Cap 8

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Harry y Ron caminaban con prisa por el ministerio hacia la oficina del auror Flinck, instructor del grupo de aspirantes y hombre al mando en las redadas que se estaban llevando a cabo en toda Europa.

Intentaban esquivar a las personas que también seguían su rumbo con vagas disculpas y facciones apenadas.
Era un día ajetreado y todos estaban como locos. El ministro Búlgaro había confirmado el asesinato de un matrimonio mágico muy poderoso de la región.

Cosas horribles seguían sucediendo y los intentos del ministro Kingsley por mantener a la comunidad mágica de Londres al margen, comenzaban a resquebrajarse.

Harry sabia en su interior que ese presentimiento que lo acechaba hace algún tiempo de que algo muy malo pasaría, era solo cuestión de tiempo para que la sociedad sucumbiera ante el pánico. Como una bomba a punto de estallar.

La puerta estaba abierta asi que no hubo necesidad de tocar, sin embargo el aura que llenaba la oficina era de todo menos alentadora y en el rostro del superior podía vislumbrarse una mueca de frustración.

Obedeciendo al ademán que él les indicó para tomar asiento, ambos lo miraron expectantes sobre lo que podría decirles.

El auror Augustus Flinck era un hombre alto y fornido, moreno, caucásico y de ojos azules como el mar. Respetado y temido por algunos, era de pocas palabras y siempre trataba de ser lo más objetivo posible. Cumplía con su deber al pie de la letra, y la cobardía e incompetencia eran palabras que no existían en su vocabulario.

Nunca temió por su vida y en numerosas ocasiones la arriesgó por la de sus colegas, lo que lo llevó a ganar el cargo que ahora ocupaba. Y cierto era que bien merecido lo tenía.

Les recordaba en más de un aspecto al honorable ojo loco Moody.

Sin embargo, los rumores que circulaban en el Ministerio sobre el auror Flinck lo retrataban como un hombre sensible hasta que la tragedia azotó su vida.

Se decía que Augustus Flinck estuvo casado hace un tiempo y contaba con un hijo de unos 16 años que estudiaba en Hogwarts, pero una enfermedad terrible se llevó la vida de su esposa, y ya jamás pudo volver a ser el mismo.

Él sólo los observaba con su fría e indiferente mirada desde su escritorio, analizandolos antes de hablar.
Era casi una rutina para ellos ser observados tan directamente sin ningún tipo de disimulo.

—Se que están al corriente de los últimos sucesos, así que voy a ser directo. El ministro me pidió que enlistara un escuadrón para investigar, custodiar y rastrear la zona para buscar pruebas que puedan darnos luz respecto al asesino. Ustedes irán con el auror Rodtak esta noche, contacten con él y mucha suerte para ustedes Potter y Weasley, estén alertas.

El azabache y el pelirrojo asintieron firmemente a las órdenes de su superior antes de salir al encuentro del auror Rodtak.

Así era todo el tiempo; corto y claro. Nada de irse por las ramas ni de balbuceos.

El niño que vivió sintió la necesidad de hablar con alguien y dado que durante unos días no tendría contacto con nadie, optó por hablar con la única persona que lo entendía de verdad y Ron lo animó a hacerlo. Él también sentía la necesidad de hablar con alguien y pensó en su hermano Charlie, quien siempre sabia que decirle.

El invierno era crudo y la nieve cada día más espesa, llenando por completo las calles de Londres.

El gélido clima de Bulgaria era fácil de imaginar... deberían llevar bastante abrigo.

(...)

Hermione cerró la puerta de su habitación como pudo y depositó una bandeja con café y panecillos de miel sobre su pequeña mesita de noche.
Lanzó con cuidado su mochila llena de libros en su escritorio y se dispuso a quitarse los zapatos y el uniforme, mientras que con un rápido movimiento de varita climatizaba su cuarto.
Necesitaba entrar en calor, estaba helada y exhausta. Su última clase del día era historia y realmente se le habia tornado muy tediosa.

Solo pensaba en descansar y relajarse, por lo que caminó esquivando alumnos tanto como pudo cuando la clase terminó. Fue un poco seca con Ginny y se lo recriminó pero en verdad quería estar sola, pues por fin la semana habia terminado. Una semana que le había puesto los nervios de punta con tantas tareas y ensayos e informes por hacer que aún no terminaba.

Una semana más en que no se habia dignado a hablar con el profesor Shöfky sobre su "pequeño problema de autocontrol". Sabia que tarde o temprano terminaría por explotar frente a alguien que lo notara y entonces quien sabe que podría pasarle... nadie la comprendería.

Tenía entendido que el profesor Ian Shöfky disfrutaba unos paseos matutinos por los alrededores de Hogwarts los fines de semana, asi que esa era su oportunidad. Sacrificaría unas cuantas horas de su preciado sueño para dar con él... ya se le ocurriría que decirle.

Dejando a un lado eso, se puso unos pantalones cortos que utilizaba de pijama, una camiseta holgada de quidditch que le llegaba a los muslos, antes perteneciente a Viktor Krum y unas medias largas y felpudas para meterse en la cama y beber su café.

Estaba tan cansada que decidió no bajar a cenar y programar su alarma, hasta que un molesto ruido en su ventana le llamó la atención.

La reconoció de inmediato, era la nueva lechuza de Harry.

Le dió unos caramelos a la lechuza dejándola entrar y cerró rápidamente la ventana. La fría brisa le congeló las manos.

Querida Hermione:

  Lamento si mi carta es inorpotuna, pero necesitaba hablar contigo antes de partir esta noche.
El ministro búlgaro le confirmó a Kingsley otro asesinato más esta mañana. Se trata de un matrimonio muy reconocido en la comunidad mágica. Ron y yo seremos enviados a investigar y hacer guardia allí para descartar sospechosos. No puedes decirle a nadie lo que acabo de contarte, Kingsley se está esmerando en ocultarlo a todos por ahora de ser posible y me mataría si se enterara de que te lo dije. Te enviamos nuestros cariños a ti, a Ginny y a los demás y por favor Hermione ten mucho cuidado, este mal presentimiento que tengo sólo sigue aumentando. Algo malo pasa Herms, manten a los nuestros contigo más unidos que nunca y no confíes en nadie.

Tu hermano que te adora, Harry Potter.


A la castaña le recorrió un escalofrío por toda la espalda, poniendole la piel de gallina.
Otro asesinato más... Si el número seguía aumentando entonces Kingsley no podría ocultarlo por mucho más tiempo.

¿Habría sido Yaxley el responsable? ¿O se trataría de alguien más? No queria siquiera pensarlo. Sólo esperaba justicia.
Justicia por todos los inocentes que habían pagado con su sangre, justicia por sus padres, justicia por Fred, Dumbledore, Sirius, Remus, Tonks, Moody y todos los que habían dado la vida por un mundo sin oscuridad.
Arrugó la carta y pronto tomó un pergamino, el tintero y su pluma favorita.
Todo le parecía sacado de un cuento de suspenso y terror. No podía concebir la idea de que las cosas volvían a tornarse horrendas cuando creían haber terminado con lo peor.

Le dió nuevamente un dulce a la lechuza y tras conseguir que esta tomara la carta en su pico, abrió la ventana para dejarla marchar. Que Merlín se apadiara de Harry y Ron... en tiempos así, necesitarían la suerte de su lado.

(...)

Una muchacha delgada con cabello pelirrojo y ojos como el hielo se miró en el espejo y sonrió a más no poder.
Estaba cubierta de sangre desde la cabeza a los pies y le encantaba. Ya había rendido cuentas con esos viejos metiches y ya nadie se interpondria en su camino...
Su vivienda era precaria pero no necesitaba una mansión. Nunca se habia acostumbrado a los lujos y no los necesitaba, tenía muchas más cosas en las que pensar.
Debía descansar, pronto regresaría a Londres con muchos proyectos que realizar y ya tenía un fiel señuelo al cual manipular para llevar a cabo su plan.
Se lo debía a Rodolphus más que a nadie. Iba a vengarse de aquellos que le arrebataron todo uno por uno, pero la necesitaba a ella. La necesitaba porque ya conocía toda la verdad, necesitaba a la heroína de guerra Hermione Granger porque sólo ella era lo suficientemente poderosa como para acabar con tantas personas de una sola vez. Y por Merlín que iba a tenerla de su lado costara lo que costara.
Sería difícil, por eso debía calcularlo todo muy bien y debilitarla emocionalmente lo máximo posible. Era la joya de sus planes.

(...)

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora