Cap 2

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Fiesta en la nueva sala de menesteres para celebrar su restauración, y despedida para aquellos alumnos que partían a sus hogares por la navidad.

Blaise Zabini y Theodore Nott parecían ser expertos en el arte de la publicidad.

El anuncio había sido divulgado con el mayor de los cuidados, ya que a dicho evento sólo podían asistir alumnos del séptimo curso; y un sólo comentario que levantara sospechas significaría una inmediata expulsión para los encargados (alumnos del último año de la casa Slytherin, por no decir Zabini y Nott).

Ginny se veía completamente emocionada por la idea, Luna también. Obviamente sólo Hermione lo consideraba algo insensato.

—Por favor Hermione.

Hermione resoplaba por lo bajo ante la nueva súplica de la menor de los Weasley. Era una mala idea, por no decir pésima.

—Ginny, he dicho que no. Ustedes vayan y diviertanse por mi también. De verdad tengo muchos trabajos por adelantar, exámenes que preparar y ordenar prioridades.

Quería mostrarse tajante, y la pelirroja hizo un puchero al oírla.

— Anímate Hermi, será divertido. Allí podrás despejarte y olvidarte de todo aunque sea por un rato. —insistió Luna—. Anda, di que sí, vamos a pasarla bien.

Los ojos azules de Luna imploraban por una respuesta afirmativa.

Si Hermione admiraba algo de sus amigas, era lo insistentes que podían llegar a ser cuando querían conseguir algo. La perseverancia era una palabra propia de su vocabulario diario si se trataba de ellas.

Nunca jamás en toda su estancia en Hogwarts había asistido a una fiesta, y por quienes la organizaban no hacía falta ser muy brillante para comprender que sería un total descontrol.
Alcohol de todo tipo y sin duda alguna, sexo por doquier.

Todo lo que ella no aprobaba.

Un presentimiento le decía que no debía ir.

Mejor dicho, se rehusaba a ir. No porque no quisiera (aunque eso se encargaba de hacerle creer a sus amigas) sino porque en verdad presentía que algo raro sucedería. No sabía si seria bueno o malo, pero terminaría sucediendo.

Observó a sus amigas con detenimiento y pudo apreciar en sus ojos entusiasmo y alegría. Parecían bastante animadas por ir a la dichosa fiesta.

¿Cómo podía seguir negándose?

Pero seguía resultando extraño... Muy.

—Por favorrrrrrr. —volvieron a insistir la pelirroja y la rubia suplicantes—.

—AYYYY ESTA BIEN —gritó dándose por vencida— Pero ni una sola gota de alcohol pasará por mis labios y ni crean que seré su niñera si se emborrachan.

(...)

—Valgame Merlín. ¿Esa de allá es Granger?

Blaise Zabini silbó por lo bajo, sin salir de su estado de asombro.

Estaba atónito y deslumbrado entre medio del ensordecedor ruido, y habló lo suficientemente fuerte como para que sus amigos lo escucharan y voltearan a mirar en la dirección que el moreno les indicaba.

Y sí, en efecto, escoltada por la mini comadreja Weasley y la lunática estaba una espectacular castaña, demasiado llamativa como para ser la insufrible sabelotodo rata de biblioteca Granger.

Sus curvas eran infartantes y sus piernas estaban muy bien torneadas, su cabello rizado ahora se veía largo pero no rebelde, sus ojos almendrados resaltaban en sombras negras y sus labios en un color borrabino. Su piel tan blanca como la nieve contrastaba con ese atuendo que resaltaba demasiado sus atributos.

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora