Blaise rechistó cuando observó desanimado los enormes ejemplares que debían utilizar para su informe de cimco metros de pergamino sobre maldiciones ancestrales en Europa.
Dirigió la vista hacia sus compañeros en busca de alguna ayuda para cargar tanto librerio, más lo único que divisó fue a una Pansy retocando su cabello y a un Draco indiferente.Al parecer, sería una larga tarde.
La vuelta a Hogwarts había sido dura y exigente.
El séptimo año se asentaba con fuerza con todas las exigencias que implicaba.
Giró el cuello para suspirar envidioso cuando a lo lejos vió a su amigo Theo realizando el mismo ensayo junto a Longbottom y Granger. Menuda suerte la de Nott.
Granger tenía demasiados conocimientos sobre el tema, lo cual lo volvía menos tedioso.
Encimó los pesados libros unos sobre otros y como pudo los cargó para emprender una carrera de vida o muerte hasta su mesa.
A duras penas y casi tropezando en varias ocasiones, depositó los escritos de golpe sobre la mesa provocando un ruido sordo que resonó en media biblioteca.
Madame Pince los fulminó con sus ojos odiosos antes de exigirles que hicieran silencio.
Draco lo observó con sorna.
—¿No podías simplemente hacerlos levitar hasta aquí? ¿Disfrutas hacer las cosas del modo muggle?
Blaise se maldijo a sí mismo. Malfoy tenía razón...
Se complicaba cuando podía usar la magia.Exhausto por el recorrido y la fuerza utilizada, se sentó con la vista clavada en la ventana mientras un Draco interrogante releia vagamente los ejemplares.
Pansy por su parte, miraba disgustada los libros llenos de polvo. Las maldiciones ancestrales no eran interesantes a su gusto, y sólo conocía unas pocas.
—En estos momentos si que me gustaría ser Theo. Maldito suertudo. —exclamó Pansy con ojos odiosos—
Sin dejar de quejarse, Parkinson recargaba la cabeza sobre la mesada, profiriendo un pesado suspiro.
—No eres la única. —dijo Blaise—
El moreno imitó su acto ante los ojos furiosos de Draco quien los fulminaba sin disimulo.
—¿Tan poco capaces se consideran? Son una vergüenza para la casa de Salazar Slytherin. Nuestro informe será el mejor de la clase, cueste lo que cueste.
La sangre del ojigris hervia de coraje ante semejantes dichos.
Pansy rió disimuladamente por esa infantil reacción.
—Si tú lo dices. —la chica alzó las manos en señal de paz—
Tal como aseguró, Malfoy se esmeró por realizar un informe específico y detallado. Debía ser el mejor de la clase a como diera lugar.
No se consideraba menos que nadie. Jamás lo habia hecho y justamente por ello detestaba que sus amigos insinuaran falencias sobre su capacidad.
Era Draco Malfoy, el príncipe de Slytherin, y su nivel académico era bastante alto, quizá no fuera premio anual, pero no porque el intelecto no se lo permitiera sino por sus pocos méritos.
Tenía la absoluta certeza de que podía hacer un trabajo maravilloso que superara hasta al de la insufrible sabelotodo Granger.
Sonrió burlón al imaginar su rostro desfigurado por la sorpresa y furia de saber que su escrito no estaba a la altura del suyo. Sabía perfectamente que era tan competitiva como él, y moriría al saberse superada.
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DRACO IGNIS➜DRAMIONE
Fanfiction¿La redención puede ser otorgada a aquella persona que volvió tu vida un infierno? ¿Creerias encontrar el amor en el rincón menos esperado? ¿Qué harías al borde del límite? ¿Dónde encuentras las respuestas que nadie puede darte? ¿Es preferible ignor...