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20:00h...

Nunca trabajaba en las noches porque no le gustaba. Prefería disfrutar de las noches como sea menos con trabajo. Pero esta vez lo hizo aunque no quería. Lo hizo por la necesidad de pensar en otra cosa que no sea la relación de Camila y Mark que le daba tanto asco.

Ahora se encontraba junto a Ernesto en la cama: Ambos trabajando desde sus ordenadores. Parecían personas maduras. Nunca pensaron llegar a ese momento en que estén en la cama sin tener sexo. Tal vez era significado de que ya no estarían tan jóvenes.

De pronto, Andrea se levantó de su cuna haciendo bulla para decirles que quería salir. Fue un alivio para Kendra. Tuvo que dejar de trabajar para atender a su bebé de un año. La llevó a la alfombra de la habitación para que camine con cuidado y en eso,  Kendra recibió un mensaje.

"Decidí que no me quedaré en SF porque está muy lejos. Estaré en un hotel de la ciudad, Camila ya se está regresando. Ven, por favor, y trae a Loreto."
-M.

El chico le mandó la dirección del hotel. Estaba a treinta y cinco minutos de la mansión.

-Cariño, voy a sacar a Andrea. Es que creo que hoy no ha salido. Iremos de compras.

-¿Cómo meterás el coche en la camioneta?

-Iré en mi auto y la llevaré en mis brazos. Así podrá ver todo el centro comercial.

Ernesto estaba concentrado en su trabajo y por eso no le dio importancia. Kendra se cambió de ropa y cambió a Andrea, quien no paraba de sonreír mientras veía a su madre, y lo mismo le sucedía a ella. Al menos su última hija la hacía sonreír en momentos tan difíciles.

Se despidió de Ernesto con un beso y este besó a su hija también.

Kendra sentó a la bebé en el asiento delantero encima del asiento especial para bebés. Después de haberle puesto su cinturón, se metió a su propio auto.

-Vamos a recoger a Loreto y luego...conocerás a tu hermano ¿Tienes un hermano mayor, sabías? Te va a caer muy bien. -Le besó la mejilla rosada.

Kendra puso música para liberarse de la tensión en el camino. La bebé reía a carcajadas y trataba de cantar. Kendra se detenía para reírse con ella. Le encantaba estar con su bebé. A pesar de que aún no pueda hablar, ni entender; ella era capaz de pasarse horas con su hija hablando de lo que sea.

Kendra llegó al departamento de su primo. Cargó a la bebé y subió hasta el piso n°20 por el ascensor. También entró por ahí. Lo encontró en su cocina, sentado en el bar, en pijamas, mirando su ordenador y bebiendo cerveza.

De pronto un chico desnudo salió de la habitación de Loreto. Kendra tapó los ojos a su bebé. El desconocido desnudo sonrió, se sirvió agua y se volvió a meter a la habitación como si nada dejando a todos mudos.

-¿Y eso qué fue?

-Nada. -dijo Loreto mientras iba a darle a un beso a su sobrina. -A qué se debe su llegada.

-Ha venido alguien.

-¿Otro más? ¿Otra tragedia?

-Algo así, tienes que venir.

-Pinche familia, solo joden la vida. Espérame, voy a cambiarme.

21h...

Por primera vez Loreto no entendía una situación y era Kendra la que se estaba encargando de ella. Se sintió estúpido, pues siempre ocurría al revés. No sabía qué hacían en un hotel de cuatro estrellas. 

Kendra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora