Una Odisea Dimensional

25. Rareza

Thomas simplemente es el tipo de persona al que si ganas su confianza, estará siempre ahí sin cuestionar.

- Creo que deberíamos descansar un poco, detallar bien el plan y ponerlo en marcha esta noche - les comento.

- Es una excelente idea, Gemma - me responde Thomas - Le preguntaré a Gally donde podemos quedarnos.

Lo estoy por seguir cuando Newt me detiene sujetando mi mano.

- Adelántate, quiero hablar un momento con ella - le dice a su amigo, que solo nos responde con una sonrisa antes de irse.

- ¿Qué sucede?

- Gemma, en verdad lamento haberme comportado como un shank. En mi defensa, no quería preocuparte más de la cuenta y es por eso que me comporté como un idiota - me dice acercándose a mí, colocando sus manos en mi cintura - No tienes idea de lo mucho que te quiero y espero que puedas perdonarme.

- No voy a negar que tu indiferencia me dolió pero yo también te quiero demasiado y...- le digo pasando mis manos sobre sus hombros -... espero que tú seas quién pueda perdonarme cuando sepas mi verdad.

Lo veo fruncir su ceño, sus ojos no se despegan de los míos y me sorprende acortando la distancia. Hemos compartido muchos besos en todo este tiempo pero este se siente tan especial como el primero. 

Sus labios son una suave y cálida caricia sobre los míos. Sus brazos me acercan aún más a él. Entrelazo su cabello con mis dedos. Por la falta de aire nos separamos apenas unos centímetros y me regala una dulce sonrisa.

- Me he dado cuenta que cada vez que ese tema es tocado, tus ojos reflejan temor. Creo que temes que lo que sea que nos vayas a decir pueda provocar odio hacia ustedes...

- ¿Y sí es así? - lo interrumpo.

- Gemma, nadie que las conozca dudaría en ustedes. Se ganaron el afecto de todos, en verdad no vamos a odiarlas.

- Tal vez no vayan a odiarnos - le digo antes de darle un corto beso - Pero si van a estar muy enfadados.

- Eso es muy probable, pero no creo que vayamos a durar mucho así.

- Okey, vayamos a descansar un poco. Necesitamos estar listo para esta noche.

- Okey, vayamos a ver dónde Gally nos da un lugar.

Tomando mi mano nos encaminamos hacia adentro y por suerte al primero que encontramos es a Gally que nos lleva a hasta donde los demás están durmiendo. Nos recostamos juntos sobre un viejo colchón y él no duda en abrazarme. Lo siento relajarse a mi lado y en pocos minutos sé que se ha quedado dormido. Estoy exhausta, pero en mi cabeza solo hay una cosa. Recuperar a mi hermana y a mi mejor amigo. Me gustaría saber cómo están. Poco a poco mis ojos se cierran y lentamente, me voy quedando dormida.

El sonido de una puerta me despierta ¿y... en dónde carajos estoy? Las voces de personas acercándose me llama la atención y desde la puerta unos hombres con uniformes tiran a un chico cerca de mi cama. Cuando se alejan y cierran la puerta me doy cuenta que estoy en una celda. El chico se sienta y...

- ¡Minho! - grito feliz saltando hacia él para abrazarlo.

- Estoy bien Maia, el plan funcionó - me responde alejándose de mí.

- ¿Maia? ¿En dónde está ella? - le pregunto poniéndome de pie.

- Vamos Maia, no estoy para bromas - me dice serio.

- Espera un segundo... ¿tú crees que soy Maia? - le pregunto confundida y miro mi cabello que es tan claro como el de ella - ¡Maldita sea! Estoy en su cuerpo.