Cap 33

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Mientras revelaba las fotografías en el cuarto oscuro, escuchaba con atención cada detalle que el chiquillo le relataba.

Él era sus ojos y oídos en Hogwarts y debía reconocer que tan mal no hacía su trabajo.

Le informaba cada movimiento realizado por Granger y Malfoy y accedía a todas sus órdenes sin chistar.

Sin dudas; era un títere muy sencillo de manejar.

El curso escolar estaba próximo a terminar y con la llegada de la graduación, también se llevaría a cabo su plan.

Conforme los días pasaban, notó que la paranoia y pánico social que producían sus cartas comenzaba a olvidarse. Ya llevaba tiempo sin enviar ninguna y el Ministerio seguía dando vueltas en círculos sin llegar a nada, tal como lo había planeado.

Los rastreos no eran lo suficientemente fuertes como para combatir la magia negra impregnada en sus notas.

Lo que dijo entonces el niñato llamó significativamente su atención: el sabelotodo de O'Hienn amigo de Granger sufría de epilepsia, y sin sus preciados medicamentos era propenso a sufrir ataques violentos que ponían en riesgo su vida.

Muy severo.

Quizá pudiera sacar provecho de aquel dato.

—¿El partido es el sábado dijiste?

—Sí, juega contra mi casa. No podrán ganar.

—No, por supuesto que no, dalo por hecho. Pero de hecho, ya tienes una misión que cumplir querido mío.

El tono maquiavélico en su voz dejó en evidencia que se saldría con la suya.

Tenía que presionar a Hermione.

Necesitaba alejarla de aquellos que la querían para desquiciarla y volverla vulnerable de algún modo.

Pues bien, ya tenía una idea fantástica para hacerlo.

[. . .]

—No voy a irme, disfruto verte estudiar, te ves hermosa cuando frunces el ceño y arrugas la nariz cuando algo no te convence.

Ella quiso reír por lo descarado del comentario y la persistencia del chico, pero recordar que se trataba de Draco Malfoy, su infame ex novio, volvía a activar sus barreras de defensa.

—Creí que habíamos sido lo suficientemente serios el otro día cuando hablamos en el sexto piso, Draco. Por milésima vez te digo que sólo pierdes tu tiempo viniendo aquí. Tú también deberías estar estudiando, los exámenes se aproximan.

El rubio resopló por lo bajo.

Tuvo que recordar las palabras que Theo le había dicho esa noche cuando lo encontró luego de que ella lo rechazará otra vez en el sexto piso.

*Flashback*

Ya no tenía noción del tiempo, ni de cuantas botellas de whisky había bebido. Sólo sabía que sus reservas estaban agotadas.

Su camisa estaba levemente desabrochada y su cabello alborotado le daban un toque desaliñado y triste.

Todavía sostenía en su mano derecha la botella vacía con el fantasma del último trago, y en su mente sólo se repetían las palabras de ella.

Quiso levantarse del sillón y no supo como hacerlo sin tropezar.

Sus pies se cruzaban entre ellos y la cama parecía un punto muy lejano pese a estar a menos de dos metros de distancia.

Cada vez que lo intentaba volvía a caer de bruces contra el suelo, como si de un bebé que intenta dar sus primeros pasos se tratara.

Sentía un poco de sangre brotar de su sien, producto de uno de sus recientes golpes, sin embargo, era incapaz de sentir algo gracias a las grandes cantidades de alcohol que habían adormecido su cuerpo y sus sentidos.

DRACO IGNIS➜DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora