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Tiempo después...

19:10h...

-Mañana iré a Nueva York. -Dijo Camila.

-Ya fuiste la semana pasada.

-Lo sé, pero esta vez iré solo para ver a Mark.

Arturo se sirvió vino, bebió y trató de tranquilizarse. Ya habían pasado tres meses desde que se enteró de su relación. Pero en tres meses estos seguían juntos y a él, no se le había ocurrido ningún plan para separarlos sin que salgan heridos, pues era algo casi imposible. Arturo aún no cambiaba de opinión, estaba dispuesto a separar esa pareja lo más pronto posible. Antes de que se les ocurra pensar en casarse.

-Te gusta ese niño, eh?

Camila puso una sonrisa tímida.

-No lo llames así.

-Es que es un chamaco, tiene dieciocho...¿no te sientes dudosa de estar con alguien muy inmaduro?

-No, no es como lo demás chavitos, ¿por qué tendría que dudar?

-Porque está en la universidad, donde hay muchísima gente de todos sitios y de todas las edades. Y a la mayoría, le gusta conocer y experimentar cosas nuevas.

-Arturo. -Interrumpió. -Sé que deseas lo mejor para mí, pero créeme que no estás ayudando. Tú no conoces a Mark. Si fuera así, entenderías.

"Lo conozco desde que usa pañales, niña estúpida", se dijo internamente. El viejo tuvo que fingir que lo que la chica creía era cierto.

-No, claro que no lo conozco, y te pido disculpas si te incomodé. Espero que disfrutes mucho con el amor de tu vida...que se casen, si es posible.

Aquella palabra puso loca al cuerpo de Camila. Obviamente que ya lo había pensado y deseado.

-¿Tú crees que ya debería casarme?

Claro que sí, con cualquier persona que no sea mi nieto! Respondió en su mente. Le daba asco saber que la chica ya quería casarse con Mark, para que pronto vivan juntos y aumenten el incesto como una familia ilegal.

-Eso lo deciden ustedes.

-Tienes razón. Mañana en cuanto llegue hablaremos sobre eso. Muchas gracias, Arturo, te veo luego.

Camila le dio un beso en la mejilla y se fue meneando su trasero operado. Arturo la vio desde lo alto de la empresa subirse a su auto e irse. El viejo estaba desesperado y preocupado. Sabía que si Camila le hablara sobre el matrimonio y una familia a Mark, con gusto el chico aceptaría aunque sepa que son parientes.

Arturo no puede permitir eso ¿Qué podría hacer? ¿A quién le pediría ayuda? ¿Kendra? Jamás. Sabe que Kendra está en contra de esa relación, pero no será capaz de hacer nada por el bendito amor que le guarda a los dos.

No piensa en dirigirle una palabra a Julia y Javier. Ya no había nadie. Luciana es una niña sin experiencia al igual que Nicolás. Pensó en el sobrino de los esposos: Loreto. Él ería perfecto, pero apoya a Kendra y lo podría traicionar. Entró en pánico al no contar con la ayuda de nadie para acabar con tal relación. Era algo que no podría hacerlo solo.

Después de apagar su oficina y de fumarse tres cigarros, se le ocurrió a alguien. Era perfecta. Es una desgraciada y perversa, y vive de la maldad. No quiere a Camila y odia a Kendra. Era ella o nadie. Sacó su teléfono para llamarla, pero supo que era inútil. Después de todo lo que le hizo, nunca le contestaría nada. Tenía que ir a verla físicamente.

Miró el reloj que marcaban las 19:30. Si salía ahora llegaría a tiempo para verla antes de que se vaya.

Cerró con llave su oficina y salió de la empresa. No le importó romper las reglas de tránsito. Estaba tan desesperado que se pasó casi todos los semáforos en rojo. Casi arrolla a personas, e iba muy rápido cuando entró a la carretera peligrosa y oscura.

Kendra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora