Kendra ©

💜60

Jueves

22:00h...

La mezcla del vino "Gómez" con el vino "Altamira" era tan pero tan asquerosa y fuerte, que a Liliana le provocaba seguir bebiéndolo. Finalmente, estaba a unas horas de ejecutar el plan. Su cuerpo físico estaba tranquilo, pero su cuerpo etérico, astral, espiritual y todos los demás cuerpos internos que se tiene; estaban como locos. Ya está todo preparado, según ella. Simplemente, tenía que ir al matrimonio y hablar y no parar hasta que algo suceda. En ese momento empezó a pensar en lo que sucedería después de que todos se enteren de la verdad ¿decepciones? ¿perdición? ¿la muerte...de Mark, de Kendra...o de ella misma?

Cuando Liliana iba a hacer algo, nunca antes pensaba en negativo. Siempre pensaba en que lograría su objetivo y sería feliz después de hacer lo que ella quería. Sin embargo, esta era la primera vez que pensaba en que probablemente su fin estaba cerca. Dejó la copa a un lado y se sentó en el sofá. Cogió una libreta y un bolígrafo, y se puso a escribir. Escribir era una actividad tan desconocida en su mundo, que se sentía rara. 

Para escribir, decidió dejarse llevar por lo que le diga su propia intuición. Fue ahí cuando empezó a escribir toda la historia que sabe de Kendra como si de alguien famoso se tratara. Incluso, le añadió cosas que no importaban mucho: Como las travesuras que hacía cuando era niña. De pronto, era su consciencia la que se había apoderado de su mano y no paraba de escribir todo lo que se le ocurría. 

Después de llenar cuatro hojas de confesiones, aún su mano resistía para copiar un poco más. Continuó haciéndolo, pero ya no era sobre Kendra. Aunque pensó que esa última nota era ridícula. Así que la arrancó y se la metió al bolso verde que usaría después. 

Entró a su habitación y se acostó para dormir. Pero claro que no podía, pues nadie puede estar tranquilo cuando siente que algo va a pasarle y no sabe qué es. Es una sensación perturbadora. 

Solo pudo esperar a que amanezca.