Cap 26

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Llevaba tres días saltándose las clases que compartía con Slytherin para no tener que verlo, y a consecuencia de eso, estaba retrasada con algunas asignaturas como aritmancia, herbología e historia de la magia.

Intentaba ponerse al corriente con los apuntes de Ginny, pero era un tanto despistada y no ponía una atención significativa, por lo que se le dificultaba entender las redacciones y palabras sueltas que anotaba que parecían no relacionarse entre sí y no tener un significado específico.

Tal vez el hecho de que le hubiera revelado los incidentes de las amenazas hechas a Harry traía a su mejor amiga con la sensibilidad a flor de piel y la cabeza en cualquier lado, imposibilitandole el poder concentrarse, pero lo cierto era que esa técnica no le estaba siendo nada productiva y si seguía así, perdería el hilo de las asignaturas y eso claramente no podía suceder.

Su actitud era poco madura e infantil, demasiado infantil.

Había sido muy tonta al hacer eso, porque no duraría con esa técnica y lo supo desde el principio.

Esquivarlo e ignorarlo completamente a como diera lugar.

¿En qué demonios pensaba?

Era más que obvio que tendría que verlo.

Estúpida, estúpida y estúpida.

Tomó su mochila y guardó en ella su tintero, su pluma favorita y sus libros, dispuesta a partir a la biblioteca para investigar y ponerse al día con los ensayos y tareas que tenía atrasados.

Sin embargo no pudo evitar desviar su mirada a las numerosas cartas de Draco que yacían sobre su escritorio.

Una pequeña lagrimilla se le escapó y se miró a su espejo de cuerpo completo, para asegurarse que tras días intensos de estar postrada en cama llorando, al menos su imagen no lucía tan horrenda.

Llevaba puestos unos jeans negros, unos vans clásicos negros, un sweatter azul oscuro y su cabello suelto en sus rizos largos y cuidados. Se había colocado un poco de rimel y un labial nude no tan claro que le daba color a su rostro.

Ese labial era uno de los favoritos de Draco, porque según él, contrastaba a la perfección con su piel, era discreto pero sexy y casual a la vez.

Un suspiro frustrado se le escapó al recordarlo.

Lo extrañaba horrores y lo necesitaba casi como el aire para respirar.

Su colonia, su cabello, su cuerpo, sus abrazos, sus besos. Toda ella reclamaba todo de él.

Con paso ligero comenzó a caminar agradeciendo haber llevado una de sus parkas porque el viento comenzaba a soplar, y a juzgar por lo cargado que estaba el cielo llovería pronto.

Al llegar a la biblioteca saludó amablemente a la señora Pince y a unos cuantos estudiantes que conocía de tanto frecuentar el lugar.

Se dirigió a su mesa favorita y poco a poco comenzó a llenarla con sus libros y sus rollos de pergamino antes de buscar los libros que creía necesarios.

Caminó hasta las colosales estanterías y se guió por las secciones hasta que una mano se posó sobre su hombro haciendo que girara algo alerta.

Menuda fue su sorpresa al ver las personas que tenía en frente.

Enfundadas en unos tacones altísimos, unos leggins negros, unas gabardinas de marcas carísimas y unos bolsos también costosos, estaban paradas frente a ella con ojos ansiosos.

-¿Podemos hablar contigo, Hermione?

La rubia que conocía como Daphne, hermana mayor de Astoria, fue quien se animó a hablar primero, y si bien Granger no se consideraba una mujer mal educada ni cerrada, no se fiaba de ella para nada.

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora