Cap 15

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Daphne sólo resopló cansada cuando vio a su hermana lanzar objetos por toda la habitación.

Astoria estaba al borde del colapso... Una "crisis emocional", una de las tantas rabietas que acostumbraba a tener con frecuencia.

¿El motivo? Había visto a Draco con Granger en la biblioteca y sus enfermizos celos se desbordaron.

Armó una rabieta tan grande que Madame Pince le prohibió completamente la entrada a la biblioteca por el resto del año escolar y como no, dió cuenta de tal suceso al profesor Slughorn quien restó cincuenta puntos a la casa Slytherin, como si fuera poco.

Todos estaban furiosos, en especial Draco.

Su hermana menor había cometido el grave error de insultar a Granger frente a él y aunque nadie sabía exactamente en que momento el heredero de los Malfoy había entablado una relación tan cordial con ella (hasta tal punto de no permitir que nadie la insulte en su presencia), sólo ganó que el rubio la humillara frente a todos.

El hecho de perder cincuenta valiosisimos puntos, tampoco le hacía ninguna gracia a Draco. En esos tiempos en los que costaba ganar puntos para la casa, Astoria en menos de un minuto conseguía que les restaran no diez, sino cincuenta.

Cincuenta puntos que serían difíciles de recuperar.

A ese ritmo, la honorable casa de Slytherin quedaría en la última de las posiciones, cuando destacaba por ser una de las casas con mayor récord de copas.

Una completa vergüenza.

Pero a Astoria, eso poco y nada le importaba.

Sin duda alguna, el hecho de que "su amor" defendiera a Hermione Granger había herido profundamente el orgullo de la pequeña Greengrass.

¿Pero que más podía hacer ella como hermana para hacerla entrar en razón?

Junto a Pansy, innumerables noches de llanto intentaron consolarla, le explicaron que él no estaba interesado en ella y que no servía de nada seguir insistiendo en alguien que ya había desistido de todas las formas posibles. El amor no se mendigaba nunca a nadie; pero Astoria se encontraba inmersa en un mundo de fantasía. Un mundo creado por ella misma en el que aún deliraba con su compromiso y su cercana boda, pese a que su padre había roto todo tipo de lazo con la familia Malfoy tras la segunda guerra.

Eso si que estaba fuera de su alcance y ya no sabía que hacer.

Le dolía verla llorar porque a pesar de todo era su hermana y juró siempre protegerla... no obstante ya no repetiría las mismas palabras porque no funcionaría.

Nunca funcionaban, así que la miró y preguntó.

—¿No vas a ir al resto de tus clases? ¿No piensas mejorar tus calificaciones? —cuestionó demandante y la ojiverde sólo la fulminó con la mirada—

—¡NO! No voy a salir de aquí ni siquiera para comer hasta que Draco se disculpe conmigo.

Daphne sólo se marchó decepcionada... si quería morir de hambre lo haría, porque estaba muy claro que Draco no se disculparía.

Ni aunque le pagaran una enorme suma de galeones.

(. . .)

Hermione estaba recostada sobre un árbol a orillas del río negro. Los miércoles tenía una hora libre entre clases y hacia mucho que no frecuentaba aquel lugar.

Le gustaba relajarse allí y olvidar por un momento todo lo que debía hacer antes de que terminara el día.

Había una pequeña piedra a su lado y no lo pensó dos veces antes de arrojarla con destreza. Le recordaba a su niñez, cuando sus padres y ella acampaban en verano en el lago Grantchester... Cuanto atesoraba esos recuerdos en los que había sido tan feliz.

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora