Epílogo

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La lluvia no había cesado desde que habían aterrizado y que además fuera de noche no mejoraba la situación. El camino a penas era visible a través del parabrisas a pesar de que iban circulando con las luces altas y el limpiaparabrisas funcionando a toda marcha.

Una potente luz ilumino el cielo seguido de un fuerte estruendo que provocó que todo retumbara alrededor. Aldana se estremeció en el asiento de copiloto, haciendo que su nerviosismo aumentara en gran medida.

—Tendríamos que haber tomado un taxi en vez de alquilar este auto —susurro ella.

—Prefiero ir yo al volante Al.

Damián la observó de reojo y sonrió levemente.

—¿Estas nerviosa por la tormenta o por lo que vinimos a hacer?

—Creo que es por todo. ¿Hicimos bien en venir? Quizás deberíamos haber llamado y listo.

Él dejo salir el aire intentando encontrar las palabras correctas.

—Amor, es tu papá —fue todo lo que se le ocurrió decir.

—¿Y? ¿Sabes cuantas veces me entere de cosas suyas por teléfono? ¿O peor, por la medios?

—No importa lo que haya hecho en el pasado. Estos últimos años estuvo haciendo de todo por redimirse, deberías poner un poco de tu parte también.

—No es fácil.

—Lo sé —dijo Damián tomando su mano ejerciendo un leve apretón—. Pero al darle una oportunidad a él también te la estás dando a vos de tener aquello que siempre añoraste.

Aldana asintió y le devolvió el apretón de mano antes de soltarlo.

—Agarra por favor el volante con las dos manos que me pongo nerviosa.

—Tranquila, yo los cuido —le sonrió.

Poco tiempo después estaban llegando a la antigua residencia de Aldana. Frente al gran portón se podía ver algún que otro periodista.

—Ni siquiera la lluvia los espanta.

—Es su trabajo, si yo tuviera que comer de eso también estaría ahí parado.

—¿Hoy estas en defensor del mundo?

—Solo digo lo que pienso —soltó Damián encogiéndose de hombros.

Se acercaron a la garita de seguridad y se anunciaron. El hombre que allí se encontraba era nuevo y tardo unos segundos en reconocerlos, pero ni bien lo hizo les abrió el portón mientras manifestaba sus disculpas.

Damián estacionó el auto lo más cerca que pudo de la entrada y se bajó intentando cubrirse con sus brazos para no mojarse demasiado mientras corría hacia la puerta. Toco el timbre y espero hasta que alguien abrió le abrió. Se anuncio y luego solicitó un paraguas para así ayudar a bajar a Aldana.

Una vez estuvieron ambos dentro de la casa fueron conducidos hacia el comedor, donde el fuego del hogar calentaba todo el ambiente. Aldana se sentó en el sillón en L mientras que Damián permaneció en pie mientras observaba los alrededores. No era la primera vez que estaba en aquella mansión, pero aún no lograba sentirse cómodo ante tanto lujo.

Los casi dos años que llevaba de relación con Aldana habían estado viviendo en el exterior. Luego de que Gonzalo le diera a Damián los pasajes y la dirección de Aldana, permanecieron un par de semanas en España y luego volvieron a Argentina con la intención de quedarse.

Pero el acoso había sido desmedido debido a todo el asunto del supuesto secuestro y la situación empeoro cuando salió a la luz el pasado de adicciones de Damián y la tragedia que había vivido su familia.

Damián intentó sobrellevar la situación con la frente en alto, pero Aldana era consciente de lo mucho que le dolía que estuvieran hablando tan libremente de lo sucedido con su hermana en los medios de comunicación. Además toda aquella situación estaba influyendo en su incipiente relación.

Fue entonces que le planteo irse a vivir afuera y no tardaron mucho en decidirse por ir a Australia. En un principio fue difícil, ellos recién se estaban conociendo y debían sumar a eso la convivencia y el empezar de cero en otro país ya que ambos se habían negado a recibir ayuda por parte de Gonzalo.

Pero con el tiempo lograron asentarse como pareja y se acomodaron en su nueva vida. Hoy Damián trabajaba en una fábrica de indumentaria como jefe de producción, puesto que había alcanzado con gran esfuerzo. Aldana se había dedicado a estudiar diseño de interiores y ya tenía algunos clientes en su haber.

—Hija.

Ambos giraron sus rostros al escuchar aquella voz.

—Hola papá —dijo Aldana al levantarse del sillón.

Se dirigió hacia él con la intención de saludarlo con un beso en la mejilla, pero Gonzalo la sorprendió al envolverla en un fuerte abrazo. Una vez la soltó, dirigió su mirada hacia Damián.

—Buenas noches Gonzalo.

—Hola yerno.

Gonzalo le dio una palmada en el hombro a modo de saludo mientras ambos estrechaban manos.

—Me sorprendí mucho cuando me avisaron que habían venido, no los esperaba.

—Fue una decisión de último momento —acotó Aldana.

—Ya veo. Vengan, siéntense. ¿Ya cenaron? Puedo pedirles algo si quieren.

—No gracias —se apuro en contestar Aldana—. Aun tengo el estomago algo revuelto... del viaje.

Gonzalo miro hacia Damián.

—Yo estoy bien, gracias.

—Bueno, cuéntenme ¿Cómo les va allá? 

Ambos se dedicaron una mirada cómplice.

—Nos va muy bien por suerte —contestó Damián—. Gano más ahora en mi nuevo puesto y Aldana ya tiene algunos clientes. 

—Entonces ¿Ya se adaptaron?

—Si, costo, pero lo logramos. Allá la gente es muy amable y respetuosa. Se vive muy tranquilo, de hecho es un buen lugar para formar una familia.

Damián le guiño un ojo a Aldana quien sonrió nerviosa.

—Sí, allá la educación es muy buena y es un país bastante seguro —acotó Aldana.

—Además tienen un muy buen nivel en medicina, algo que con los niños es muy necesario —agregó Damián.

Gonzalo miraba de uno a otro frunciendo el ceño.

—¿Están intentando decirme algo? —preguntó de pronto Gonzalo.

Aldana miro hacia Damián, quien le sonrió ampliamente. Tomo una profunda bocanada de aire y se puso en pie para quitarse el gran saco de lana que aún llevaba puesto, dejando ver así el pequeño bulto en su abdomen.

—Sorpresa abuelo —soltó Aldana con una brillante sonrisa.


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Hola!! Les dejo acá el epílogo :) Ahora sí puedo decir que esta historia llegó a su fin.

Como pudieron ver ellos tuvieron su final feliz, aunque obviamente no les fue fácil al principio (decidí no ahondar mucho en esa parte de sus vidas porque sino la historia hubiera terminado con más de 60 capítulos y ya así como está me resulta algo larga).  

Gracias a todos por leerla :)

Besos y hasta la próxima!!

Los quiero mucho!!

Clau

Adictos SIN EDITAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora