💜46 (parte2)

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22:40h...

-Loreto...¡Despierta!

-¡A LA SAN...ta... pinche verrrrrrga, qué susto.

Debido al grito de Loreto, Andrea comenzó a llorar, algo que irritaba a todos. Kendra la sostuvo a y puso su pequeña cabeza en su pecho.

-No llores ahora, por favor. Necesito que duermas. Tu papá se molestará cuando vea la hora en que llegaremos.

En eso el teléfono de Kendra comenzó a timbrar.

-¡Uy, mierda, mierda, mierda! Es Ernesto.

-Dile que se reventó la llanta del auto.

Kendra sacó el chupón de su bolso y se lo metió en la boca de Andrea que logró callarse. Después de eso, contestó la llamada.

-Er...

-No es por ti, es por Andrea, ¿¡Dónde diablos la tienes?!

-Se me reventó la llanta del auto, pero ya la arreglé....

-¿Dónde estás?

-Llegando. Andrea ya se durmió, por si acaso.

-Luciana tampoco está en la mansión.

-¿Y? Tiene novio. Seguro está con él en una cama, desnudos y felices.

-¿Y si no vuelve?

-Va a volver.

-Bien, las esperaré despierto.

-Te quiero, adiós. -Colgó.

Kendra arrancó el auto y fueron primero hacia el departamento de Loreto para dejarlo. Se sentían fugitivos al manejar tan tarde por las carreteras de la ciudad.

-¿De qué hablaste con Mark? O de quién.

-¿De quién crees?

-Ah. -exclamó. -Cómo le gusta a ese chamaco hablar de los muertos.

Su primo tenía razón, pero a Kendra también le gustaba recordar a Félix: Al Félix de cuando aún era su amante. Para ella, ese adolescente era un príncipe perfecto y soñado por cualquier chica. Siempre lo ha recordado, aunque haya amado a otros hombres, su mente y subconsciente siempre lo tendrán presente. 

🔥💀2002...🔥💀

Recordó cuando de la nada, dos años después de recibir esa llamada tenebrosa y cuando había perdido el miedo; bajó hacia la primera planta del penthouse y lo vio ahí, parado en su frente. Se detuvo al verlo, por miedo y por lo irresistible que lucía con ese traje que ya demostraba que era todo un adulto. 

Sabía a qué venía y sabía que él era más fuerte físicamente. Felizmente que en su bolso guardaba el arma que siempre llevaba por precaución. No quiso sacarlo, pero la vida de su hijo ahora era más importante que la de su ex amante. 

-Kendra, vengo en son de paz. No quiero pelear. Baja eso, por favor.

-Entonces, lárgate.

Le irritaba verlo tan tranquilo durante su momento de miedo.

-¿De veras crees que estás haciendo un buen trabajo? Tienes una hija en Fremont, un hijo aquí, estás en la universidad y solo tienes diecinueve años. Kendra, aún no estás preparada para la maternidad. 

-No me importa. Yo me quedo con el niño, y ya lárgate que no voy a oír tus opiniones estúpidas. 

-He venido a proponerte algo importante.

Kendra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora