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Kendra esperó a que Liliana actúe como si ella fuera un país esperando ser bombardeado por otro país. Sin embargo, durante los pocos meses que quedaban para terminar el año, no hizo nada. Moría de miedo cuando caminaba por su costado o cuando la veía hablar con alguien, pero Liliana no hizo nada. Incluso Kendra realizó su viaje a México con Ernesto, donde "intentaron" procrear un "cuarto" bebé; pero para la suerte de la chica, no se logró. 

Debido a la ausencia de acciones sospechosas, Liliana convenció a su hermana de que no haría nada en su contra. Pues e pasó el cumpleaños de Kendra, la Navidad y año nuevo sin ninguna sospecha de futuras tragedias. Cuando esta percibió la despreocupación de Kendra, supo que ya era hora de retomar el plan. 

La pareja incestuosa había invitado a todos los familiares de confianza a La Gran Manzana: Loreto, Kendra y sus hijas. Sin embargo, Loreto, al estar sometido a las órdenes de Javier, tuvo que priorizar su trabajo (y su conveniencia) y no pudo viajar.

Camila había decidido hablar con su novio sobre ese tema tan bello pero intenso a la vez. A pesar de que Mark sabía que eso lo prohibirían todas las Leyes y Gobiernos de casi todo el mundo, aceptó como si se tratara de algo legal. Y por eso, los habían invitado para contarles la gran noticia.  Ese día, Mark le mandó un mensaje a su abuelo contándole todo lo que haría en poco tiempo. Obviamente, Arturo le avisó a Liliana para que se apresure; ya que según él, eso no podía pasar jamás. 

8:00h...

Y ahí estaba Kendra conduciendo con sus niñas. Conocía muy bien la dirección del penthouse, porque ya ha estado ahí desde que Arturo se lo compró al chico. Kendra caminó por el edificio sin perderse. Presionó el último piso e ingresó al hogar de su hijo.

Todo estaba tan ordenado y limpio como siempre. Se volvió a sentir en los 00's.

-¿Camila?

De pronto apareció Camila en pijamas, junto a Mark. La chica parecía que se había dormido en las nubes debido a su actitud tan infantil y risueña. Hasta se ofreció a preparar el desayuno, mientras que Mark aún bostezaba del sueño. Kendra sonrió de la ternura de ver a sus pequeños que parecían dos bebés recién levantados. 

Kendra y todos sus hijos se sentaron en la mesa principal, donde Camila no podía escucharlos. 

-¿Qué van a hacer? -Preguntó Kendra. 

-Que ella te lo diga. 

-Dímelo ahora. 

-Nel.

-Mark, habla...

-A la verga. 

El chico en pijamas de los Simpson se levantó para ir a protegerse con su novia, dejando a su madre con la palabra en la boca. Luciana quería reírse en su cara, ya que nunca había visto a Kendra parecerse a la típica mamá que le insisten a los hijos a hablar. 

Camila y Mark sirvieron el desayuno y se sentaron frente a las invitadas. En ese momento Kendra empezó a imaginarse en todas las posibilidades negativas que cualquiera de los dos iba a decir. Lo sentía tanto que no quería comer nada. 

-Mark y yo...hemos decidido casarnos...lo más pronto posible.

Y todo lo que se imaginó, lo manifestó. Finalmente, lo que trató que nunca sucediera, estaba a punto de suceder. Esto ya era demasiado para ella y Mark lo notó desde un principio que se resignaba a mirarla. 

-Fe...felicidades. -Dijo Luciana. -¿A qué te refieres con lo más pronto posible? 

-Este viernes. 

-¿Qué?! -Dijeron madre e hija al mismo tiempo.

-Lo sé, lo sé. Sé que todo ha sido muy inesperado, pero no queremos hacer algo tan grande....Porque yo no tengo muchos amigos, y los amigos de Mark son muy jóvenes. Además, solo confiamos en ustedes. Así que, por favor, no nos decepcionen y vengan, sí? 

Kendra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora