estúpida por dejarme llevar por ese chico,  y arriesgarlo todo. ¡Por un desconocido que me envía notas!. Estaba furiosa conmigo misma.

¿Que se supone que haría?  Sus palabras eran bastantes desgarradoras para mí,  el sonaba tan sincero,  tan dolido como en verdad lo decía. ¿Le diría la verdad? Lo destruiría,  y no quiero lastimar a la persona que amo,  y además por un chico que no significa nada para mí. Todo es mi culpa. 

Leí los mensajes de Sofía que me preguntaban dónde me había metido y que tenía algo muy importante que contarme.  Respondí a sus mensajes y le dije que podía venir a casa. 

Al fin y al cabo yo también necesitaba alguien que me aconseje, porque no tenía ni la menor idea de qué hacer.  El sentimiento de culpa me invadía. 

Decidí responder a Christopher por mensaje de texto, pero ni yo sabía muy bien que le diría. 

"Solo puedo decir que lo siento,  ojalá sirva de algo.  Estoy arrepentida "

"Tenemos que hablar. Tampoco quisiera perderte,  espero puedas perdonarme, sabes cómo soy yo que hago las cosas sin pensar y lamento haberte llamado a esas horas,  soy una tonta"

Después de enviar esos dos mensajes me pregunté a mi misma: Pero si lo amas ¿Por qué accediste a hacer lo que pidió ese chico?

¿Los efectos del alcohol?

***

A ver..  No sé de quién está más roto el corazón,  si el mío el de Priscila o el de Chris ☹☹☹

En el próximo capítulo les comento una idea que tengo en mente. 

¡Nos leemos! ❣❤❤💕

El chico del periódico | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora