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El niño se había pasado la semana tratando de conseguir su número de manera discreta. Aquella niña muy reservada, muy princesa, muy "ew", pero muy hermosa se había apoderado de sus mente y solo tenía ganas de volver a verla.

Viernes 5:00h...

🌠🌠🌠 Mindset is everything 🌠🌠🌠

El sonido de su teléfono interrumpió sus sueños que ni recordaba. Contestó la llamada por equivocación, ya que era un número de desconocido.

-¿Hola? -Respondió soñolienta.

-Hola.

-¿Quién habla?

-Soy Nicolás, me recuerdas? El tipo con quien te sentaste...

El sueño de Luciana desapareció. Su sorpresa por emoción provocó que se levante de la cama de un salto. Cómo tiene mi número, pensó. Quiso ser muy abierta con él, para entrar en confianza, pero recordó que él ya tenía dueña.

-El novio de Dayra.

Aquella respuesta lo dejó sin saber qué decir.

-Eh...prefiero que me recuerdes como el tipo con quien te sentaste...

-El novio de Dayra. -Continuó.

-De acuerdo. -Vaciló.

-¿Cómo conseguiste mi número?

Justo hizo la pregunta que él menos quería responder. Ni loco iba a decirle que se metió a la oficina de los registros de los estudiantes en la escuela, pensaría que es un acosador. Lo único que se le ocurrió fue omitir la pregunta con otra.

-Hoy no irás a la escuela, cierto?

-No, hay un matrimonio más tarde.

-¿Y te vas a quedar a la fiesta?

-Supongo.

-¿De veras? Te gusta que te tomen fotografías todo el tiempo...

Luciana recién se enteraba que en las fiestas de su familia se llena de cámaras.

-Eso no lo sabía...la verdad, si es así, tal vez no me quede.

-¿A dónde piensas ir?

-No lo sé, me quedaré en mi habitación.

Nicolás sabía que lo que estaba a punto de hacer sería muy pronto, atrevido y hasta imprudente. Especialmente para alguien tan formal y educada como Luciana. Pero se motivó con pensar que, si no se intenta, nunca se sabrá si se pudo lograr.

-Salgamos a...tomar...un té.

Se le ocurrió decir eso solo porque sabía que los ingleses se emborrachan con el té y Luciana se dio cuenta de eso. Era la primera vez que un chico le proponía salir, claro que quería decir que sí, pero su respeto hacia las relaciones era muy grande.

-Se te olvida que tienes novia.

-Yo...debo decirte algo importante.

-Dímelo.

-No por aquí; por eso te invito a salir. Por favor acepta.

Aquella voz tan sensual solo hacía que tenga más ganas de aceptar, pero qué pasaría si alguien los ve o peor, si la misma Dayra los ve. Sería el fin.

-¿entonces sí?

-Está bien.

-¡Genial! A las cinco de la tarde, yo iré a buscarte.

-¿No vendrás a la fiesta?

-No, tu familia no sabe sobre mi relación con Dayra y mi abuelo tampoco me deja ir.

Kendra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora