6. Tarde libre.

1.2K 117 19
                                    

- Te he dicho que no quiero comer nada.

- Ya deja de comportarte como un niño - lo reto y acerco la primera cucharada - Además... ayude a prepararlo, me ofenderé si no lo pruebas.

Resignado abre la boca y no desaprovecho la oportunidad. Lo noto asombrado y con cierta luz en sus ojos.

- ¿Te gusta?- le pregunto.

- Es lo mejor que he probado desde que llegue aquí - su respuesta me hace sonreír, le intento dar otra cucharada, pero me detiene - Puedo hacerlo yo mismo.

Le permito que tome el cubierto, pero es notable el temblor de su pulso. En seguida se lo quito y regreso hacer mi trabajo.

- Te encuentras débil, déjame ayudarte.

Se deja alimentar en silencio, aunque en más de una ocasión siento su mirada fija en mí, intento ignorarlo o sino me pondré nerviosa y terminaré echándole la comida encima.

- Al parecer te gustó la comida - le digo dejando el plato vacío a un lado.

- Admito que estaba delicioso.

- Gracias.

- Para ser la gemela ruda eres muy dulce - al parecer esas palabras se escaparon de su boca sin su consentimiento.

- No lo divulgues, no quiero perder mi reputación - le contesto en broma - Si yo te parezco dulce, espera a conocer a mi hermana.

- ¿Son tan parecidas como dicen?

- Si, pronto lo veras con tus propios ojos - le respondo poniéndome de pie y tomando la bandeja.

- ¿Ya debes irte?

- Iré a llevar esto y de paso comeré algo - le respondo y lo noto un poco decaído - Me gané la tarde libre por haberte hecho comer, si quieres luego puedo venir hacerte compañía.

- Eso... me encantaría.

Salgo de allí con una ligera sonrisa en mi rostro. Conseguí una pequeña victoria. Al entrar a la cocina los chicos me quedan viendo, seguro esperaban verme con el plato como sombrero. Encuentro a Sartén hablando con Alby, ambos al verme se acercan enseguida y sus vistas viajan de mi rostro al plato vacío.

- ¿Qué tan fuerte lo golpeaste para que coma?- me pregunta Alby.

Deseo contestarle con ironía, pero la risa me supera. Hacía rato que no me reía tanto.

- No soy tan mala, lo hable un momento y accedió a probar lo que ayude hacer y al parecer le gusto bastante.

- ¿En serio?- me dice Alby.

- Ve a verlo, te aseguro que sigue respirando.

- Te creo, pero igual iré hablar con él - está a punto de irse pero regresa enseguida - Y es cierto que la comida estaba deliciosa, Sartén me dijo que fuiste tú quien lo hizo.

- Es como si tuviera implementado el saber combinar los sabores - le explico.

- Todos estamos muy felices por eso.

Ahora si nuestro líder se marcha y uno de los chicos (del cual aun no aprendo el nombre) toma el plato vació de mis manos y lo reemplaza con uno lleno. Le agradezco con una sonrisa y me acomodo en una esquina para no molestar mientras ellos limpian la cocina.

- Te has ganado la tarde, ¿qué planeas hacer?- me pregunta Sartén.

- Iré a ver a mi hermana, quiero saber cómo le está yendo y después recorreré un poco la zona - le digo con una verdad a media - Pero si quieres vendré ayudarte con la cena.

- Te ganaste el día, pero si quieres puedes venir a darle el toque final.

- Vendré entonces.

Termino de comer y limpio lo que ensucié antes de marcharme a buscar a Maia. Por el camino varios me saludan y les devuelve el gesto aunque, honestamente, no conozco el nombre de ninguno de ellos. La encuentro un poco apartada, trabajando la tierra. Se nota que está demasiado concentrada que me escucha llegar.

Una Odisea DimensionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora