Cap 16

1.7K 145 3
                                    

Arrugó la carta y la lanzó con violencia a un rincón de la pequeña habitación.

No podía creer lo que había leído.

Hermione Granger defendiendo a Draco Malfoy ante los aurores.

¿Qué demonios le ocurría?

Se suponia que lo odiase... Se trataba de
quien la había molestado durante años.

¿Cómo era posible? Era un error; un error muy grave que no dejaría pasar por alto.

Le cobraría su insolencia recurriendo a un golpe bajo. Sabía que le bastaría para replantearse millones de cuestiones y que indudablemente la obligaría a reabrir una herida sin cicatrizar... Y ya tenía en mente como incubrir sus planes perfectamente.

De verdad Hogwarts y los dramas de los adolescentes eran más interesantes de lo que pensaba.

(. . .)

Ya llevaban discutiendo más de media hora, y ninguno daba su brazo a torcer. Ni siquiera recordaban el porqué estaban peleando pero lo hacían.

En la última instancia, ella sólo lo observó y negó con la cabeza antes de esbozar una pequeña sonrisa ladeada.

-¿Por qué eres tan terco? -preguntó sonriendole forzosamente y él, por primera vez en mucho tiempo, sonrió con sinceridad-

-¡El muerto admiradondose del degollado! -canturreó con evidente sarcasmo- Como si tú no lo fueras. -rió
con ganas-

Ella se permitió apreciarlo con detenimiento.

Era la primera vez que veía una sonrisa sincera en los labios de Draco Malfoy, y le parecía sensacional. Más sensacional le resultaba el hecho de haberla provocado ellla misma.

-¿Por qué me miras tanto?

Preguntó él un tanto incómodo al notar sus ojos color miel sobre los suyos.

-Bueno, es que... yo jamás te había visto sonreír sinceramente.

Draco esbozó una sonrisita traviesa, antes de regresar a su habitual estado de infiferencia.

-Pues, esta sonrisa sólo la conocen pocas personas. Mi madre, mi tía Andrómeda y... ahora tú. -confesó algo contrariado- Aunque tú no te la mereces, así que espero que la hayas apreciado bien, porque no la volverás a ver.

¿De verdad había dicho eso? A duras penas sonreía a sus amigos. ¿Por qué le sonreía a ella entonces?

-¿Lo dices en serio? -preguntó Hermione intrigada-

El rubio sólo rodó los ojos.

-No suelo ir por la vida diciendo mentiras. Siempre soy lo más sincero y directo posible. -quiso insultarla cuando la vio riéndose- Cuéntame el chiste así yo también puedo reír. -espetó con mala gana-

Hermione titubeó antes de responder.

-Es sólo que a veces eres un poco... cruel.

¡Vaya sorpresa! ¡Granger acababa de descubrir América!

Él se acercó un poco más para sentarse a su lado.

-Me enseñaron que debía ser así. -se encogió de hombros como si la cosa no fuera con él-Mi padre me lo repetía constantemente cuando era un niño. Me decía que los hombres de verdad no lloraban jamás y que los amigos y el amor no existían. -recordó con amargura- Él golpeaba también a mi madre cuando la descubría jugando conmigo o consolandome, pero aunque recibía terribles golpizas seguía brindandome su amor. Ella es la única que se merece que no la trate mal. -endureció su semblante de golpe al notar la expresión afligida de Granger, quien traía su típica cara de tristeza-Con esto no quiero que sientas lástima por mí, porque si hay algo que detesto es que me tengan lástima, sólo espero que comprendas el porque de algunas de mis actitudes.

Hermione sólo lo escuchaba en un profundo silencio y con mucha pena...

A ella sus padres jamás le habían puesto ni un dedo encima. Acarició con ternura una de sus caucásicas mejillas, ocasionando que el rubio la observara como si estuviera loca.

Se alejó en seguida y la fulminó con sus grises y fríos ojos.

-¿Qué mierda haces?

Hermione suspiró rendida. No entendía por qué Malfoy se empeñaba en rechazar muestras de cariño.

-Te lo he repetido muchas veces ya Draco, tú no eres malo, sólo un poco cruel. Veo en tus ojos que muy en el fondo, eres una gran persona pero sólo muestras tu lado bueno a quienes se lo merecen.
Y personalmente creo que Narcissa hizo un gran trabajo contigo. -sonrió transmitiendole un poco de su extraño optimismo- ¿Me permites tu mano?

El ojigris lo dudó por un segundo, mirándola como si tuviera un tercer ojo; no obstante terminó cediendo y le extendió su mano izquierda para tomar su dedo meñique. Entonces Granger volvió a hablar.

-La bondad que tienes aquí es mucho mayor que la que otros poseen en todo su ser. No lo olvides jamás.

Draco sintió la necesidad de seguir un impulso y tomar un mechón de cabello de la castaña y pasarlo por detrás de su oreja.

Pero no lo hizo, no podía hacerlo. Él no era así, y menos con alguien que había declarado como su némesis en años anteriores.

Las cosas no eran tan sencillas.

Ellos no se volverían amigos por más buena que Granger se empeñara en ser con él.

Sencillamente, las cosas no podían cambiar de un día a otro como si nada hubiera pasado. Como si no tuvieran muchos recuerdos malos entre sí.

-¿Por qué eres tan buena conmigo? Eres un poco tonta ¿sabes? Yo no he hecho nada para merecer tu bondad, y si estás siendo una carmelita descalza sólo por caridad, desde ya te digo que no necesito que hagas buenas obras sólo porque necesito redimirme. -señaló de repente con su habitual tono tosco y cortante- Así que responde de una vez, ¿por qué ahora se te da por ser gentil?

Ella se quedó en blanco sin saber que decir.

-Aún no lo sé.

Ella comenzó a reír, haciendo que por primera vez en mucho tiempo, Draco Malfoy riera desconcertado.

Sin dudas, esa no era la respuesta que esperaba.

-Que idiota eres, ni siquiera puedes darme una respuesta como la gente.

(. . .)

Hermione estaba exhausta y adolorida.

El profesor Shöfky había intensificado sus ejercicios, más que nada los telequineticos y conllevaban tanta concentración y esfuerzo mental que terminaba cansada y un poco frustrada.

Habían avanzado considerablemente y un porcentaje muy alto de su cerebro se había activado gracias a los estímulos, pero eran demasiado fuertes.

Sólo quería descansar, ya que apenas era miércoles y una larga pila de ensayos la esperaba en su escritorio.

Su mochila pesaba más de lo normal y se sentía morir.

Abrió la puerta de su dormitorio y se extraño al encontrar su habitación a oscuras, puesto que nunca apagaba la luz cuando se marchaba.

La encendió con un rápido movimiento de varita y dejó caer la mochila, para gritar con horror antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas.

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora